Llega el momento de la ronda final, en la que se decidirá quién sería el futuro repartidor.
Hyun-min se encuentra en el centro de la arena, rodeada por la multitud que espera ansiosa el inicio del combate. Las luces brillan intensamente, cegándola parcialmente mientras busca con la mirada a 5-8. A pesar de sus esfuerzos, no logra verlo, tal vez llega tarde o la luz de los focos la ciega la suficiente como para ello, por lo que decide centrarse en su adversario.
Frente a ella está el candidato más fuerte del torneo, un hombre con mucha masa muscular y una sorprendente velocidad. Su sola presencia es intimidante, y Hyun-min siente una oleada de nervios recorrer su cuerpo. No se siente preparada para ganar contra alguien tan formidable. La diferencia de tamaño y fuerza física parece abrumadora.
La fémina respira hondo, tratando de calmar sus pensamientos. 5-8 le había prometido que estaría allí para verla ganar y, aunque no puede verlo, confía en que esté presente, apoyándola en silencio. Esa promesa le da una chispa de esperanza y fortaleza.
El árbitro anuncia el inicio del primer asalto. Hyun-min se coloca en posición, sus músculos tensos y su mente enfocada. Sabe que necesita usar su velocidad y agilidad para superar la fuerza bruta de su oponente.
El primer ataque es rápido y poderoso: su adversario se lanza hacia ella con una fuerza impresionante. La chica esquiva por poco, sintiendo el viento del golpe rozar su rostro. Se mueve con gracia y rapidez, buscando puntos débiles en la defensa del hombre.
A cada movimiento, Hyun-min siente la presión aumentar. Los nervios están ahí, pero también lo está su determinación. Recuerda las palabras de 5-8, sus enseñanzas y el entrenamiento intensivo que había realizado. Cada esquiva y contraataque está lleno de precisión, pero también de una creciente confianza.
En un momento crítico, su oponente la acorrala contra las cuerdas. Ella siente la desesperación crecer, pero algo en su interior se enciende. Con un movimiento rápido, se desliza bajo el brazo de su adversario y se coloca detrás de él, golpeando con fuerza en un punto vulnerable, haciendo que el hombre se tambalee
Hyun-min sabe que tiene que mantener la presión y no darle tiempo a recuperarse. Con una serie de movimientos rápidos y calculados, sigue atacando, en busca de cualquier ventaja.
Él lanza un golpe preciso que impacta en la mejilla de la chica, abriéndole un corte. El dolor es intenso y siente la sangre correr por su piel. En la pausa antes del tercer asalto, su nueva mentora le aplica crema sobre la herida, con su rostro mostrando concentración.
Con determinación, Hyun-min vuelve al combate, más decidida que nunca. Finalmente, en un momento de pura habilidad, logra derribar a su oponente.
Todo se queda en silencio por un segundo antes de que el árbitro declare su victoria. La multitud estalla en aplausos y la chica, jadeante y sudorosa, alza los brazos con el cuerpo temblando de emoción y agotamiento.
Mira a su alrededor, todavía buscando a 5-8, pero a pesar de sus esfuerzos, no lo ve. La alegría de su victoria se mezcla con una sensación de desilusión. Había esperado compartir este momento con él, sentir su apoyo y orgullo en persona, pero él no está allí.
La victoria de Hyun-min es agridulce. Mientras la multitud la aclama, una parte de ella siente la ausencia del repartidor como una sombra en su triunfo. Había demostrado que estaba más que preparada para ganar, pero la falta de quien había sido su mentor y apoyo la deja con un vacío.
Con lágrimas de alegría y tristeza en los ojos, se deja envolver por la euforia del momento, sabiendo que este es solo el comienzo de algo mucho más grande. Su mirada fija en el horizonte, prometiéndose a sí misma que seguirá adelante, con o sin la presencia de aquellos que más significan para ella. Las lágrimas que corren por su rostro arrastran la crema aplicada en su mejilla, mezclándose y cayendo juntas, simbolizando el conjunto de emociones que siente en su corazón.
Ryu Seok, el hijo del presidente, se acerca a Hyun-min con una sonrisa que no llega a sus ojos.
-Felicitaciones -dice con una voz que pretende ser cálida-. He estado viendo el combate y debo decir que lo has hecho excelente para ser una mujer, sobre todo refugiada.
Las palabras, aunque aparentemente elogiosas, le dan a Minnie una mala espina. Había oído hablar de Ryu Seok antes, pero siempre había tenido una sensación respecto a la forma en que llevaba las cosas. La manera en que manejaba el torneo, su trato hacia los participantes y las decisiones que tomaba en supuesto beneficio de los refugiados, todo ello había sembrado dudas en su mente. Ahora, frente a él, esas dudas solo se intensifican. Hay algo en su tono que le provoca incomodidad. Es como si detrás de sus palabras se ocultara un significado más oscuro, una intención que no puede descifrar del todo en ese momento.
A pesar de la inquietud que siente, sabe que debe mantener las apariencias. Obliga a sus labios a formar una sonrisa y asiente ligeramente.
-Gracias -responde con una voz que intenta sonar agradecida-. Ha sido un combate difícil, pero estoy contenta de haber salido victoriosa.
-Estoy seguro de que tu actuación ha sorprendido a muchos -él asiente, sus ojos mirando disimuladamente a la mejilla de la chica-. Esperemos que tengas un futuro prometedor como repartidora. Si necesitas ayuda, no dudes en acudir al Grupo Cheonmyeong.
Hyun-min siente un escalofrío recorrer su columna vertebral, pero mantiene la sonrisa. -Lo tendré en cuenta -dice ella, deseando que la conversación termine pronto.
-Esa herida en tu mejilla, ¿estás bien? -pregunta con una insistencia que le resulta inquietante-. ¿Te duele mucho? ¿Te aplicaste la crema adecuada? Parece bastante profundo.
La fémina parpadea, sorprendida por su interés excesivo en la herida. -Estoy bien, gracias -trata de sonar segura-. Solo es un corte superficial, volví a aplicarme crema al acabar el combate.
-Es importante que cuides bien esa herida -Ryu Seok sigue mirándola con preocupación fingida, sus ojos escrutando cada detalle de su rostro-. No queremos que se infecte o que deje una cicatriz.
-Lo tendré en cuenta -repite Hyun-min, sintiendo una creciente incomodidad.
-Seguro que tu futuro como repartidora está lleno de sorpresas -añade él antes de darle una última mirada evaluadora y alejarse.
Mientras el hombre se aleja, Minnie no puede evitar sentirse aliviada, aunque la sensación de desconfianza permanece hay algo en él que no encaja, una sensación de peligro que no puede ignorar. Sin embargo, por ahora, finge amabilidad y se enfoca en disfrutar su victoria.
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Novata [Black Knight]
FanfictionEn un mundo devastado por un apocalipsis, Yoon Hyun-min ha aprendido a vivir, o más bien a sobrevivir, en medio del caos y la desesperanza. La humanidad lucha por adaptarse a un entorno hostil y desolado, donde los recursos son escasos y la segurida...