título: compañía
advertencias: compañeros de piso, fluff, oblivious idiots in love
resumen: dos corazones rotos pueden recomponerse juntos
word count: 3603
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Isaza suspiró con molestia y, antes de que otro incomprensible balbuceo saliera de tu boca, tomó tu mano y te arrastró fuera de aquel bar. Sin olvidarse de tu chaqueta colgada en el taburete de la barra, en el que momentos atrás estuviste sentada hundiéndote en tu miseria.
—No quiero irme —te quejaste en una infantil exclamación al salir por la puerta.
Tu compañero de piso soltó su agarre cuando vuestros pies pisaron la calle, y se dió la vuelta para enfrentar tu ebria mirada con cejas fruncidas. Su brazo se extendió para devolverte la chaqueta, pues hacía demasiado frío fuera y pudo notar como temblabas ligeramente. Te la colocaste rápidamente pero con cierta dificultad y él se cruzó de brazos.
—Te dije que si querías beber lo hicieras en el apartamento —recordó, vaho saliendo de su boca debido al cambio de temperatura —. Estas no son horas de andar sola y borracha por la calle, mucho menos en un bar cualquiera.
—Sabía que no querrías acompañarme —murmuraste arrugando la nariz, sintiendo como tus manos empezaban a congelarse —. Por eso simplemente me fuí. No quería estar en casa.
Aunque a Juan Pablo le gustó la manera en la que llamabas casa al piso que compartíais, no permitió que esto disminuyera su comprensible enfado.
—Aun así te hubiese acompañado —dijo seriamente consiguiendo que mejorases tu encorvada postura ante su seria mirada.
Tu mirada bajó hasta tus pies, sin saber qué decir. Te diste cuenta que habías hecho mal y que por lo menos debiste haberle avisado, en vez de que se enterara por la llamada de una camarera, que te notó demasiado indispuesta tras unas cuantas copas de más.
Estabas pasando por una ruptura difícil y por ello, desde que tu novio terminó contigo, no actuabas de la forma esperada. No extrañabas a tu ex, sólo te sentías estúpida por haber aguantado tanto con él después de demasiados engaños de su parte. Te molestaba que al descubrirlo con otra, él hubiera sido el que terminara la relación, como si tú tuvieras la culpa de ello. Robándote el derecho de retomar algo de la dignidad que te quedaba.
Parte de tí estaba rota e Isaza lo sabía porque el sentimiento le era familiar.—¿Por qué tú no estás triste? O molesto, o enfadado —musitaste alzando la mirada para encontrarte con los ahora suaves ojos de Isaza que contemplaban tu notable tristeza.
Respiró hondo sabiendo bien a qué te referías pero negándose a contestar sin más.
—¿Por qué debería estarlo?
—Porque tu relación terminó, al igual que la mía. No pareces dolido de ninguna forma.
Se quedó en silencio unos instantes, su mirada puesta en tu atuendo. Dió unos cuantos pasos para acercarse a tí, y abrochó la cremallera de tu chaqueta con lentitud mientras tú le observabas con atención. Quedó contento al verte bien abrigada pero su expresión no mostró esto. Sus ojos color chocolate escanearon tu rostro antes de echarse hacia atrás de nuevo y retirar la mirada.
—Yo decidí terminar mi relación porque era lo correcto. Es ella la que debería estar triste y enfadada conmigo. Yo no merezco sentir eso.
Ladeaste la cabeza, confundida. Creías que aún así algo debía dolerle.
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one shots! jp's morat
FanfictionMuchas historias cortas de Juan Pablo Isaza y tú, y otras tantas de Juan Pablo Villamil y tú. [no ship isamil]