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─ Chefsito

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─ Chefsito.

Matthew al ver a su vecino ahí sintió una calma como ninguna otra y con el abrazo que le estaba dando se sentía muchísimo mejor, así que lo único que atinó a hacer fue abrazarlo de vuelta y hundir su rostro en el cuello ajeno mientras las lágrimas mojaban la playera blanca del mayor.

─ Deja de llorar y vámonos de aquí.

Con sumo cuidado lo levantó y se dio cuenta que Seok se había lastimado el pie pues falseaba un poco con el derecho.

Ambos se dirigieron al lugar donde el menor había estacionado su auto y volvieron a su edificio.

En el recorrido nadie dijo nada, Matthew aún se notaba tenso y asustado, el otro era de pocas palabras por lo que poco le importó si había silencio ahí, al contrario, era muchísimo mejor.

Al llegar a su departamento Jiwoong ayudó al más bajo a meterse y acomodarse en el sofá.

─ Tengo que irme.

Antes de que el menor pudiera responder algo, los golpes en la puerta llamaron su atención por lo que Kim se dirigió a abrir encontrándose con el mejor amigo de su vecino revisando unas cosas en una bolsa que traía.

─ Hola Matthew qué es- ─ el mayor por fin alzó su mirada sorprendida ─ ¿qué estás haciendo aquí? ─ su voz cambió a una molesta ─ ¿dónde está Matt?

─ Adentro.

Sin esperar Sung entró rápidamente viendo como su amigo estaba sentado en su sofá, le pareció extraño verlo con la cara roja, él lo conocía perfectamente y sabía que eso pasaba cuando lloraba, así que corrió hasta él y le tomó el rostro con ambas manos mostrando preocupación.

─ ¿Qué pasó Matt?, ¿qué te hizo ese idiota?

─ Nada ─ respondió algo extrañado por la actitud de su amigo y por la cercanía.

─ ¿Qué le hiciste animal? ─ ahora volteó a ver al pelinegro quien los observaba desde la puerta.

─ Nada, ya te lo dijo.

─ Yo sé que le hiciste algo, seguro le dijiste algo - empezó a sacar
conclusiones rápidamente ─ por eso te odia.

Esas palabras que salieron de los labios de Sung hicieron que el menor
saliera de su ensoñación para ver a su vecino quien tenía su típica expresión neutra en su rostro, pero algo llamó su atención. Jiwoong estaba apretando su puño contra su pantalón.

-Me largo - el alto se dio la media vuelta para salir del departamento, eso se ganaba él por querer actuar bien.

- Chefsito - el menor gritó alejando las manos de su amigo de su rostro. Por suerte Jiwoong se detuvo y giró a verlo.

─ ¿Qué?

─ ¿Puedes venir más tarde?

─ No.

ni amigos, ni enemigos ∼ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora