5. El final del Verano

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Los días posteriores, todos nos centraron en hacer las toneladas de deberes de vacaciones que nos habían mandado, por lo que la última semana de vacaciones no hicimos ningún plan. Nosotros, por nuestra parte, seguimos entrenando, solo que habíamos decidido hacer las sesiones de entrenamiento de medio día y así poder aprovechar la tarde para estudiar o hacer otras cosas. 

 Solíamos estudiar en su casa, ya que mi cuarto era pequeño, y para colmo siempre estaba lleno de pesas y era un caos total. A parte de no tener sitio, me daba un poco de vergüenza que viera mi cuarto así.  

Era la última tarde de vacaciones antes de empezar el curso escolar. Deberíamos estar preparando nuestro uniforme, o terminando lo último que nos quedaba de deberes, pero momentos antes, mientras intentaba resolver los difíciles ejercicios de física, (Tn) tiró el lápiz contra la pared y se quejó: 

 >>—¡Es la última tarde antes de empezar el infierno otra vez, y míranos! ¡Yo no puedo más! —Gimoteó, con el ceño fruncido y resoplando. Alcé las cejas. Sin duda, esto era algo atípico de la responsable (Tn) que llevaba siempre todas las asignaturas al día. 

 >>—Pero son obligatorios. 

 >>—Ah, yo ya los terminé, estoy haciendo los extra. —Dijo, natural. Yo abrí los ojos como platos—. Trae, te los hago yo. —Me cogió el cuaderno en un rápido movimiento y terminó de hacer los últimos ejercicios que me quedaban en tiempo récord. 

 Y ahora estábamos jugando a la consola, al Súper Smash Bros, concretamente.

 —¡Eres malísimo! —Rio ella con los ojos fijos en la pantalla de la televisión. 

 —Cállate —dije entre dientes mientras apretaba con fuerza los botones, tratando de tirar a su personaje de la plataforma flotante en la que peleábamos sin mucho éxito. En un abrir y cerrar de ojos vi como Link salía disparado de la pantalla por un golpe que le había dado un adorable Pikachu que daba saltitos en la pantalla al ver que era el ganador de la partida. 

 —Gané. Otra vez. —Me sacó la lengua—. Es aburrido ganarte todo el tiempo y me apetece un helado. ¿Quieres ir a por uno? 

 Asentí. Comenzaba a tener hambre. 

En un abrir y cerrar de ojos, ya estabamos saliendo por la puerta del jardín de (Tn) y estaba cerrando la puerta, ya que su tía no llegaría hasta más tarde a casa. Fuimos caminando hasta la zona más comercial del barrio, que tenía varios restaurantes, un supermercado y un par de tiendas. Sin pensárnoslo dos veces, fuimos a la heladería. 

 —Hola chicos, ¿Qué os pongo? —Una chica un poco más mayor que nosotros nos atendió con una sonrisa a pesar del calor que hacía para estar trabajando con uniforme. 

 —Un cucurucho de vainilla, por favor. ¿Tú que quieres, Zoro? —se dirigió a mí. 

 —Yo un cucurucho de matcha, por favor

 —De tanto tomar matcha se te ha quedado el pelo así. —Río, antes de sacar el monedero para pagar—. Invito yo por la broma —Me guiño el ojo, pero esta vez me adelanté yo.

 —No, cóbrame a mí. —Me dirigí a la chica, dándole el dinero. 

 (Tn), boquiabierta me pegó un codazo. 

 —¡Oye! Quería pagar yo. —infló sus cachetes, picada.

 —Pues te fastidias. Siempre pagas tú, es hora de que te invite yo también. Además, para un día que no se me olvida traer el dinero... 

Ella rio mientras cogía el helado que estaba sosteniendo.

 El abrasante sol del verano aún seguía alto, y hacía bastante calor. Aun así, decidimos ir al parque que había cerca para sentarnos en un banco y disfrutar de nuestro helado en paz a la sombra de un árbol, un lugar más agradable sin tener al sol amenazando con quemarte la piel.  

Voluntad de acero (Zoro x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora