Capítulo 2: Muerte

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Los hermanos Yoon estaban de camino al distrito de los refugiados para ir a buscar a sus amigos. Sa-wol lo llamaba 'vacío legal', los habían castigado dos semanas a partir del día siguiente y técnicamente esa noche podían salir. El chico no creía poder persuadir a su hermana, hasta que recordó que ella se había quejado de no poder despedirse de la niña refugiada a la que le había prometido volver, por lo que utilizó esa tristeza para convencerla.

–¡Abuelo!

–No seas maleducado –le dio un codazo su hermana mayor–. Nos ha ayudado mucho y tú tratándolo así.

–Él sabe que no lo digo a malas –se rio–. ¡Abuelo! –volvió a llamarlo, al igual que hizo con sus tres amigos.

–¿A qué viene tanto ruido? –preguntó el hombre apareciendo.

–Señor, ¿cómo se encuentra? –ella se inclinó levemente.

–Sigues vivito y coleando –se alegró el chico.

–¡Sa-wol, no le hables así!

–Mocoso, no tengo pensado morir hasta que me hables con respeto, ¿vale? –el joven no pudo soltar una carcajada, consiguiendo que le apretujaran las mejillas con cariño–. Deberías hacerle más caso a tu hermana.

–Ojalá me hiciera más caso, no nos meteríamos en tantos líos.

El sonido de una puerta los distrajo, eran los tres amigos de los hermanos Yoon, que al parecer estaban estudiando. Hyun-min buscó a la niña con la mirada, ya que le preocupaba no encontrarla.

–Está con nosotros –avisó uno de ellos y la chica asintió entrando en la habitación, mientras Sa-wol les contaba los planes que tenía para ese final de día.

–¡Has vuelto! –exclamó la pequeña corriendo hasta Hyun-min en cuanto la vio–. Mira –agarró una hoja–. Somos tú y yo –sonrió mientras se la acercaba.

–Gracias –dobló el dibujo con cuidado y lo metió en su bolsillo trasero.

–De nada –caminó hasta el sitio en el que se encontraba cuando llegó–. No he escrito tu nombre porque no sé cuál es.

–Yoon Hyun-min –respondió la mayor sentándose a su lado–. ¿Y tú?

–Kim Eun-ji.

–¿Tu madre es Kim Ha-neul?

–Sí –asintió rápidamente con una sonrisa–. ¿Conoces a mi mami?

–Algo así.

Y tanto que la conocía. No era una buena mujer, al contrario, era una persona bastante egoísta desde siempre. La última vez que la vio fue hace casi ocho años, ya que había ido a visitarla cuando le contó emocionada que había tenido a una niña. Pero, pese a lo que Hyun-min pudo pensar, la madre le pidió que se la llevara ya que, si no lo hacía, en algún momento acabaría abandonándola para no hacerse cargo de la pequeña.

–¡Minnie! –la llamó su hermano.

–¡En la habitación! –lo miró con curiosidad cuando apareció por la puerta–. ¿Nos vamos ya?

–Sí, ya estamos los cuatro listos.

Dirigió su mirada nuevamente a la niña. –Volveré en unas horas para despedirme, ¿está bien? No sé cuándo vamos a volver a vernos, pero prometo buscarte.

–¿No me abandonarás? –hizo un puchero.

–Claro que no, preciosa –negó con la cabeza–. Cuando te lleven con tu nueva familia, pienso encontrarte y visitarte, ¿entendido?

Eun-ji asintió viendo marchar a la mayor con tristeza.

–Sabrás encontrarla de nuevo, te conozco –Sa-wol animó a su hermana–. Espero que estés lista para nuestra última aventura hasta dentro de dos semanas.

Novata [Black Knight]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora