4. cmd² (jpi)

313 12 0
                                    

título: reencuentros y accidentes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

título: reencuentros y accidentes

advertencias: mención de heridas y sangre

parte: 2/5

resumen: vuelves a casa de Juan Pablo en busca de ayuda, poco después es él quien la necesita

word count: 2235

▌│█║▌║▌║ ║▌║▌║█│▌

Daba gracias al cielo por su oscuridad y, aunque resultase incómodo, también agradecía el momento en el que empezó a llover fuertemente.

Mis piernas entumecidas no se detuvieron ni un instante, pues aunque parecía que me habían perdido de vista, sabía que podrían alcanzarme en muy poco tiempo.

El cielo se iluminó debido a los númerosos relámpagos que hacían de aquella tormenta un espectáculo terrorífico de luces.

Esto es una pesadilla. Solo eso, un maldito sueño.
Pero no era así.

Oí el motor del vehículo cerca de nuevo, y aceleré mi carrera.
Apenas podía ver con la lluvia interrumpiendo mi visión pero parecía que mis pies sabían donde ir.

Unos cuantos metros más y..

Tenía la suerte de que su coche era un todoterreno descapotable y solo una de sus luces delanteras funcionaba. Eso nos igualaba más o menos en condiciones, esceptuando que ellos iban mucho más rápido.

Divisé la casa a lo lejos y me moví mucho más rápido, notando cómo los dejaba atrás.

Han pasado 2 meses ¿Y si ya no piensa igual? ¿Y sí ya no quiere ayudarme?

Pese a la negatividad de mis pensamientos no tardé en lanzarme desesperadamente a la puerta de su casa, deseando que él me abriera con los brazos abiertos.
Pero la puerta no cedió en ningún momento y Juan Pablo no salió a abrirme, así que rodeé la casa hasta encontrar una ventana semi abierta por la cuál entré mientras el miedo me consumía.

Cerré la ventana con el cerrojo que esta tenía, al igual que las cortinas de lo que parecía ser el dormitorio de Juan Pablo.
Intenté calmar mi sonora respiración, cerrando los ojos mientras escuchaba como el vehículo se había detenido a una distancia prudencial de la pequeña cabaña.

—La perdimos idiota —gritó una voz femenina.

—A lo mejor está dentro...

No pude oír el resto porque la puerta de la habitación se abrió de golpe y apareció Juan Pablo empapado, al igual que yo, con rostro asustado y ciertamente sorprendido.

Su pelo, aún estando mojado, se notaba mucho más corto que la última vez y en su rostro se podía notar rastros de una corta barba.

Mis ojos de niña completamente aterrorizada le devolvieron la mirada pidiendo ayuda.

one shots! jp's moratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora