7. problemas menstruales (jpv)

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título: problemas menstruales

advertencias: mucho diálogo, un Villamil demasiado servicial (pero nos gustan los simp)

resumen: el chico que te gusta te avisa de que te has manchado los pantalones de sangre y, después de morirte de la vergüenza, te ayuda a salir del apuro

word count: 2929

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Estaba siendo un día demasiado largo. Te dolía todo el cuerpo y apenas podías prestar atención en clase, cosa que te enfadaba ya que sabías que había sido mala idea ir a la universidad aquel miércoles.
Te había venido la regla por la mañana y, pese a tus esperanzas de sobrellevarlo lo mejor posible con un par de pastillas, la molestia seguía ahí.

De todas formas sabías que podía haber sido mucho peor y dabas las gracias a la carencia de náuseas o diarrea.
El dolor había disminuido con el paso del tiempo y cuando por fin sonó la campana sonreíste saliendo al descanso de 20 minutos.

Colgaste tu mochila en tu hombro izquierdo y caminaste por los pasillos mientras mirabas el teléfono con atención, esperando que tu profesor y tutor hubiera contestado el correo electrónico que le mandaste hacía ya dos semanas. Suspiraste al comprobar que no era así.

¿Qué debías hacer para que un adulto se dignara a contestar preguntas importantes para poder realizar tu trabajo de fin de curso? Era tu último año en la universidad, necesitabas terminar con calificaciones impecables y los profesores solo hacían las cosas aún más difíciles.

Detuviste tus pasos al oír una voz conocida llamar tu nombre. No pudiste evitar abrir los ojos con sorpresa al encontrarte con Juan Pablo Villamil, el chico que te gustaba desde que empezaste el año.
No erais exactamente amigos pero te enorgullecía decir que al menos erais conocidos, buenos conocidos. Hablabais de vez en cuando de las asignaturas que teníais juntos y bueno, quizás, tú le mirabas más de la cuenta en clase.

Le echabas la culpa a como lucía su pelo desde atrás, de lado, diagonalmente y claramente también de frente. No podías simplemente no mirarle.

—Villa ¿Qué pasa?

El chico estaba algo rojo, parecía que había corrido para alcanzarte. Se situó delante tuya, consiguiendo que tu espalda casi tocara la pared del pasillo al intentar buscar algo de distancia ante su extraño comportamiento.

—¿Te encuentras bien? Te vi algo distraída en clase —preguntó con sus ojos verdes fijos en los tuyos.

Sacudiste la cabeza ligeramente ¿Villamil te miraba durante la lección? Evitaste sonreír.

—Estoy bien, sólo me dolía un poco el estómago y me costaba concentrarme, pero ya estoy mejor —sonreiste.

Él asintió con labios apretados para después mirar a los lados y acercarse aún más a tí.

—Espero que esto no te resulte incómodo, somos amigos y no hay nada de lo que avergonzarse pero.. —dijo en un susurro cerca de tu oído mientras sentías los latidos de tu corazón dentro de tu cabeza debido a su cercanía —, creo que te has manchado el pantalón de sangre.

Palideciste enseguida y deseaste que la tierra te tragase en aquel mismo instante.
Tus ojos abandonaron su rostro para fijarse en la gente que caminaba alrededor y os miraba con extrañeza.

Prácticamente estabas arrinconada contra la pared debido al intento de Villamil para que nadie viese la mancha de tu pantalón.

Soltaste un par de groserías en voz baja y aguantaste las ganas de llorar de la vergüenza ¿Cuánta gente habría visto la mancha?

one shots! jp's moratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora