Amor entre Pogues (JJ y tu)

4 Carlos Singh

Las adolescentes se posicionaron delante de la puerta del salón principal. Al asomarse vieron a un hombre muy bien vestido de espaldas.

Kiara: ¿Disculpa? –hablo para llamar su atención.

T/n: Esto es increíble –dijo soltando una risa sarcástica. Aquel hombre que se había dado vuelta para mirarlas era nada más y nada menos que Rafe Cameron.

Kiara: Sabia que tú y Ward estaban detrás de esto –exclamo a punto de tirársele encima.

Rafe: ¿De qué hablas? –preguntó alterado mientras se acercaba a nosotras- ¿Quieren echar a perder mi trato? ¿Es eso?

Kiara: Perdiste la cabeza por completo.

T/n: Hace rato que lo hizo.

Rafe: Muy graciosa T/n. ¡Esto no es asunto de ustedes y....

X: Sabía que estaba pequeña reunión sería algo tensa –se escuchó la voz de un hombre entrando al salón.

T/n: ¿Quién eres?

X: ¿Yo?

T/n: No veo a más personas –Kiara le dio un leve empujón con su brazo para que cerrara la boca y dejara de provocar.

X: Mi nombre es Carlos Singh, es un placer conocerlos. Quería disculparme por los métodos sucios para traerlas aquí, sobre todo con las damas. Porfavor, vengan –ninguno de los chicos avanzo- Vengan, no muerdo.

T/n: No muerde pero si secuestras –exclamo para sí misma en un tono bajo que Rafe alcanzó a oír.

Rafe: Cierra la boca.

T/n: -estaba por responder pero Kie la sujeto del brazo- Idiota.

Pasaron al salón de la izquierda, donde el señor Singh se servía un trago.

Rafe: ¿Métodos sucios? ¿Y qué hay de mí?

Carlos: Si, señor Cameron, engaños. El fin justifica los medios me temo. Siéntense –señalo los pequeños sillones de color blanco.

Kiara: ¿Por qué estamos aquí? –pregunto mientras tomaba asiento.

Carlos: Excelente pregunta, la verdad es que compartimos ciertos intereses.

Rafe: ¿No vamos a hablar de la Cruz? –las amigas se miraron.

Carlos: Así es, indirectamente hablo de la Cruz. Pero se trata de algo mucho más grande que eso. Esto tiene otra magnitud –dijo mirando un cuadro colgado en la pared- Completar la gran búsqueda. Verán, la historia cuenta que hace 450 años, un soldado español salió de la cuenca de Orinoco en Venezuela.

T/n: ¿Y eso que tiene que ver con nosotros?

Carlos: Déjeme terminar... Cuando le preguntaron al soldado de donde provenían respondió que se las había dado una tribu indígena pacífica que vivía en la ciudad dorada. Durante los siguientes 450 años, las personas intento encontrar ese oro. Miles de vidas se perdieron por la fiebre del oro. ¿Y saben qué? Depende de mí completar esa búsqueda. Y ustedes tres... van a tener un papel importante. 

T/n: Hermosa historia -dijo con sarcasmo. 

Carlos: ¿Que hay de ustedes señorita? -pregunto señalando a Kiara- ¿Le interesa la historia? 

Kiara: Me importa mas el futuro.

Rafe: No escuche ni una palabra de lo que dijo ¿Cuánto mas vas a filosofar? -miro directamente al señor Singh esperando algo coherente. 

Carlos: Es directo ¿No es así señor Cameron? 

Rafe y Carlos se miraron desafiantes por unos segundos hasta que Kiara hablo. 

Kiara: ¿Qué quieres de nosotras?

Carlos: Creo que ustedes y sus amigos tienen algo que podría ayudarme a conseguir lo que quiero.

T/n: ¿Qué cosa?

Carlos: Un viejo manuscrito. Un diario, de hecho –las amigas se miraron sin decir una palabra.

Rafe: No sé de qué habla.

Kiara: Esto es ridículo, no sabemos nada sobre un diario.

Carlos: Entonces ¿de dónde sacaron que la Cruz estaba en el Royal Merchant?

Kiara: Escúcheme, queremos ayudarlo pero no podemos.

Carlos: Esperaba otra respuesta. Porque lamentablemente no le creo. Ustedes y su amigo no pudieron encontrar la Cruz de otra forma.

T/n: No es nuestro amigo –respondió mirando a Rafe.

Carlos: No podemos ser todos amigos ¿cierto?

Rafe: Miren –se puso de pie- Esto es ridículo, ¿sí? Me voy –comenzó a caminar hacia la puerta- No sé nada sobre ningún diario así que... -un hombre armado se puse delante de Rafe cortándole el paso.

Carlos: ¿Creen que soy tonto señor Cameron? – Rafe se encogió de hombros dejando ver una leve sonrisa.

T/n: Como siga poniendo esas caras va a hacer que lo maten –susurro en el oído de Kiara.

Carlos: -se puso de pie- Usted tiene la Cruz. Ellas y sus amigos la tuvieron en un momento. Así que uno de ustedes tiene el diario. Si realmente no lo tiene le sugiero que convenza a sus amigas para que me lo digan y una vez que tenga ese bendito diario... se podrán ir.

Las chicas se miraron sin saber qué hacer. Sabía que no podían darle el diario y mucho menos decirle como llegaron a la Cruz.

El señor Singh les ordeno que lo siguieran hacia una de las habitaciones más grandes que había en la casa y una vez arriba comenzó a hablar.

Carlos: Disfruten de su estadía mientras dure. Pero les advierto, No tengo mucha paciencia. Tienen 1 día. Acérquense a la ventana y verán un ejemplo –salió de la habitación y la puerta se cerró tras él.

Rafe: ¡Oiga! ¿Ya termino de hablar? –intento abrir la puerta pero no puedo- ¡Oigan!

T/n: Cerro con llave –Rafe seguía moviendo la manija de la puerta con fuerza- ¡Deja eso quieto! No se abrirá mágicamente por más fuerza que hagas.

Kiara: T/n, ven a ver esto –exclamo mientras miraba por la ventana.

T/n se acercó junto con Rafe.

T/n: Dijo T/n.

Rafe: Cállate.

Dos hombres armados sujetaban por los brazos a Jimmy que buscaba soltarse de todas las maneras posibles.

Rafe: ¿Quién es ese?

Kiara: Es Jimmy Portis. Intento ayudarme.

Siguieron mirando y al rato apareció Carlos. Desde abajo miro hacia la ventana de la habitación mientras sacaba un arma, caminó hacia donde habían llevado a Jimmy, a esa altura ya no estaban a la vista de los chicos.

A los pocos segundos se escuchó un disparo que los dejo estáticos.

T/n: Mierda... -sabía que iban a correr la misma suerte sino decían algo sobre el diario.

Rafe: El diario –miro a las chicas- No me mientras ¿Si? ¿Ustedes lo tienen?

Kiara: No –dijo mirándolo a los ojos.