Capítulo 24 -Teacher.-

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El resto de la semana concluyó con normalidad. Las clases se han basado en explicaciones de temas nuevos por parte de los profesores y en tareas que hacer.

Con todo eso voy bastante bien, el problema llegó el viernes cuando el profesor de matemáticas pronunció la frase "Examen el lunes" ¿Cómo tres palabras pueden llegar a estresarte tanto? Sobre todo si el profesor explica el temario en menos de 5 minutos y tu odias las matemáticas con todo tu ser.
Y aunque las deteste las voy sacando adelante, si no quiero que mi madre acabe conmigo, pero el problema es que no entiendo ni un poco de este tema a pesar de llevar todo el viernes y sábado delante del libro.

¿Suspender? Oh no, eso no era una alternativa para mí ahora mismo. Además de que estoy en un curso decisivo, si llegase a suspender me vería obligada a tener clases particulares de matemáticas lo que queda de curso y posiblemente lo que viene siendo verano. Mi madre quiere que el año que viene entre en una buena universidad, y como es de esperar, un suspenso en matemáticas no iba a ayudar mucho.

Debido a esto, aquí estoy yo de nuevo, encerrada en la habitación, sentada en una incómoda silla delante del escritorio e intentando que mi cabeza procese correctamente los "Métodos de Integración".

Miro al reloj de reojo para afirmar que ya ha pasado una hora desde que me desperté a las 07:00 y empecé con esto.

Y era como si no hubiese empezado.

Mi madre se encuentra en casa de mi abuela porque dice que "lleva meses sin verla" aunque sólo lleva dos semanas y Lucy parece estar dormida en la planta inferior por lo que yo me encuentro prácticamente sola.

Resoplo durante varios segundos hasta que a mi inteligente cerebro se le ocurre una idea.

Yo conocía a un rubio que durante esta semana me había demostrado que era un experto en esta asignatura como el buen pringado que es.

Posiblemente él ya se había estudiado este tema o quizás ni le ha hecho falta.

Agarro el teléfono móvil situado en el extremo de la mesa y marco su número con rapidez.

-¿Diga?- Del otro lado de la línea se escucha su voz mucho más ronca de lo normal y me doy cuenta de que son las 8 de la mañana un domingo y posiblemente él estaba aún durmiendo.

-Lo siento te he despertado- me disculpo bajando el tono para que no resulte demasiado molesto.

-No pasa nada, de todas formas tenía que levantarme- ríe dulcemente aunque su voz sigue ronca.

-¿Tienes tiempo hoy?- cuestiono mientras juego con el lápiz en la otra mano.

-Sí ¿Te aburres ahí sola?- ríe a lo que yo niego con la cabeza para mi misma.

-No, no es eso. Era por si me podrías venir a explicar una cosa...- digo lentamente pensando la manera de hacerlo -No entiendo este tema de matemáticas y el examen es el lunes...

-Cuando quieras estaré allí- responde con ternura lo que me hace sonreír.

-Me vendría bien ahora, como te decía, no entiendo nada- digo haciendo énfasis sobre "nada".

-Me visto y en cinco minutos estoy allí- sentencia y antes de que pueda agradecérselo corta la llamada.

Tal y como él dijo, cinco minutos más tarde escucho el timbre sonar.

Recojo mi pelo en un moño despeinado antes de bajar y abro la puerta tras la cual está situado Luke.

-¿Para qué has traído coche?- frunzo el ceño observándolo por detrás de su hombro.

Ella me pertenece (Luke Hemmings fanfic) [Detenida temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora