Capítulo 21: La pérdida

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Hyun-min siente cómo la desesperación se transforma en una determinación feroz. Agarra con fuerza su arma, sus dedos temblando levemente por la adrenalina. Sin pensarlo dos veces, apunta al cielo y aprieta el gatillo.

El disparo resuena con un estruendo que corta el aire, haciendo eco en el área de vacunación. Todos los refugiados, llenos de pánico, huyen en desbandada, gritando y empujándose en su intento de escapar del peligro. La confusión y el caos crean la distracción perfecta.

La chica aprovecha el momento. Suelta el arma, dejándola caer al suelo, y corre lo más rápido que puede hacia su hermano. Siente cómo su corazón late desbocado en su pecho, cada paso impulsado por la necesidad de protegerlo. La masa de gente que se dispersa a su alrededor se convierte en un borrón mientras su objetivo se hace cada vez más claro: llegar a su hermano antes de que sea demasiado tarde.

Los guardias, ocupados tratando de controlar a la multitud, no reaccionan lo suficientemente rápido. Hyun-min esquiva a las personas, empujando y abriéndose camino con desesperación. Cada segundo cuenta, y su determinación es inquebrantable. Finalmente, llega hasta donde los guardias están sujetando a su hermano. Su mirada se cruza con la de él, y ve el miedo en sus ojos. 

Lo primero que alcanza los oídos de Minnie es el sonido metálico de los guardias preparando sus armas. Sus corazones latían con un temor compartido, mientras la gravedad de la situación se asentaba en el aire cargado de tensión. Los guardias, alertados por el audaz movimiento de la fémina, rápidamente apuntan hacia ella y su hermano. Las armas relucen ominosamente bajo la luz del sol, sus cañones apuntados directamente hacia ellos.

-¡Hyun-min, no te acerques! -grita su hermano con urgencia, sus palabras resonando en medio del tumulto de voces y el estruendo de la gente que huye. Su voz, llena de miedo y determinación, corta a través del caos como un rayo.

Lo que sigue es un estruendo ensordecedor que perfora el aire tenso. Hyun-min se estremece al escuchar el retumbar del disparo, un sonido agudo que resuena en sus oídos como un eco distorsionado de la realidad. El tiempo parece detenerse por un instante doloroso, mientras su mente lucha por procesar lo que está sucediendo.

Antes de que pueda reaccionar, ve a su hermano caer de rodillas, un torrente de sangre brotando de su pecho. El impacto es devastador, como un puñetazo en el corazón de la chica. Sus ojos se abren desmesuradamente, su respiración se detiene por un momento angustioso. Un grito de horror y desesperación queda atrapado en su garganta, ahogado por el dolor que la envuelve.

El mundo parece tambalearse a su alrededor mientras se arrodilla junto a su hermano, las lágrimas brotan de sus ojos sin control. Con manos temblorosas, intenta detener el flujo de sangre, pero es inútil. Su hermano yace allí, luchando por cada respiración, mientras ella lo sostiene con desesperación, sintiendo cómo se le escapa entre los dedos.

El caos sigue a su alrededor, las voces y los gritos se desdibujan en un fondo de angustia y miedo. El mundo se reduce a ese momento, a la vida que se desvanece frente a ella, a la impotencia de no poder hacer nada más que aferrarse a él con todo su ser.

Lo que sigue es un torbellino de emociones que la sacude hasta lo más profundo de su ser. El dolor se intensifica, como si cada latido de su corazón fuera un recordatorio agudo de la pérdida irreparable que acaba de sufrir. Sus manos tiemblan mientras intenta contener la sangre que sigue fluyendo, pero su hermano ya está más allá de su alcance, inmerso en un silencio que corta como cuchillas afiladas.

Ella se aferra desesperadamente a la esperanza de que esto sea solo una pesadilla, que en cualquier momento despertará y todo volverá a ser como antes. Pero la realidad cruel se impone, aplastando cualquier atisbo de consuelo. Los guardias permanecen impasibles, como si el acto de quitar una vida fuera solo una parte rutinaria de su trabajo. Cada fibra del ser de Hyun-min clama por justicia, por venganza, pero también está paralizada por el peso abrumador del dolor. El mundo se siente distorsionado, como si hubiera perdido el equilibrio y no pudiera encontrarlo nuevamente.

En medio del caos, siente una frialdad penetrante, un vacío que se extiende desde su corazón hasta su alma. La vida se siente distante, como si todo lo que quedara fuera una sombra de lo que una vez fue. Las palabras de consuelo, los gestos de apoyo, todo se desvanece ante el peso aplastante de su pérdida.

Mientras siente el dolor más grande de su vida, un golpe en la cabeza arremete contra ella como una ola oscura y desorientadora. Todo se vuelve borroso, como si viera el mundo a través de una lente empañada. El suelo se acerca rápidamente mientras sus piernas ceden, y el dolor se extiende como una marea fría por todo su ser.

Cae pesadamente junto a su hermano, pero la inconsciencia la envuelve sin misericordia. A diferencia de él, los guardias actúan con una eficiencia metódica, agarrándola de ambos brazos y arrastrándola sin piedad hacia un coche cercano. Sus amigos corren desesperadamente detrás de ella, gritando su nombre en un intento desesperado de detener lo inevitable.

Hyun-min lucha contra la oscuridad que amenaza con consumirla, contra las manos que la sostienen firmemente, pero sus esfuerzos son en vano. Cada movimiento es un esfuerzo agonizante, cada respiración un recordatorio punzante de la tragedia que acaba de desgarrar su mundo. La adrenalina aún bombea en su sistema, mezclada con el dolor y la pérdida, mientras es arrastrada hacia un destino incierto.

El coche se aleja rápidamente, dejando atrás a sus amigos que luchan impotentes contra la distancia que se amplía entre ellos. Las lágrimas se deslizan por las mejillas de la chica, una mezcla de rabia, desesperación y profundo dolor. Su mente es un torbellino de pensamientos confusos, incapaz de asimilar completamente lo que acaba de suceder, pero cada parte de su ser clama por justicia, por respuestas, por el regreso de lo que ha perdido.

Mientras la oscuridad la absorbe lentamente, un susurro de esperanza se aferra a su corazón. La promesa de luchar, de resistir, de encontrar una manera de hacer que aquellos responsables rindan cuentas por la injusticia que han infligido. Aunque su cuerpo está en manos de sus captores, su espíritu se niega a rendirse.

Novata [Black Knight]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora