título: dibujos y canciones
advertencias: ninguna
resumen: tu resistencia a que Isaza vea los dibujos que tienes suyos te lleva a escuchar una de las canciones que él escribió sobre tí
word count: 1881
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Se estaba quedando profundamente dormido y tuviste que reprimir una carcajada. No podías culparle, a tí también te aburría aquella clase.
Por eso tomaste una nueva hoja de papel y un lápiz para empezar a delinear el perfil de Isaza mientras tu mente divagaba.El timbre sonó tiempo después, asustando a un adormilado Juan Pablo que posó rápidamente la mirada en tí, haciendo que escondieras tu nuevo dibujo con poco disimulo.
Estiró sus extremidades con una sonrisa perezosa y ojos amables fijos en tí.
—¿Alguna vez me dejarás ver tus dibujos? —te preguntó mientras guardabas tu sketchbook en la mochila.
Te levantaste de la silla sonriendo nerviosamente y saliste del aula con él a tu lado. Encogiste los hombros.
—Ya te he enseñado demasiados —comentaste intentando restarle importancia.
Y es que claramente había una muy buena razón por la cual ocultabas gran parte de las páginas de tu cuaderno. A Juan Pablo Isaza en específico.
Tenías decenas de retratos de él. Culpabas a su gran atractivo y a tu pequeño enamoramiento por prácticamente obligarte a trazar sus hermosos rasgos.—No me dejas mirar cuando dibujas, y al terminar cambias de página. Siento que no quieres que vea ciertas cosas —comentó el chico mirando al cielo.
Retiraste la mirada con culpa.
—No es así, Juan. Es solo que algunos dibujos son muy personales y otros no merecen la pena.
No mentías, pero esas no eran las obvias razones por las cuales no querías enseñarle tus dibujos.
—Si los has hecho tú merecerán la pena —sonrió mientras se sentaba en el césped del descampado que poseía la escuela —. Todos hablan de lo genial que dibujas, pero apenas he podido comprobarlo.
—Los chicos exageran, tampoco es para tanto. Algún día te enseñaré, no te preocupes —reíste con ligereza mientras te recostabas en sus piernas, tranquilizándote después de unas largas y tediosas clases.
—Espero que sea una promesa —murmuró jugando con tu suave pelo.
Cerraste los ojos contenta y respiraste hondo.
—Lo es. Pero tú también debes prometer enseñarme lo que compones en las tardes con la banda.
Notaste como su cuerpo se tensó durante unos instantes y su mirada se apartó de la tuya.
—No es lo mismo.
—¿Por qué no? —te reincorporaste buscando los ojos marrones que tanto te encantaban.
—Las canciones también son de los chicos, es trabajo en equipo. No estoy seguro de que les parezca bien —comentó volviendo a mirarte con una expresión dudosa.
—Simón me dijo hace rato que a todos les encantaría que me pasara algún día por el garaje.
La banda de los cuatro chicos ensayaba a diario en el garaje de la casa Villamil. Pocas veces invitaban a alguien a los ensayos.
—Además —añadiste con una sonrisa —. Me han dicho que últimamente pareces muy inspirado y no paras de escribir y aporrear la guitarra.
—Yo no aporreo guitarras —rió achinando los ojos con gracia ante la expresión usada.
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one shots! jp's morat
FanfictionMuchas historias cortas de Juan Pablo Isaza y tú, y otras tantas de Juan Pablo Villamil y tú. [no ship isamil]