3. cmd¹ (jpi)

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NOTA: este shot está medianamente basado en el escenario presentado en el videoclip de Cuanto Me Duele. Contiene varias partes, ya que originariamente no lo escribí para este fic, y la narración es en primera persona (narras tú).
Sinceramente me he inventado bastantes cosas porque no tenía información suficiente. Nada de lo que ocurre en el vídeo tiene que ver con esta historia. Dicho esto, disfruten de un Juan Pablo con traumas y muy hambriento de tacto.

 Dicho esto, disfruten de un Juan Pablo con traumas y muy hambriento de tacto

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título: demasiado bonito para ser cierto

advertencias: mención de heridas y sangre, saltos en el tiempo

parte: 1/5

resumen: un extraño cura tus heridas y después te rompe el corazón al desvelar su oscuro secreto

word count: 2426

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Si, claramente había visto la señal y, aunque dejaba en claro que era área restringida y no podía pasar, yo entré tambaleandome.

No era la primera vez que ignoraba estás señales y con suerte, si no me moría desangrada, no sería la última.

Mi cabeza daba vueltas y sentía como mi cuerpo empezaba a temblar debido al estúpido sudor frío que me había empezado a acompañar una hora atrás.
El sol empezaba a resultar sofocante.

Volví la mirada hacia mi brazo que parecía no dejar de sangrar ni por un mero instante. Había hecho todo lo posible por detener la hemorragia pero aquella bala seguía dentro de mí y no saldría sola. Obviamente.
Lo posibilidad de sacarla con mis dedos había sido descartada, pues moriría antes de asco que de dolor.

Tropecé torpemente con una roca debido a mi debilidad al caminar pero me estabilicé dudosamente y seguí.
Cualquiera que me viera diría que estaba completamente ebria.

Ojalá estar borracha.

Mi boca no dejaba de tomar grandes bocanadas de aire, sintiendo que en cualquier momento mis pulmones explotarían.

Voy a morir. Pensé mientras notaba cómo se me nublaba la vista. O a lo mejor solo se me cae el brazo. No me importa ser manca, sólo no quiero morir, no así.

—¡Arriba las manos! —pude oír como una voz distorsionada gritaba —. ¡Esto es propiedad privada!

Me di la vuelta encontrándome con la figura borrosa de un chico a seis metros de mí, apuntandome con una escopeta.
Parecía ser que lo de área restringida era verdad.

one shots! jp's moratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora