Capítulo 5: Un riesgo

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Un día había pasado y Sa-won parecía aún más decaído. Dedicaba casi todas sus horas libres para observar el horizonte desde el tejado del edificio en el que se quedaban, preocupando cada vez más a su hermana.

-Te estaba buscando -Hyun-min se sentó junto a él en el borde del tejado-. ¿Mirando a la nada, pensando en todo? -preguntó, tratando de sacarle una sonrisa.

-¿Qué haremos a partir de ahora? ¿Nos quedaremos aquí para siempre? ¿Y Seol-ah? ¿Ella se quedará sola? ¿Algún día podremos volver a nuestra vida anterior? ¿Por qué nos ha pasado esto a nosotros?

Eran muchas preguntas, pero Minnie no tenía ninguna respuesta, así que soltó un suspiró y agarró la mano de su hermano con cariño. -No lo sé, pero estamos juntos en esto y te protegeré pase lo que pase.

Un ruido alertó a la chica. Uno de sus amigos se acercaba alegre con un papel en sus manos.

-Tomad -lleno de emoción, les entregó el papel, en el que se podía ver la imagen de 5-8 junto a un eslogan 'Conviértete en el nuevo 5-8'-. Por fin podréis hacer vuestro sueño realidad.

Esto le dio un hilo de esperanza a Sa-wol, que se dirigió al exterior del edificio con la máscara de oxígeno puesta, seguido por su hermana.

-¿A dónde vas? -le cuestionó Hyun-min confusa-. En el folleto no pone fecha ni lugar, no podemos presentarnos en cualquier sitio -el hermano menor no hizo caso a sus palabras, sino que continuó caminando-. ¡Sa-wol!

-No voy a presentarme en dónde quiera que viva el presidente del Grupo Cheon Myung -responde y finalmente la fémina lo alcanza y comienza a caminar a su lado con curiosidad.

No sabía a dónde se dirigían, pero tenía una breve idea, ya que el camino que estaban tomando era la ruta que seguían los repartidores.

El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de un naranja vibrante, cuando los dos hermanos se encontraron frente a un enorme camión que rugía a medida que se acercaba. La carretera estaba vacía y el sonido del motor resonaba como un trueno en la quietud del atardecer.

Hyun-min, con el corazón palpitando en su pecho, miraba el camión y luego a su hermano menor, quien permanecía inmóvil, con los ojos fijos en el vehículo que se aproximaba.

-¡Sa-wol, vamos! -lo agarró de la mano, pero él no se inmutó. Quería demostrar su valentía, quería mostrar que no tenía miedo y que era capaz de convertirse en repartidor.

El camión, cada vez más cerca, parecía crecer en tamaño y amenaza. El rugido del motor llenaba el aire, mezclado con el estruendo de los neumáticos contra la tierra. Hyun-min podía sentir el sudor frío en su frente, mientras su mente trabajaba a toda velocidad para encontrar una solución.

En el último momento, cuando el camión estaba casi sobre ellos, la chica tomó una decisión desesperada. -¡Salta! -gritó y ambos se lanzaron al suelo con todas sus fuerzas.

Minnie empujó a su hermano hacia abajo, protegiéndolo con su propio cuerpo y confiando en que el destino tenía un mejor final para ellos dos.

El mundo pareció ralentizarse. El sonido ensordecedor del camión pasó por encima de ellos, mientras notaban el suelo duro y arenoso contra sus pieles, y sentían la vibración a través de sus huesos.

Finalmente, el rugido del camión se desvaneció y el mundo volvió a su velocidad normal. Los hermanos Yoon permanecieron en el suelo respirando con dificultad, con el corazón aún martilleando en sus pechos.

Con lentitud, Hyun-min levantó la cabeza y miró a su alrededor. El repartidor había frenado unos 10 metros más allá y ellos estaban ilesos.

Sa-wol, todavía temblando, dirigió la vista a su hermana mayor con una mezcla de admiración y arrepentimiento en sus ojos. -Lo siento -murmuró con una voz apenas audible por encima del zumbido residual en sus oídos.

Minnie extendió la mano y, recuperando el aliento, ayudó a su hermano pequeño a levantarse. -Está bien -dijo. Su voz era firme, pero suave-. Lo importante es que estamos a salvo.

El repartidor bajó del camión, acercándose a los hermanos Yoon y ellos hicieron lo mismo.

-¿Acaso queréis morir?

-¿5-8? -habló la chica al ver qué repartidor era-. Nuevamente tú.

-¿Qué hacíais? -preguntó 5-8.

Sa-wol sacó el folleto de su bolsillo y lo mostró. -Nos vamos a apuntar, tenemos nuestros motivos -su hermana asintió, apoyando sus palabras-. Dime cómo podemos ganar.

-No me importan vuestros motivos -comentó en un tono serio-. No voy a contaros nada.

Viendo como 5-8 se alejaba, el pequeño Yoon, impulsado por la emoción, dio unos pasos hacia adelante, intentando alargar el momento un poco.

Sin previo aviso, el repartidor se giró y, con una expresión de molestia, lo empujó contra el camión, agarrándolo del cuello y apretando hasta que lo dejó casi sin aliento.

-No soporto a los maleducados.

Hyun-min, al ver lo que ocurría, sintió una ola de ira y protección inundar su pecho. Sin pensarlo dos veces, se abalanzó contra 5-8, empujándolo con fuerza para liberar a su hermano.

El repartidor soltó al chico y retrocedió, tambaleándose. La tensión en el aire era palpable.

Tras recuperar el equilibrio, 5-8 le lanzó una mirada molesta a la fémina. -¡¿Qué te pasa?! -exclamó él. Su voz estaba cargada de indignación.

-¡No dejaré que toques a mi hermano! -respondió ella, con los ojos llameantes y los puños apretados, lista para defender a Sa-wol a cualquier costo.

La situación se volvía cada vez más tensa, con ambos adultos mirándose fijamente, a punto de estallar. El hermano menor, aún frotándose el cuello adolorido, miró a Hyun-min con gratitud.

-¿Qué clase de persona eres? -continuó hablando la chica con voz firme, pero temblorosa por la adrenalina-. No puedes tratar así a la gente que no te ha hecho nada, y mucho menos a alguien tan joven -se cruzó de brazos, tratando de calmar su molestia-. Es decepcionante verte comportarte así.

El repartidor, sintiendo una punzada en su corazón ante sus palabras, comenzó a retroceder. Su expresión cambió de ira a una mezcla de incomodidad y culpa. -Lo siento -murmuró.

-Ayúdanos a ganar -le dijo Sa-won.

-¿Por qué yo?

-Eres el más fuerte -respondió y su hermana se quedó en silencio, sabiendo que tenía razón.

5-8 miró a la chica. Sus palabras se habían quedado marcadas en su cabeza y no pudo rechazar al hermano.

Agarró el folleto y escribió fecha, hora y coordenadas. -Demostradme de lo que sois capaces.

Tras esa frase, se dirigió de vuelta al camión, marchándose y dejando solos a los Yoon.

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¡Hola! Siento haber vuelto a desaparecer.

Esta vez estoy oficialmente de vacaciones, por lo que subiré capítulos bastante seguidos.

Y para compensar estos meses sin nada, subiré dos hoy.

❖ A N N Y E O N G ❖

Novata [Black Knight]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora