Cuando las rosas vuelvan a florecer

Capítulo 108: Donde todo comenzó (segunda parte)

" Tengo miedo, Harry," susurró Minerva mientras se aferraba a su camisa. "Es como era antes, pero la profecía..."

Harry le ofreció a su esposa una sonrisa tranquilizadora.

" Toda mi vida me ha llevado a esto", murmuró. "Después de que él se haya ido, finalmente podré vivir".

"¿ No hemos estado viviendo estas últimas décadas?" Minerva respondió con tristeza.

Lo hemos hecho", respondió Harry, "pero él siempre ha estado allí, y siempre lo estará hasta que uno de nosotros muera. Traté de ignorarlo, Minerva, pero me atrae como una polilla a una llama. Por todo lo que me ha hecho, tiene que ser así".

Minerva asintió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

" No me dejes solo, Harry. No sé qué haría sin ti".

Harry suspiró suavemente mientras la acercaba a su pecho.

" Nunca lo serás", prometió.

"¡Matarlos a todos!"

A sus órdenes, los hombres que le habían servido tan lealmente en el continente hace tantos años atacaron, y los mortífagos inmediatamente se encontraron a la defensiva.

Los que no lograron protegerse o evitar el ataque gritaron de dolor cuando los atacaron, pero los ojos de Harry estaban fijos en una sola persona.

Su furia era palpable, la vista del hombre que lo había atormentado desde que tenía poco más de un año sacando lo peor de él.

La ira y el odio latentes que sentía por el asesinato de sus padres, la muerte de Cedric, la pérdida de Sirius y todas las demás transgresiones que Tom Riddle se había atrevido a cometer contra él desgarraron a Harry.

Riddle era un monstruo, pero en este momento, era Harry a quien se debía temer, aunque su enemigo mostraba poco de ello.

Cualquier conmoción que había experimentado inicialmente parecía haberse disipado rápidamente, y apuntó con su varita, una ráfaga de hechizos brotó de la punta.

Con un movimiento de la varita de Harry, quedaron en nada, barridos a un lado como si no fueran más que un irritante menor.

El despido casual enfureció al Señor Oscuro y envió otro esfuerzo, sin éxito.

Harry simplemente se apartó de su camino antes de enviar su refutación, y sintió una ola de satisfacción cuando los ojos de Tom se abrieron con preocupación.

Si su primera oferta provocó tal reacción, entonces Riddle se enfrentaría a un rudo despertar en los próximos momentos.

Aún así, sonrió a su propia manera engañosa mientras exhalaba una bola de fuego en su mano y la manipulaba en una enorme serpiente, sonriendo con aire de suficiencia mientras se abalanzaba sobre Harry.

Nuevamente, con poco más que un movimiento de su varita, el esfuerzo del Señor Oscuro fue erradicado, para sorpresa del hombre.

"Patético", resopló Harry antes de devolver el gesto, su propia serpiente mucho más grande y ardiendo más que la de Voldemort.

La burla solo sirvió para enojar más a su enemigo, y con un grito de rabia mezclado con desesperación, logró anular la creación de fuego de Harry con un elaborado gesto de revés con su varita.

"¡ Avada Kedavra!"

La vista del mismo hechizo que robó a Harry de sus padres ya no lo asustó como antes, ya no perseguía sus sueños con las súplicas de su madre.