O22

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Doutzen entra al departamento pegando un portazo

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Doutzen entra al departamento pegando un portazo.

— Charles— habla fuerte, casi gritando. —¿Estas en casa?

— Acá estoy— digo encontrándola en el recibidor.

— Mira lo que me mandó Alina— dice entregandome su celular. Es una noticia de un tabloide amarillista, donde dice que nuestro matrimonio es todo una mentira. Que hay pruebas y testigos, que es una fachada.

— Legalmente estamos casados— intento tranquilizarla.

— Si Charles, pero sabemos que esto no es real— nos señala— todo empezó por un error que en vez de terminar, lo seguimos.

Me quedo mirándola sin poder creer lo que esta diciendo. Tiene razón, porque empezó siendo una mentira, pero el amor que siento por Doutzen es lo más real que alguna vez sentí en mi vida.

— Voy a hablar con mi publicista para solucionarlo.

— Es lo mejor que podes hacer— entra a la cocina para prepararse un café. No se lo que le está pasando, ni porque reacciona de esta manera.

—Doutzen— la llamo cuando la veo pasar para ir al balcón.

— No quiero hablar.

— Tenemos que hablar, ¿que te pasa? ¿Por que estas así?

— Porque estoy cansada, Charles— suspira— me cansé de vivir así. Para vos todo fue fácil, la que más sacrificó cosas fui yo. Dejé todo para acompañarte y no recibí nada a cambio.

— Nadie te obligó a hacerlo— levanto la voz.

— A mi no me grites, porque agarro mis cosas y me voy a la mierda. Date cuenta que el perjudicado sos vos, así que no te hagas el ofendido y enfrenta las cosas.— me señala— empeza a hacerte cargo de las cosas.

— ¿Que queres decir?

— Que estoy enamorada de vos hasta la médula, pero sos un inmaduro que le tiene miedo al compromiso. No queres enfrentar las cosas, huis de todo, y yo ya estoy cansada. Porque no me queres de la misma manera, ya no puedo seguir así.

Vuelve a entrar al departamento, va a la habitación donde sale con su bolso y el de Grace.

— ¿A donde vas?

— No se— pone a Grace en su bolso— no me busques, ni me llames.

—¿Vas a volver?

— Cuando me deje de doler el corazón. — dice antes de irse.

(...)

Hace cuatro horas que Doutzen se fue, la he llamado miles de veces y en ninguna respondió.

— ¿Te podes tranquilizar?— me dice Max— de verdad te digo, o te pateo. Vos decidí.

— Es que no entendes. — me agarro la cabeza— se fue a la tarde y ya es de noche.

— No, la verdad que no entiendo lo boludo que sos. Si vos amas a Doutzen, ¿por que le haces pasar por esto? Hacete cargo de lo que sentis, lo de más viene solo. Decile la verdad a tu familia, la prensa me chupa un huevo. La semana que viene se van a olvidar.

Asiento y le respondo el mensaje a John, mi publicista. Estoy listo para hablar con la prensa.

Pero primero tengo que recuperar a Doutzen y a mi hija gato Grace.

Pero primero tengo que recuperar a Doutzen y a mi hija gato Grace

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Buenas!

Capítulo nuevo, pero cortito.

Espero que les guste!

Les mando un beso <3

Nosotros En Mónaco; Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora