𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎 𝐂 𝐈 𝐍 𝐂 𝐎

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Capítulo cinco
Trátalo mejor

Minho había vuelto a su camarote a descansar, unos días después de haber curado al capitán. Se sentó en la cama de madera y suspiró, pensando en lo que había pasado. No sabía que el capitán de este barco tan grande iba a ser un hombre malhumorado, pervertido y violento. Cerró lentamente sus ojos con cansancio y decidió dormir un rato.

Mala idea. De repente, unos golpes se escucharon en la puerta, tan bruscos que le obligaron a levantarse rápidamente. Se acercó a la puerta y abrió, viendo que era el mismo chico de la mañana del incidente pasado, Wonwoo si no recordaba mal.

— Veo que sigues aquí, rubito —Sonrió, mostrando sus perlados dientes—

— Ah...si —Asintió, detrás de la puerta que solo había abierto un poquito, lo suficiente como para verle la cara al hombre— ¿Qué...querías?

Wonwoo se carcajeó bajo y se apoyó en el marco de la puerta, mirándole fijamente.

— Quería hablar más contigo, el capitán interrumpió nuestra interesante charla —Dijo, con un toque coqueto—

— Ya...nuestra charla no era tan interesante —Respondió el rubio, valiente—

— ¿Ah no? ¿era más interesante ir de perrito faldero detrás del capitán Bang? —Se puso serio de repente—

— Mira quien lo dice, el que empieza a tartamudear cuando lo ve llegar —Contraatacó—

Oyó a Wonwoo gruñir por lo bajo e intentó agarrarle de la camisa, pero Minho fue más rápido y le apuntó con una daga cuando el hombre abrió la puerta de una patada, haciéndole retroceder hasta el final cuando este empezó a caminar hacia él.

— Aléjate —Amenazó con la daga—

— ¿Te has vuelto valiente de la noche al día? —Se burló el hombre, acorralando a Minho contra la pared y quitándole la daga con facilidad—

— He dicho que te alejes —Minho acabó contra la pared—

— Ahora no eres tan gallito... —Se mofó, señalándole con la daga y agarrandole el cuello— Bien, ahora vamos a poner unas pequeñas reglas entre nosotros.. —Apretó un poco su cuello— ¿Lo entiendes?

Minho cerró sus ojos y asintió, sintiendo como el aire se iba de sus pulmones.

— Con palabras, bonito —Susurró acercándose, haciendo que Minho girase su rostro a un lado— ¿Lo entiendes..?

𝐃𝐞 𝐏𝐢𝐫𝐚𝐭𝐚𝐬 𝐲 𝐎𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐀𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚𝐬 - 𝐁𝐚𝐧𝐠𝐢𝐧𝐡𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora