Capítulo 20:

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"El alma viene cargada para reventar de amor que dar, pero a veces el miedo la acompaña y las ilusiones, los enojos y las peleas se desatan."





Taehyung caminaba por los pasillos de la casona ensimismado por la lección tan dolorosa y placentera que le había dado Jungkook. Le estaba doliendo el trasero considerablemente, aunque hubiera pasado unos cuantos minutos de aquello, pero la sonrisa en su rostro permanecía.

Joder que se sintió bien.

Se encontraba absorto a cualquier ruido, pero, sin embargo, cuando llegó a una esquina en el final del pasillo que lo obligo a doblar a la izquierda, se encontró con Namjoon observando atentamente hacia afuera a través del gran ventanal.

Taehyung imitó al mayor y dirigiendo su mirada hacia la ventana, llamó su atención el altercado que Jungkook y Jin estaban teniendo en el jardín.

-¿Siempre hay tensión entre ellos? – Pregunta el castaño mientras observaba apesadumbrado la escena -Me resulta que se estuviera agravando.

-Nunca se han llevado bien – Poco afectado por la presencia repentina del contrario, Namjoon suelta con tranquilidad sin apartar su mirada de los hermanos -Son dos personas muy diferentes.

-Cada uno tiene sus cosas buenas y malas.

-Exacto – Asiente con la cabeza afirmando que estaba en lo correcto.

-Jungkook es un líder – Volteó y posó su mirada en el peli-plateado -Toma decisiones y toda la responsabilidad que ello conlleva.

-Vuelves a tener razón – Miró por un instante al castaño para luego volver su mirada hacia afuera -Desde que era joven sabía lo que le deparaba el futuro.

-Jin, por el contrario, es cooperativo, amable y empático – Cada uno de los hermanos Jeon posee una cualidad sin igual y es la representación de su ser, tanto de lo que proyecta como de lo que atrae. Las combinaciones que aquello conlleva, generan una mayor conexión con las distintas habilidades de su pasado... pasado que a cada uno lo marcó con algo diferente -Entiendo que les resulte difícil entenderse. El asunto del monarca debe de estar empeorando aún más las cosas entre ellos, haciendo que la rivalidad sea peor.

-No es eso – Negó con la cabeza -A Jin nunca le ha importado todo esto, por eso renuncio a su lugar en el trono – Informó Namjoon -En muchos sentidos, está agradecido de que la carga no este sobre sus hombros.

-Entonces, ¿Por qué podrían estar peleando? Parecen furiosos – Pregunta razonando preocupado e intrigado.

-Sospecho que sé del por qué – Soltó una leve y sutil risilla. La mirada de Namjoon ahora estaba posada en la interrogativa de Taehyung -Jin sabe que Jungkook hizo un contrato contigo en la cámara del culto oscuro – Sus orbes chocaron entre sí y todo rastro de diversión desapareció -Y ahora, también, le has hecho una promesa.

-¿Qué? – Preguntó Taehyung a la defensiva y con mirada confusa –Yo no tuve voz ni voto en el contrato – Se defendió ante aquellas palabras –Y sobre mi promesa, Jungkook me oculto información a propósito. Creo que hace que la promesa sea sospechosa, en cualquier caso – Declaró con amargura sin poder evitarlo.

-Pero el contrato es vinculante.

-Pero el contrato era para los miembros del culto – Frunció el ceño molesto -No significa nada para Jungkook ni para mí.

Namjoon ladea la cabeza vacilante.

-No entiendes todas las implicaciones de los contratos de sangre.

-Ilumíname – Dice con tono de voz sarcástico.

-Los contratos entre los poseedores del don y los demonios que invocan, son vinculantes y muy fuertes. Los unen a ambos – El grave tono de voz salió frío y el moreno comenzó a explicar lo necesario -Esto es parte del porqué Jungkook se enfada tanto con lo que la secta les hace a los demonios que invocan.

-¿Quieres decir que Jungkook y yo tenemos una especie de vinculo sagrado porque bebí su sangre? – Taehyung se queda sorprendido por lo que escuchaba, mientras Namjoon le dio una <<que infiernos piensas que justamente dije>> mirada.

-Es exactamente lo que estoy diciendo.

-¿Y eso se le hace tan importante para que se pelee con Jungkook? – Suspira exasperado, mientras que Namjoon maldecía en voz baja con los ojos cerrados –Tú, que pareces saberlo todo por aquí, solo dime.

-Se pelean por ti, Taehyung - Susurró tras un suspiro de cansancio y frustración.

-Claro que no – El menor suelta una risa nerviosa que fue detenida cuando los ojos de Namjoon lo miraron con frialdad.

¿Por qué no puede ser él mismo en lugar de la persona que está jugando ser? Es tan molesto.

-Veo que ya sabes que Jungkook siente algo por ti.

Obvio sabia los jueguitos que estaban teniendo él y Jungkook, además de que el pelirrojo se lo había advertido en innumerables ocasiones: "Eres mío". Y lejos de lo que pudiera parecer desde fuera, lo estaba disfrutando.

Pero tampoco sabía cuán confiado podía estar del sentir real que Jungkook profetaba. Obtiene al que quiere y todo lo que quiere. Es, prácticamente, el diablo: un ser irascible, oscuro, malvado y cruel. Por razones como esas el castaño no quería caer completamente y hacerse de falsas ilusiones. Le aterraba creerlo siendo que al final podría terminar en confusión. No quería. No quería salir lastimado porque, de más está decir, que comenzó a sentir algo por Jungkook.

La sonrisa de Namjoon se vuelve de mayor tamaño ante el silencio que daba el menor.

-¿Sabes? Después de que me quieran secuestrar infinidades de veces, no he podido seguir la posta de quién está enamorado de mi – Namjoon inmediatamente comenzó a reírse a carcajadas.

-Como sea – Dice aún divertido –Quieras creerlo o no, tu presencia ha puesto la casa patas arriba.

En ese momento, Taehyung quedó inmóvil y su mirada se mantuvo fija y perdida en algún punto del lugar. Un recuerdo atravesó su mente como un destello de luz; y aunque su visual no le permitió verlo con exactitud, dejó un sentimiento en el camino. Una sensación cálida, pero melancólica que le presionó el pecho.

¿Quién eres, Namjoon? Te conozco, pero ¿De dónde?

-¿Estas bien? ¿Qué sucede? – Inquirió Namjoon preocupado.

Taehyung no pudo mencionar palabra alguna porque parecía casi imposible dejar de lado sus pensamientos estando tan inmersos en ellos. Su mente estaba atrapada en la ilusión del tiempo: la compulsión de vivir casi exclusivamente por recuperar su memoria, lo conlleva a la interminable preocupación con el pasado.

Sintió como una única lagrima corría por su mejilla y como, segundos después, la mano de Namjoon se la secaba delicadamente.

-L-lo siento, no es nada - Taehyung le sonrió, sin despegar los labios, con semblante de melancolía –Creo que se me ha metido algo en el ojo – Sí, la excusa más absurda del mundo. Inmediatamente avergonzado por llorar adelante del demonio, Taehyung desvió la mirada hacia el ventanal con las mejillas sonrojadas.

Quedó perplejo cuando en su campo de visión observó que Jin ya no se encontraba y, por el contrario, Jungkook tenía los ojos entrecerrados inquisidoramente hacia donde estaba él. Nos ha visto, mierda.

Atónito, el menor se separa de Namjoon y le quita la mano con lentitud, siendo que el peli-plateado estaba ajeno del par de ojos que están encima de ellos.

Mordiéndose el labio inferior con nerviosismo, el menor vuelve a mirar hacia afuera, pero Jungkook ya no estaba allí y con un suspiro en consuelo, fuerza una pequeña risa

-¿Sabes qué? Intentas parecer rudo, pero en realidad eres afable.

-No te equivoques, Taehyung. Soy tan poco emocional como parezco.

-No lo creo. No me engañes.

-Nunca te engañaría - Y tras decir aquello, se va dando por terminada la conversación.

Seducción Perversa. // -KOOKV-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora