En la sala, el ambiente estaba lleno de actividad. El día anterior con el lanzador de pelotas había sido agotador, pero no podían dejar de entrenar, por lo que ese día tocaba combate en el ring de boxeo.
En una esquina del lugar, Hyun-min se encuentra conversando animadamente con el repartidor que el día antes se había quitado la camisa. Sus risas son claras y la conversación parece fluida. Él le dice algo que la hace sonreír, mostrando la evidente y sorpresiva cercanía.
5-8, que está a unos metros de distancia, detiene su combate con Sa-wol para observar la escena, mientras una punzada de celos atraviesa su pecho. Ve cómo su compañero se inclina hacia ella, hablando en un tono bajo y confidencial. Cuando ella responde con una carcajada que consigue resonar en sus oídos, siente una incomodidad creciente, una mezcla de frustración y algo que no quería admitir: un miedo a perder algo que ni siquiera era suyo.
Sa-wol nota la expresión de él y alza una ceja con confusión. –¿Qué pasa?
–Nada, ya hemos acabado –susurra 5-8, tratando de restarle importancia, pero sus ojos no pueden apartarse de la pareja–. ¡Yoon Hyun-min, te toca combatir!
La chica se despide del otro repartidor con una palmada amistosa en el hombro y se dirige al ring de boxeo. Mientras ella se acerca y Sa-wol baja del ring, 5-8 intenta concentrarse en su respiración, manteniendo la calma.
–¿Listo para la pelea? –pregunta Minnie, poniéndose los guantes. Él asiente, pero su respuesta es incluso más breve de lo habitual.
Los repartidores y Sa-wol se reunen alrededor, interesados en ver el combate.
A pesar de sus intentos por ocultarlo, la tensión entre ellos es palpable. Cada movimiento y cada mirada está cargada de la emoción que ambos sienten pero no expresan abiertamente. Cada golpe lanzado y bloqueado es una danza perfectamente sincronizada. 5-8 lanza un puño rápido que Hyun-min esquiva con agilidad, mientras sus ojos se conectan en una mirada intensa. Sus expresiones revelas más que concentración, hay una chispa de emoción creciente, una conexión que sobrepasa el combate. La chica responde al golpe con otro que él logra bloquear, y una sonrisa sutil cruza sus labios, apenas visible pero evidente para aquellos que prestaban atención.
Alrededor del ring, Sa-wol observa con interés. Su rostro muestra una mezcla de asombro y diversión, mientras sus ojos siguen cada movimiento. Ha empezado a notar una tensión entre su hermana y 5-8 y no puede evitar soltar una leve risa al darse cuenta que dicha tensión no es solo resultado del combate.
A medida que la pelea avanza, los golpes y bloqueos se vuelven más suaves. Hay momentos en los que sus cuerpos se acercan más de lo necesario y la electricidad en el aire se intensifica. El combate llega a su clímax cuando, en un movimiento rápido y decidido, él logra derribarla con un barrido preciso. La chica cae de espaldas al suelo del ring con un débil impacto, y antes de que pueda reaccionar, 5-8 está encima, bloqueando sus movimientos con firmeza.
Ambos jadean con sus rostros a escasos centímetros uno del otro, mientras el tiempo parece detenerse. Sus miradas se entrelazan y, en esos segundos, la tensión se vuelve casi tangible. La respiración acelerada de los dos se mezcla y la cercanía hace que sus corazones latan aún más rápido. Hyun-min intenta moverse, pero, sujeta por él, no puede hacer más que mirarlo a los ojos, sintiendo una mezcla de frustración y algo más profundo que apenas puede describir.
Sa-wol observa en silencio, consciente de lo que está presenciando. ¿Acaso su hermana podía estar realmente enamorada de 5-8? La tensión que había notado antes ahora es innegable.
Finalmente el repartidor afloja el agarre, pero no se aparta de inmediato. En cambio, se quedan así, mirándose, compartiendo un momento que lo dice todo, hasta que el resto aplaude suavemente, rompiendo el hechizo.
–Deberíamos... –Hyun-min habla y él, levantándose y comenzando a quitarse los guantes, tose incómodo.
Cuando 5-8 ve que la chica ya se ha quitado sus guantes de boxeo también, le ofrece una mano para ayudarla a ponerse en pie. Ella acepta y, al levantarse, sus dedos se rozan un instante más de lo necesario.
–¡Ha sido impresionante! –exclama Sa-wol aún aplaudiendo con emoción.
Su hermana baja y le sonríe brevemente. –Ha estado bien, sí –se dirige a una esquina del ring, viendo a la repartidora 4-1 sentarse a su lado.
–Nunca lo había visto actuar así –comenta y Hyun-min la mira con confusión–. Ser repartidor es un trabajo complicado y 5-8 nunca se ha permitido tener sentimientos por nadie.
–Entonces él y tú no sois...
4-1 se ríe y niega rápidamente. –¿De verdad creías que él y yo éramos pareja?
–No, bueno... –la joven Yoon se queda en silencio unos segundos–. Parecíais cercanos.
–Como lo sería con cualquier otro compañero, pero jamás lo vería de otra forma –la repartidora coloca una mano en el hombro de la otra chica.
–¿Hace muchos años que os conocéis?
–Yo entré como repartidora que él había empezado poco antes, así que realmente nos conocemos de hace mucho –asiente con una sonrisa nostálgica–. Por eso puedo confirmarte que nunca lo había visto interesado en nada más que su trabajo –dirige su mirada a 5-8–. Es tranquilizador saber que tiene sentimientos como el resto del mundo, empezaba a pensar que era un robot.
Hyun-min siente una mezcla de emociones al escuchar esto, una calidez que se suma a la intensidad de los últimos momentos. –Ya había notado que era diferente, pero no imaginaba que fuera tan cerrado.
–Siempre ha sido muy independiente, siempre tratando de no mostrar debilidad –4-1 se encoge de hombros–. Pero contigo parece bajar la guardia inconscientemente.
La conversación que iba a ser más larga es interrumpida por Sa-wol, que parece bastante cansado y le pide a su hermana volver a casa, cosa que acepta sin problema.
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Novata [Black Knight]
Fiksi PenggemarEn un mundo devastado por un apocalipsis, Yoon Hyun-min ha aprendido a vivir, o más bien a sobrevivir, en medio del caos y la desesperanza. La humanidad lucha por adaptarse a un entorno hostil y desolado, donde los recursos son escasos y la segurida...