Cuando las rosas vuelvan a florecer

Capítulo 104: Rostros familiares

Arcturus enderezó el cuello de su túnica antes de comprobar su reflejo en el espejo. Odiaba usar túnicas formales lejos del Wizengamot, pero con la brillante idea de Walburga de organizar una cena familiar, necesitaba vestirse como corresponde.

"¿Qué diablos quiere la mujer de todos modos?" refunfuñó cuando Melania entró en la habitación, tan inmaculadamente vestida y hermosa como el día en que se casó con ella.

"No lo sé", suspiró Lady Black. "Tal vez esté embarazada".

Arcturus resopló burlonamente.

"No puedes fecundar a un congelador..."

"¡Arcturo!" Melania lo interrumpió bruscamente. "Has estado pasando tiempo en el sótano con Charlus otra vez, ¿no? Tu lenguaje siempre es atroz cuando has estado cerca de ellos".

Arcturus sonrió para sí mismo.

"No son la razón por la que maldigo tanto", negó. "Son los malditos tontos con los que tengo que lidiar, como Walburga".

Melania puso los ojos en blanco, pero aun así pasó su brazo por el de él.

"¿Vas a tratar de estar en su mejor comportamiento?"

Arcturus tarareó.

"Sería difícil para ella", se quejó irritado. "Ella casi tiene las pelotas de Orión en su bolso. Merlín sabe lo que tiene que lo ha convertido en una mierda tan cobarde".

"Arcturus", advirtió Melania.

"Bien, haré mi mejor esfuerzo", aplacó.

Melania le ofreció una sonrisa y los dos atravesaron la chimenea, uno tras otro, llegando al estudio de Grimmauld Place donde fueron recibidos por Kreacher.

Arcturus despreciaba al elfo.

Era demasiado leal a Walburga para su gusto.

"Lord Black," lo saludó el elfo con una reverencia tan baja que su nariz casi tocó el suelo.

"Hola, Kreacher", respondió Melania cortésmente mientras Arcturus ensanchaba sus fosas nasales. "¿Estás aquí para acompañarnos a la cocina?"

El elfo asintió.

"Kreacher la llevará ahora, Ama".

Arcturus lo siguió con el brazo de Melania una vez más entrelazado con el suyo, y vio a la mayoría de su familia mientras los mostraba.

Walburga, Orion y Regulus estaban aquí, al igual que Cygnus y Druella.

Los otros niños estaban en la escuela y Cassie todavía no estaba con ellos.

Cuanto menos pensaba en su hermana mayor, menos frecuentes eran los dolores de cabeza.

"¡Señor Negro!" Walburga lo saludó con demasiado entusiasmo para su gusto, pero Arcturus se adhirió al protocolo cuando lo invitaron a otra casa y besó suavemente la parte posterior de los nudillos fríos de su nuera.

Melania hizo lo mismo y las dos mujeres intercambiaron un beso en cada mejilla.

"Padre," interrumpió Orión cordialmente, tomando la mano de Arcturus y estrechándola.

El gesto fue débil, su agarre suelto y la muñeca floja, como se había vuelto a lo largo de los años desde que se casó con Walburga.

"Orión", respondió Arcturus asintiendo, tomando asiento en la cabecera de la mesa.

"El primer plato se servirá en breve", anunció Walburga mientras colocaba una servilleta en su regazo. "Sé que no te gusta que te hagan esperar mucho", agregó a Arcturus, quien frunció el ceño inquisitivamente a la mujer.