Sálvame

Capítulo 5

POV Erick Walton

Tener a Allison delante de mi solo me demostraba que era imposible de olvidarla, tenía su cabello recogido llevándolo hacia un lado que dejaba ver su cuello descubierto, el cual un día mis labios recorrieron sin decencia, su trabajado cuerpo solo confirmaba el arduo trabajo en el cual lo sometía en la academia de ballet sin dejar de ser delicado y su piel me llamaba a saborearla otra vez.

Verla bailar al lado de Will solo había logrado que me molestara, pero todo cambio cuando lo vi tocar su trasero descaradamente delante de todos, sabia que era su pareja de baile y a pesar de la rivalidad que existe entre Williams y yo, cuando la persona que contrate para que le siguiera los pasos me informo que el era su intimo amigo me sentí mas tranquilo, a pesar de no llevarme bien con él, sabia que era un buen chico, pero lo que nunca imagine fue encontrármela aquí con él.

Llevaba un vestido negro de un solo hombro el cual lo cubría hasta su muñeca, con unos vuelos en su hombrera y unos vuelos a juego a un lado de su cintura acentuando sus caderas, tenia una abertura en medio de sus piernas el cual te invitaba a verlas hasta llegar a sus pies, era un vestido que te dejaba deseando poder ver debajo de él, quizás llevaba una braga del mismo color, o quizás era de encaje, deseaba averiguarlo.

Me comía a Allison descaradamente con mi mirada sin esconderlo, la deseaba, Dios sabe que la deseaba, aunque me acostara con otras mujeres, siempre seria ella.

Allison intento cruzar por mi lado, pero le cerré el paso, su cara de molestia me encantaba, extrañaba ese rostro, respiro profundo haciendo que su pecho se elevara, cual deliciosa tentación.

—Erick, apártate—, gruñó.
—¿O si no que señorita Foster? —, la reté descaradamente.

Ella me miró, sin despegar sus ojos de los míos en ningún momento, podía saber lo que pensaba, sabía que deseaba lo mismo que yo.

—¿Extraño tu boca Allison? —, le susurré encima de sus labios, sentí como los abría débilmente, su respiración se tornaba tan pensada que deseaba hacerla mía aquí mismo, levante mi mano para recorrer su espalda lentamente hasta llegar a su espalda baja y pegarla más a mí, sorprendiéndola.
—Por favor no—, susurró cuando pegué mis labios sutilmente sobre lo de ella, bajando su cabeza.
—¿No qué Allison?, umh, ¿No qué? —, le pregunté tocando su mejilla con mi otra mano para que me mirara.
—Me he acostado con otros hombres, Erick—, soltó sin más.

Sonríe con presunción.

—Necesitamos hablar en otro lado, acompáñame —, le ordené.
—No. Vine con Will—, se opuso ella.
—Olvídate del bastardo, esto es más importante—, sentencié tomándole la mano para encaminarnos a la recepción del hotel.
—La llave de mi Preferred suite —, le ordené a la recepcionista con cara de poco amigos.
—Señor Walton. Buenas noches—, me respondió la recepcionista extendiéndome la tarjeta electrónica.
—¿Preferred suite?—, inquirió Allison nerviosa.
—Soy dueño de este hotel, ¿no tendría mi propia habitación?, camina—, respondí cortante.

Introdujé a Allison al ascensor para dirigirnos al quinto piso, donde se encontraba mi habitación; el ascensor se abrió, pero Allison no se movió, la tomé del brazo para arrastrarla hacia fuera.

—¡No!, ¡no tenemos nada de qué hablar Erick! —, vociferó, llamando la atención de algunos huéspedes que estaban en el pasillo.
—No me hagas hacerlo Allison, debemos hablar y mientras más rápido lo hagamos esto terminara—, susurré amenazadora muy cerca de ella.
—No entrare a tu habitación de mierda—, concluyó ella.
—De acuerdo—, sentencié.

Tomé a Allison de sus piernas para colocarla sobre mi hombro y caminar con ella hacia mi habitación, la muy tonta empezó a gritar y patalear como una loca, le propine una nalgada para que dejara de moverse, provocando que los presentes me miraran con sorpresa.

—¡Eres un maldito! —, gritó. 

Abrí la puerta de mi habitación con ella en mi hombro para cerrarla detrás de mí.

Bajé a Allison colocando su espalda contra la puerta, la mire un segundo para poner mis brazos alrededor de ella encerrándola, la necesitaba, la quería en mi cama otra vez y esta vez me aseguraría de que no se marchara.

Bese los labios de Allison desesperadamente, necesitaba sentir su lengua jugar con la mía de nuevo, ella coloco sus brazos detrás de mi cuello tocando mi cabello y profundizando el beso, era un beso desenfrenado lleno de lujuria, deje un beso en su cuello, la tome por el trasero para que se enredara a mi cintura mientras camina al interior de la habitación, nuestros labios encajaban perfectamente, necesitaba tenerla.

La baje en frente de la cama para abrir el cierre de su vestido revelando lo que había debajo, llevaba un sostén negro de encaje, continue bajando su vestido hasta arrodillarme en frente de ella para confirmar lo que había pensado, baje su braga de encaje para fundir mi boca en su coño, la bese, saboree su delicioso sabor viéndola removerse del placer, la misión con la cual mi lengua fue creada ahora entendía que era para su placer, solo el de ella.

Sentí sus piernas temblar, mientras agarraba fuerte mi cabello y la escuchaba gemir.

Me puse en pies despojándome de mi ropa en frente de ella, acaricie su espalda desnuda mientras mi verga erecta rozaba su vientre, la lleve hasta la cama para colocarme encima de ella.

—Quiero estar arriba—, confesó.
—No puedes estar arriba—, le dije.
—¿Por qué? —, indagó.
—Porque nadie te ha hecho el amor después de mí—, 
—¿Cómo sabes eso? —, tartamudeó.
— ¿Crees que te deje ir definitivamente?, no podía dormir sabiendo que otro te tocaría donde yo lo había hecho—, confesé.
—¿Debo sentir miedo por esto? —, interrogó.
—No, solo debes sentir placer—, enterré lentamente mi verga dentro de ella, viendo como arqueaba su espalda debajo de mí.
—Erick…—, fue lo último que escuche salir de su boca antes de empezar a embestirla con estocada leve, se sentía tan apretada que podía correrme en estos momentos, no tenía preservativo así que tendría que terminar afuera.

Allison se movía debajo de mi magistralmente, su olor me volvía loco, amaba a esta mujer, era mía otra vez, bese su cuerpo completo codiciosamente.

—Eres mía, te he besado donde nadie lo ha hecho y donde nadie lo hará jamás—, susurré para adueñarme de sus labios, sus ojos estaban embriagado de placer.

Solté su cabello para encontrarme con algo diferente, se había cortado el pelo, el característico flequillo que solía adornar su cara ya no estaba, había crecido. Introduje mis dedos en su cabello sintiéndolo suave como la seda, todo ella lo encontraba tan excitante, llevé sus manos hacia arriba de su cabeza para someterla por la mía.

Por fin me sentía yo otra vez, por mas que lo intentara la necesitaba y no sé qué tendría que hacer, mi vida cambio desde que la vi soltar delante de mi vehículo. Me enamore de su persona, de su carácter, era prisionero de su cuerpo y ahora era dueña de mi corazón.

—Te extrañé —, afirmo con su cara enterrada en mi cuello, mientras acariciaba su espalda.

Toque su trasero agarrándolo con fuerza, para embestirla otra vez, quería hacerla mía una y otra, y otra, y otra vez, hasta que su cuerpo reconociera a quien le pertenecía, Allison se mordía sus labios conteniéndose para llegar a su liberación, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había hecho esta noche, mi corazón se llenaba de inmodestia cuando la veía refugiarse en mi después de llegar a su liberación temblorosamente.

Terminamos exhausto después de quemar la cama la noche completa, no me importo sin sus gemidos se habían escuchado en otra habitación, esta era Allison, mi Allison, la chica que yacía durmiendo a mi lado, desnuda debajo de mis sabanas y sobre mi cama.

Tome su mano que tenia encima de mi pecho para mirar su herida por un momento, bese aquella cicatriz, acordándome de cuando la metí a la tina.

—Te salvare, te lo prometo— susurré dejando un beso en su cabeza.

Nota de la autora:
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