nota: llevo siglos tratando de escribir esto y no sé bien que es jiji. Maldigo a Villa porque ahora me lo imagino rubio precisamente aquí
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título: simplemente pasan
advertencias: royal au, Villa misterioso y autoritario te amo
parte: 1/?
resumen: casarte con el monarca más temido del norte no estaba en tus planes, pero tampoco tenías otra opción
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Tus padres te habían dicho que había peores destinos que casarse con un rey, que tenías suerte. Tú no estabas tan segura, y menos si de él se trataba.
Su reputación le precedía, decenas de reinos bajaban la cabeza al oír su nombre. Temido por la gran mayoría y elogiado por unos pocos ilusos que tan sólo hallaban valentía en sus dotes de líder.
Había tantas leyendas sobre él y sus supuestas maldades que te fue imposible no creer algunas.
Juan Pablo Villamil había sido nombrado rey a una corta edad, tras el asesinato de sus padres a manos de su propia corte en una terrible noche lluviosa. La desconfianza era reconocible en él, muros altos rodeaban no sólo su hogar sino también su corazón.
Era solitario, frío y distante. Eso es lo poco que pudiste descubrir, días antes de vuestra boda, la cual tenías esperanzas de que fuese rechazada o aplazada, pero por alguna extraña razón el rey aceptó tu mano en matrimonio inmediatamente tras la propuesta de tus padres, los cuales te abandonaron una noche después a petición del monarca.
Villamil te asustaba pero la intriga que sentías era mayor que cualquier miedo. Apenas había hablado contigo durante tu estancia en su palacio pero su mirada te perseguía en sueños. Sus ojos serios y severos, pero con cierto cansancio en ellos, atormentaban tu mente constantemente.
En cuanto la noticia de vuestro casamiento se hizo pública, toda la realeza de Este y Oeste te enviaron sus condolencias.
No entendías bien el gran temor que la gente podía llegar a sostener alrededor de un sólo hombre. Pero a veces conseguías justificarlo simplemente al poner tu atención en él.
Caminaba solo la mayor parte del tiempo, sin escolta y por tanto sin miedo. El servicio real que obedecía al rey era limitado, no tenía más personal del necesario y no se permitía caprichos inservibles.
Al contrario de lo que contaban los rumores, su reino era mucho más agradable de lo que esperabas. Incluso admitirías que te resultaba más bello que cualquier otro lugar que hubieses visitado.
Años atrás, fueron pocas las veces en las que tu camino se cruzó con el de Villamil, pero nunca habías sentido la angustia de estar junto a él como en aquellos días, en su hogar, sintiéndote completamente sola pero vigilada de algún modo.
