Cuando las rosas vuelvan a florecer

Capítulo 64: Lealtad

El estómago de Arcturus se había hundido mientras leía el titular de la edición matutina que aparecía en la portada de El Profeta. Si no se le hubiera concedido una semana de permiso para controlar a Lord Parkinson y cómo estaba manejando los asuntos familiares, habría estado en las trincheras cuando fueron bombardeadas, y quizás asesinado con algunos de los hombres con los que había luchado. durante las últimas semanas.

Sacudió la cabeza.

Estaba aliviado de no haberlo hecho, pero también se sentía culpable por su ausencia.

Estos eran hombres con los que compartió comidas, compartió historias, y a quienes él había cuidado y ellos a él cuando los tiempos en el frente eran difíciles. No sabía cuántos habían muerto, pero para que las posiciones fueran abandonadas, temía que fueran muchos y la situación que habían enfrentado era insuperable.

Habiendo regresado a casa, tuvo tanta suerte como mala suerte, la primera por estar a salvo de lo que había ocurrido, la segunda porque nunca sabría si él podría haber sido la diferencia.

Respiró hondo mientras miraba las imágenes de las trincheras en las que había estado viviendo, los fotógrafos capturando todo el horror de los túneles destruidos e incluso las extremidades sobresalientes de hombres que no habían muerto bien.

"Me alegro de que no estuvieras allí, Arcturus", dijo Dorea en voz baja.

La mujer parecía bastante preocupada, pero Arcturus no preguntó por qué.

"Debería haberlo sido", respondió. "Algunas de esas personas..."

Dorea le apretó el hombro para consolarlo.

"Lo sé", la tranquilizó. "De todos modos, debería irme. Parece que será un día ocupado".

"¿Estás esperando hombres de allí?"

Dorea se encogió de hombros.

"Si los rusos no pueden hacer frente a los heridos, probablemente", explicó. "No se ve bien, ¿verdad?"

"No es así", estuvo de acuerdo Arcturus mientras salía de la habitación.

En solo unos días, debía regresar, pero tal vez lo haría antes.

Parkinson estaba supervisando admirablemente los negocios de los Black y no le había dado a Arcturus motivo de preocupación.

Lo que preocupaba al hombre ahora eran las noticias que le habían dado, y en lugar de quedarse en Gran Bretaña, deseaba estar con los hombres, haciendo todo lo posible para ayudar en todo lo que pudiera.

(Romper)

Francia cae!

Por Clive Dunn

El pecho de Minerva se contrajo al leer el titular, y más aún al ver las fotografías incluidas. Las posiciones de ICW habían sido devastadas por los hombres de Grindelwald, y las bajas sin duda fueron numerosas.

Su propio estado de ánimo se reflejó en los estudiantes cuando también se enteraron de lo que había ocurrido en el continente. Durante meses, las noticias habían sido en su mayoría positivas con respecto a la guerra, pero esto fue un gran golpe contra los que se oponían al Señor Oscuro que, según el periodista, había entrado en París con su ejército sin más obstáculos.

Minerva tragó profundamente, sus pensamientos con Charlus y Harry que habrían estado en las trincheras cuando se lanzó el ataque.

¿Estaban bien?

Perder a cualquiera de ellos era algo en lo que ni siquiera podía soportar pensar.

La vista de su desayuno la hizo sentir enferma, pero Albus la distrajo, quien estaba más sombrío de lo que lo había visto.