Capítulo 28

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POV Allison Foster

Tomamos un taxi para llegar a la casa de Taylor, hacia mucho frio y hasta ahora era consiente de eso, pero no sabia si era el frio o la decepción lo que sentía que quemaba todo en mí.

Ninguno de los dos eramos capaz de decir algo mientras íbamos en el taxi, el hueco entre Erick y yo cada día se hacía más grande y difícil de remediar.

Baje del taxi a toda prisa para entrar a la casa y alejarme de él lo más rápido posible, no quería verlo. Subí por las escaleras a grandes zancadas hasta quedarme sin aliento, debía de refugiarme en algún lugar; solo para escuchar a Erick gritar mi nombre antes de llegar al segundo piso.

—¡Allison! —, volvió a gritar Erick cuando Taylor y su esposo venían de camino a mí.
—¿Qué ha pasado? —, indagó Taylor.
— ¡Pregúntale al imbécil de tu hermano! —, grité mirando a Erick caminar rápidamente hacia mí, pero era tarde, ya me encontraba dentro de la habitación cerrando la puerta.

Solo podía escuchar los golpes de Erick en la puerta mientras gritaba que la abriera. Corrí hacia mi maleta intentando buscar algo que claramente no tenia, estupefacientes.

No tenías estupefacientes para enfrentar lo que estaba sintiendo en estos momentos, pero si podía hacer algo, podía intentarlo otra vez y acabar con esto de una vez por todas.

Abrí las gavetas de las cómodas rebuscando todo lo que tenía dentro, pero no daba con lo que quería, fui al baño, pero Erick no tenía ninguna navaja, solía ir a la peluquería siempre. Abrí la puerta del  estante de primeros auxilios y encontré un pequeño escalpelo, lo tomé para sentarme en el suelo de frente a la puerta de la habitación, miraba la puerta fijamente como si mi vida dependiera de ella, como si esperara que alguien la derrumbará para salvarme. Quería que alguien me salvara.

Ya había hecho esto antes, miré mis muñecas un momento viendo mis antiguas cicatrices, pero sentía que no podía hacerlo, no otra vez. Tomé el escalpelo para arrojarlo contra la puerta viendo como este rebotaba por el impacto.

Quería arrancar todo mi cabello, quería poder quitarme uña por uña, hasta que sintiera algún tipo de dolor que suplantara el que sentía en este momento.

—Mamá, mamá—, gritaba mientras mis lagrimas corrían por mis ojos, las sentía calientes, sentía que ellas quemaban todo a su paso.
— Mamá, regresa por favor. Regresa—, lloraba a lágrima viva, no solo por fuera, sino por dentro de mí.
—¡Te necesito!, ayúdame a ser fuerte—, suplicaba a alguien, suplicaba a la nada, suplicaba intentando que alguien me escuchara, que alguien se compadeciera, que alguien se condoliera.
—Si de verdad existe un Dios, ¡ayúdame maldita sea! —, demandé pataleando.
—¡Esperaras que muera para hacerlo! —, confesé mientras mi voz se apagaba.

Poco a poco me fui acostando hasta quedar en el piso, en posición fetal.

—Mi madre te rezaba, ella creía en ti. Si de verdad haces milagros, este es un buen momento para hacer uno, porque yo soy mi peor enfermedad—, sollocé 
—¡Libérame de este castigo! —, grité.

Llore, no por Erick, era capaz de entender que había desahogado su furia conmigo, el nunca me había juzgado hasta este momento y yo lo hacia continuamente. Pero si me dolía que la única persona que me había ayudado la estaba alejando de mí. Me quedaba sola otra vez y se sentía horrible saberlo.

Por primera vez sentía que necesitaba organizar mi vida, claramente había un avance o en otros tiempos hubiera acabado con mi vida sin pensarlo, pero esto que empezaba a sentir por Erick podría ser mi salvación, o quizás mi propia perdición.

¿Cómo lo sabría si no lo intentaba?, se que yo era diferente para él, pero ¿hasta que punto lo era?, ¿estaría el dispuesto a sacrificar su libertad por mí?, no estaba tan segura, no después de lo que vi hoy. 

Debía de buscarle un sentido a mi vida diferente.

POV Erick Walton

—¡Allison! —, volví a gritar viendo como mi hermana y su esposo se acercaban a ella.
—¿Qué ha pasado? —, inquirió Taylor mirándola.
— ¡Pregúntale a tu hermano quien es un imbécil! —, escupió cerrándola la puerta detrás de ella.

Allison era una bomba de tiempo en los momentos menos oportuno, había descargado toda mi ira con ella, pero quería que despertara, que asumiera que debía continuar, que no podía dejar su vida a un lado mientras se hundía en un dolor que no la dejaba avanzar. Pero supongo que cada persona vive un luto diferente.

Me acerque a la puerta para golpearla con todas mis fuerzas, necesitaba hablar con ella.

—¡Allison! —, gritaba al mismo tiempo que le pegaba con mis puños a la puerta.
—¡Erick detente! —, gritaba Taylor a mi lado.
—¡Allison abre la maldita puerta! —, grité ignorando a Taylor.
—Déjala la asustara—, alegó ella.
—¡Si no abres esa maldita puerta la hare pedazo! —, rugí pegándole más fuerte.
—¡Erick ya basta! —, gritó mi hermana llamando mi atención.
—Allison es una paciente no recuperada aun, su estabilidad emocional varia, ¿quieres que reincida de nuevo?, ¿es lo que quieres? —, manifestó Taylor.

Abrí mis ojos como plato, Taylor se había dado cuenta.

—Allison me lo conto, e investigué por mis propios medios—, explicó a ver mi cara de asombro.

Pase mi mano por mi rostro, necesitaba despejar mi frustración.

—¿Dónde están mis padres?, no quiero que se enteren de esto—, ordené.
—La familia Harris nos invitó a cenar esta noche, pero tu y Allison no llegaron, y yo simplemente no soporto a Meave. Nuestros padres decidieron asistir, se excusarán en nuestros nombres—, informó mi hermana.
—Cariño, llévalo a tu oficina, necesita un trago—le pidió Taylor a mi cuñado.
—Ordenare que arreglen una nueva habitación para ti, necesitas descansar—, agregó.
—Allison tiene carácter, nunca lo había visto así—, le susurró mi cuñado a mi hermana, pero no fue imposible escucharlo.

Lo mire con caras de poco amigos, no estaba para chiste. Así que me fui a la oficina, necesitaba ese trago urgente.

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