Escritura creativa

Temas de actualidad

Disclaimer: Los personajes y la historia no me pertenecen. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de TouchofPixieDust, yo únicamente traduzco.

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Trabajo n.º 16:

Sea consciente del mundo que le rodea. Lea el periódico o vea las noticias y escoja una historia. Escriba un ensayo de entre trescientas y quinientas palabras sobre el suceso, cómo afecta al mundo y qué siente al respecto.

Inuyasha vio a Kagome ver la televisión. Normalmente se contentaba con observarla sin importar lo que estuviera haciendo. Pero hoy estaba rodeada de periódicos abiertos y parecía que iba a explotar. Preguntaría qué pasaba, pero no estaba seguro de si iba a estallar de ira o en (estremecimiento) lágrimas. Los gritos podía manejarlos. Podía manejar que lo «sentara». Pero ¿las lágrimas?

Aunque estaba bastante seguro de que sabía lo que pasaba, así que no era necesario preguntar. A pesar de lo que pensaba cierto zorrito, no era ningún tonto.

Durante las últimas horas, había estado allí sentado con Kagome mientras ella leía los periódicos que ahora estaban esparcidos y veía lo que le había explicado que eran las noticias. Lo de las noticias era algo de la caja mágica que les decía lo que estaba pasando no sólo en la ciudad en la que vivían, sino también en todo el mundo. El periódico eran todo cosas escritas que decían más o menos lo mismo que las noticias, pero al menos allí no había anuncios irritantes. Aunque ninguna de las dos cosas parecía mejorar el humor de su miko.

Kagome estaba alterada.

Y al demonio perro le molestaba más de lo que podía expresar. Normalmente, cuando las cosas empezaban a molestarle tanto, escogía pelearse con alguien para tener otra cosa en la que centrarse o simplemente se marchaba y observaba desde la distancia. La negación y la evasión estaban infravaloradas, en su opinión. Pero no tenía ganas de enfadar a Kagome. Y sin duda no tenía ganas de dejarla sola para que se obsesionara con todo este... este... horror.

No sabía que pasaban tantas cosas malas en su mundo. La idea de dejar que corriera por ahí sola en este mundo peligroso era impensable. ¿Cómo podía volver a perderla de vista sin preocuparse en demasía? ¿Quién hubiera pensado que un mundo lleno de demonios era más seguro?

Estaba tan destrozado porque ella estuviera tan destrozada, que tenía que hacer algo. Pero ¿qué le haría sentir mejor?

—¿Ramen?

Kagome se rio. Esa era buena señal. La risa era buena, aunque no le llegase del todo a los ojos. Era un comienzo. Se puso de pie y se sacudió la falda, dejando que el periódico que estaba sujetando cayese al suelo.

—¿Tienes hambre, Inuyasha? —preguntó mientras iba hacia la cocina—. Venga, te haré algo de comer.

Bueno, había pretendido hacerle a ELLA el ramen, pero si quería prepararlo... Tal vez cocinar la distrajese del horrible trabajo de escritura que le habían puesto. Se felicitó por pensar rápido mientras la seguía a la cocina.

—¿Pollo o ternera?

—Me da igual.

Kagome llenó la olla con agua y encendió el fuego. Inuyasha se sentó en su sitio a la mesa y observó mientras ella iba a la alacena y sacaba cuencos idénticos. No estaba canturreando alegremente mientras cocinaba como él había esperado. La preocupación todavía estaba grabada en su rostro y Kagome se frotó el cuello. El trabajo le estaba causando angustia. Oh, cómo deseaba que fuera algo que pudiera matar por ella y ya. Sabía que a ÉL le haría sentir mejor, eso estaba claro.

—¿Estás bien? —preguntó.

Ella le dirigió una sonrisa cansada.

—Claro. —Abrió el paquete y soltó los fideos en el agua hirviendo—. Sólo me duele un poco la cabeza.