Capítulo 4: Humillación

67 20 3
                                    

Gxxod no se presentó ayer por la noche para terminar su discurso y debía darlo hoy. No presentarse no era común en él. Cuanto más tarde se hacía, sin una llamada de él, más enojado me ponía. Al final, terminé el discurso por mi cuenta y lo imprimí. En el fondo, creía que tendría una buena excusa y dejar que él tuviera una mala calificación me había parecido cruel.

Metí la mano en mi mochila para sacar su discurso mientras caminaba por el pasillo. Sólo esperaba que cuando lo encontrara y le entregara el documento, tuviera una excusa legítima para la última noche. Admitirme a mí mismo que necesitaba que él tuviera una excusa, realmente buena, no había sido fácil. Me permití preocuparme demasiado por Gxxod Itthipat.

—Oye, chico, ¿Qué pasa? Te echo de menos. —Gun deslizó su brazo alrededor de mi cintura y apoyó la cabeza en mi hombro.

Lo echaba de menos también. El año pasado, cuando Off y el habían estado saliendo yo había estado con P'Jay. No me había hecho sentir aislado de mis amigos cuando se habían convertido en un elemento. Conmigo estando soltero y ellos dos siendo una pareja, seríamos un trío y no pude evitar sentirme como la tercera rueda.

—También te extraño. Tenemos que salir juntos una noche. Tal vez una noche para nosotros fuera. —Sugerí, mientras buscaba a Gxxod, a través de la multitud de estudiantes que se acumulan en el pasillo.

—¡Eso suena maravilloso! Vamos a planearlo para hacerlo una noche de este fin de semana. —Hizo una pausa y frunció el ceño—. ¿O tal vez la próxima semana?

Ese gesto característico era prueba suficiente de que odiaba decirme que estaba ocupado. Me encogí de hombros y esbocé una sonrisa forzada.

—No te preocupes. Cuando tengas tiempo. —Miré por el pasillo y esta vez logré obtener una visión de Gxxod en su casillero. Su espalda hacia el pasillo lleno de gente. Me volví de nuevo a Gun. —Tengo que darle esto a Gxxod. Me pondré al día contigo, en el almuerzo.

La multitud parecía diluirse cuando llegué al final de los casilleros. Una vez que me abrí paso entre el último grupo de estudiantes que se interponían entre nosotros, noté a Namtan apoyada en su casillero, sonriéndole. Pensé en dar la vuelta, porque no quería entregarle esto delante de ella, cuando recordé que iba a dar su discurso en el primer período. Reduje la velocidad y me detuve detrás de él. Cuando me acerqué para tocarle el hombro, Namtan se estiró y pasó sus dedos por el cabello de Gxxod.

Era repugnante de ver. Era un buen chico y ella era pura maldad.

—¿Estás seguro que venir ayer por la noche no fue una gran cosa? No me gustaría echar a perder las cosas entre tu novio y tú. —Susurró ella.

—Sabes que él no es mi novio, Namtan. Deja de llamarlo así. Comenzarás rumores. —Su voz sonaba molesta.

¿La idea de que alguien pudiera pensar que le gusto es tan repulsiva para él?

Un nudo enfermizo se formó en mi estómago y empecé a girarme para irme antes de que me notara.

—Pasas mucho tiempo en su casa y siempre está mirándote.

—Él es mi tutor y no, no me está mirando. Solo estás siendo paranoica cuando no tienes razón para serlo.

Asegure mi mano vacía en un puño pensando en todas las veces que me había engañado, haciéndome creer que era un buen tipo. Era tan malo y calculador como Namtan.

¿Es siquiera adoptado o eso fue una gran mentira elaborada para conseguir que sintiera pena por él?

De hecho, había convencido a mi estúpido yo, de que Gxxod podía ser material para una potencial relación. La próxima vez que viniera a mi mesa en el almuerzo y me preguntara si iba a ir a su juego, había pensado decir que sí y ver si eso llevaba donde Off había creído que nos conducía.

Tu existencia [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora