Capítulo 9

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POV Erick Walton

Sali de mi oficina luego de terminar mi reunión, Allison irrumpió en mi oficina sin esperármelo y aunque merecía eso y mas por llevarme sus cosas sin avisarle verla rabiar de celos por la señorita Jonhson me dio algo de satisfacción.

—Lisa, ¿Dónde está Allison? —, le pregunté a mi secretaria la cual se encontraba sola en el lugar.
—Dejo esto para usted—, me informó Lisa pasándome una nota, la cual tome para caminar al ascensor antes de leerla.

Mire la nota para ver que decía <<Púdrete Erick>>, sonreír guardándola nota en mi saco. Baje al parqueo subterráneo del edificio para tomar mi auto y marcharme a mi departamento al tiempo que miraba un mensaje de Hugo en mi móvil.

Llegue a mi departamento para encontrar a Allison en la puerta, camine ignorándola, introduje la llave para abrir sin decir nada, encendí algunas luce antes de continuar caminando por mi departamento sintiéndola cerrar la puerta detrás de ella.

—¿Dónde están mis cosas? —, gruñó ella.
—Donde siempre debieron de estar, en mi habitación—, expresé a medida que me quitaba mi saco para dejarlo en el sofá.
—No sé que pienses que sea lo que sucedió anoche, pero te aseguro que habernos acostado no cambia nada—, escupió Allison.
—¿Y que paso exactamente anoche Allison? —, la reté a responderme mientras aflojaba el nudo de mi corbata para quitármela.
—¡Solo fue sexo casual Erick! —, la escuché exclamar.

En ese momento una sonrisa diabólica se coloco en mi rostro, caminé hasta colocarme en frente de ella, odiaba ver a las mujeres en ropa deportiva, pero verla a ella en ropa deportiva era otra cosa, desde que la conocí siempre le ha gustado vestir así, es parte de su estilo y a mí ya empezaba a gustarme.

—¿Sexo casual?, ¿Crees que lo que te hice anoche fue sexo casual? —, alegué mirándola fijamente, sin esperar respuesta de su parte.
—¿Quieres que te enseñe lo que es tener sexo casual?, date la vuelta Allison—, le ordené fríamente para tomar su brazo y girarla chocando su espalda con mi pecho, quería molestarla.
—Erick ¡no! —, exclamó ella liberándose de mi agarre sacándome una sonrisa, me separé de ella para tomar mi saco y mi corbata que yacían en el sofá para encaminarme a mi habitación.
—Vine aquí para buscar mis cosas—, refunfuñó Allison detrás de mí.

Abrí la puerta de mi habitación para tirar mi saco sobre mi cama, Allison seguía vocifero todas las maldiciones que le surgían en contra de mí, estaba peor que hace un año. Me dispuse a quitarme mi camisa y mis zapatos para darme una ducha y dejar de escuchar la voz de Allison, aunque sea por un minuto.

— ¿Mis cosas están en la otra habitación? —, indagó ella.
—No—, contesté respirando profundamente, Allison miró rápidamente a mi  walking closet para caminar hasta ahí, pero antes de que pudiera tocar el picaporte sostuve su muñeca obligándola a mirarme.
—Allison, sé que no quieres esto; sé que te herí la última vez, te mentí sobre Meave, pero te aseguro que no sucedió nada entre ella y yo, cómo podría engañarte cuando tus eras todo para mí y aun lo sigues siendo. No te he dejado de pensar un solo maldito segundo desde que te marchaste, desde que te subiste a ese maldito taxi alejándome de ti—, escupí con dolor.

Escuché la respiración de Allison profunda y pesada, pero necesitaba que me escuchara, que me creyera y que sobre todo me perdonara.

—No me aleje por ella—, susurro. —Me alejé por ti, por mí, había vuelto a recaer, no te merecías esto; necesitaba alejarme de todos, la presión de tu vida me ahogaba, yo nunca serie suficiente para ti—, confesó con sus ojos lastimeros.
—Allison, ¿cómo… cómo debo de explicarte que tú eres más que suficiente para mí?, ¿Cómo debo de demostrarte que te quiero en mi vida? —, expresé acercándome a ella sin soltar su muñeca.

—No, Erick. Tu no quieres esto—, sollozó negando con su cabeza.
—Deja que sea yo quien decida lo que quiero, la pregunta es ¿Tu quiere esto Allison? —, pregunté con firmeza sosteniéndole la mirada.

No escuché nada salir de sus labios y esto me mataba.

—Alli, ¿Tú quieres esto? Si dices que no, abriré esa puerta, tomaré tus cosas y te llevare al hotel y te aseguro que jamás volveré a cruzarme en tu camino; pero si me dices que sí, voy a estar a tu lado siempre, si dices que si haré todo para protegerte—, afirmé viéndola bajar su mirada.
—Mírame—, le ordené sosteniendo su mentón para que me mirara.
— Erick—, tartamudeó ella.
—Si me dices que si Allison, si tú me dices que si, seria capaz de recoger tus lagrimas con mis besos, convertiría tu mierda de vida en mi universo, seria la persona que te haga sentir que puedes cuando sientas que no, si tú me dices que sí, y decides quedarte, no te prometo hacerte feliz siempre, pero si ser el único hombre que te amé con todos tus demonios, pero necesito saber ¿qué quieres tu? —, confesé con el corazón en la mano.

Vi una lagrima rodar por su mejilla la cual detuve con mis dedos, agarré el rostro de Allison con ambas manos esperando una respuesta de ella, sentía mi corazón doler intensamente.

—Erick yo…—, tartamudeaba Allison negando con la cabeza entre mis manos, su respuesta me atormentaba, amenazaba con destruir cada parte de mí.

Sentía la necesidad de abrazarla, de hacerle entender que ella me necesitaba tanto como yo a ella, necesitaba hablarle todos los días, verla cada mañana dormida en mi cama, tocarla hasta que me sintiera saciado de ella, escuchar sus pasos en mi cocina mientras baila, sentirla.

La necesitaba en mi vida, para no tener que pasar cada segundo imaginando una manera diferente de volver a encontrarme con ella.

Podía ver la verdad en sus ojos, podía sentir su cuerpo vibrar bajo mis manos, ella sabía que me pertenecía.

—¿Allison? —, le imploré.

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