Capítulo 5: Nana

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Me quedé en el hospital durante una semana entera. Cada noche, me dormía al suave rasgueo de una guitarra. Cuando me despertaba en mitad de la noche, nunca era una habitación de hospital vacía, si, la oscura y misteriosa alma se había quedado. Él se sentaba en las sombras y tocaba una nana que decidí que me pertenecía.

Cada día, Gxxod venía inmediatamente después de su práctica de fútbol con la comida que le había pedido de contrabando dentro de su chaqueta de cuero. Trabajábamos en su tarea, y luego veíamos televisión y comíamos lo que había traído. Estar con Gxxod me hacía sonreír. Amaba cada momento que pasábamos juntos.

Sin embargo, en la noche cuando el alma se sentaba en mi habitación y tocaba para mí, la música parecía llenar los lugares solitarios. Tenía una necesidad por el alma que no entendía. Mi deseo por él me asustaba y me fascinaba. En mi última noche en el hospital su voz se unió al rasgueo de la guitarra. Le puso letra a mi nana:

"La vida que recorro uniendo las manos
me hace tomar cosas que no entiendo.
Camino este oscuro mundo desconocido
que tienen por verdadero, olvidando el que conocí una vez, hasta ti.

La vida que recorro eternamente era todo lo que sabía.
Nada más me retenía aquí en esta tierra, hasta ti.

Siento el dolor de cada corazón que tomo
Siento el deseo de remplazar todo lo que he llegado a odiar.

La oscuridad me abraza, pero la luz aún dibuja mi alma vacía.

El vacío en el que solía usar dolor, para llenar el agujero
ya no me controla, ya no me llama. Gracias a ti."

A medida que mis párpados caían, y el sueño se apoderaba de mí, mi corazón sufría por el dolor en sus palabras. Eran palabras que sabía que significaban más para él, que lo que yo comprendía. La canción con la que él había llenado mis noches, era mucho más profunda que todo lo que había conocido.

Gun corrió hacia mí en el momento en que Gxxod abrió la puerta delantera de la escuela y la mantuvo mientras yo caminaba al interior. La emoción en su rostro hizo que sus ojos marrones brillaran. Sonreí, esperando que me explicara la causa de su alegre comportamiento una mañana de lunes. Mi vuelta a la escuela no causaría esta respuesta. Se detuvo y miró a Gxxod. Él se aclaró la garganta.

—Umm, te veré en unos minutos. —Se excusó con una sonrisa y se dirigió hacia mi casillero para llevar mis libros.

—Está bien, se ha ido. Ahora, dime qué te tiene de tan buen espíritu esta mañana. —Entrelazó su brazo con el mío y se acercó a mi oído.

—Singto Prachaya está aquí. Como, en nuestra escuela. Como, inscrito en nuestra escuela. ¿Puedes creerlo? Quiero decir, sé que él fue a una escuela secundaria en Seúl, hasta el año pasado cuando su banda consiguió un hit y comenzó a tocar en todo Corea en lugar de sólo en Tailandia. ¡GAH! ¡Puedes creer que está aquí! ¿En nuestra escuela? Supongo que, si tenía que volver a la escuela secundaria, nuestro pequeño y pintoresco pueblo es preferible a algún lugar de una ajetreada ciudad. Pero, aun así, no puedo creer esto.

No pude evitar sonreír ante la emoción de Gun, incluso aunque no tenía idea de quién era Singto Prachaya. Nunca había oído hablar de él o de su banda antes. Seguí la vertiginosa expresión de Gun, cuando mis ojos se encontraron con el alma.

Anoche había combatido el sueño para ver si aparecía en mi dormitorio y me cantaba para dormir. No había venido. Verlo ahora me hizo querer dar un suspiro de alivio. La idea de que podía no volver a verlo otra vez, me había asustado.

Le sonreí sabiendo que debía actuar como si él no estuviera allí pero no podía. En algún lugar del camino había llegado a confiar en su presencia. Sus ojos oscuros estaban satisfechos y más encantadores de lo que recordaba.

Tu existencia [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora