una nueva vida

Capitulo 13 un lobo que llora

Severus Snape estaba rememorando el día y como este había ido hasta que una niebla en forma de fénix entro a sus aposentos “Severus haz el favor de  reunirte en mi oficina en cuanto te desocupes"
Albus maldito viejo entrometido no puedes ir ni siquiera esperar un día, bueno es una  lástima tendrás que seguir esperando Albus. pensó Snape para sí mismo aún tengo cosas que hacer.
Con eso en mente Severus ya tenía un par de cartas listas para ser enviadas  una para  Remus y la otra era para un conocido el cual esperaba le brindará un poco de su tiempo,sin perder tiempo llamo a Rose y le indico que entregará las cartas a las personas que indicaban las cartas y que en el caso de Remus lo debía traer de inmediato una vez que terminara de leer la carta debía ponerlo en la casa de los gritos y no dejarlo ir para la otra carta debía pedirle la dirección en la que le gustaría ser encontrado la cual esperaba ser a la brevedad posible Rose asintió y se retiró con su encomienda.

Un hombre de mediana edad que tenía ropa desgastada, delgado,con el cabello grisáceo y un aspecto cansado estaba en su casa recostado sobre su mesa bastante deprimido hace 10 años había perdido a sus mejores amigos,un traidor,tres difuntos y su cachorro su paquete, ese niño que su lobo había reclamado como suyo no estaba con el por más que le había insistido y rogado a Dumbledore este no le permitió ver a Harry las razones fueron variadas,desde su condición como licántropo, los mortifagos que aún quedaban los cuales podían seguirlo y encontrar a Harry para lastimarlo, que el ministerio jamás lo dejaría quedarse con Harry pues ahora era una celebridad y sobre todo que el estaba con sus parientes más cercanos y tal vez no quisiera separarse de ellos, mando cartas ninguna llegó a su destino todas volvían después de unos años se había rendido, su último intento de contactar a Harry fue hace solo unos días cuando fue al tren para ver si al menos podía verlo de lejos en su viaje a Hogwarts pero ni así fue posible no había visto ni olido a su cachorro su lobo está furioso, los últimos 10 años las transformaciones  habían sido más brutales pues su lobo no dejaba de culparlo por su debilidad y la falta de su niño,

Un  pop lo saco de sus pensamientos ahí frente a el estaba un elfo doméstico el cual le tendió una carta y lo animo a leerla Remus con toda la desconfianza que presedia de haber estado en una guerra hizo uso de su varita buscando hechizos compulsivos entre otras trampas que podrían matarlo pero no había nada era solo una hoja, si bien el remitente era por lo menos asombroso, Snape de todas las personas lo estaba contactando, ¿pero como? ¿porque? a sabiendas de que no entendería nada hasta que leyera la carta, procedió a hacerlo apenas había terminado sintió como su mundo se volteaba de cabeza su lobo rugía por dentro su ojos color miel, comenzaron a brillar volviéndose de un tono dorado y sus manos presionaron la mesa hasta romperla quería salir de su casa tenía tanto en mente, en ese instante el elfo lo toco de su túnica dejando la casa de Remus sola.

Rose se apareció en la casa de los gritos con un Remus muy confundido y molesto el cual se levantó y con su varita disparo varios hechizos de revelación Rose llamo a tipsy para que el le informará al maestro Snape que su invitado ya estaba listo una vez hecho le pidió a Remus que se calmara que su maestro estaría pronto con el que debía ser paciente.

Remus no podía entender nada la carta, el elfo y Snape,que diablos hacía en la casa de los gritos la inspecciono y no había nadie más allá de el y el elfo, no eso no era cierto por lo que escucho de los elfos Severus llegaría pronto. Debía pensar en  Sirius su gran amigo el  no era culpable el no los había traicionado había sido Peter sus sentimientos estaban revueltos la alegría,el dolor y la culpa, el habia abandonado a Sirius todo el tiempo pensando que Sirius se había entregado a las artes oscuras que por fin había cedido a la presión de su familia o que la famosa locura Black lo había alcanzado sintió el peso de sus fallas de nuevo, comenzó a llorar como hace años que no lo hacía, que debía hacer como podía enfrentar a todos.
Una voz sedosa y fría lo alerto