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─ Ya estoy aquí ─ gritó Jiwoong al ingresar al departamento del menor

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─ Ya estoy aquí ─ gritó Jiwoong al ingresar al departamento del menor.

─ Estoy en la habitación, ahora voy.

El mayor no esperó y fue directo a la cocina a preparar unos nuggets que el menor tenía en el refrigerador, desde que Kim empezó a frecuentar su departamento sabía que debía tener algunas cosas por si cocinaba aunque muchas de las veces era Jiwoong quien ponía los ingredientes.

─ Qué rico huele ─ llegó Matthew de la nada.

Al parecer ya se le estaba haciendo costumbre tomarlo por la espalda y ponerse de puntillas para ver qué cocinaba Jiwoong mientras portaba ese mandil que le compró desde que empezaron a frecuentarse.

Pero esta vez era distinto, no como en la mañana con el chocolate, ahora lo estaba abrazando tal como en la cafetería y eso hacía que toda una corriente recorriera el cuerpo del mayor.

─ Matthew.

─ ¿Sí?

─ Espacio.

─ Cierto ─ lo soltó ─ es que no puedo abrazar a alguien así y tú sólo estás así, pero-

─ ¿No abrazas a Sung? ─ lo interrumpió.

─ No, las piernas se me hacen gelatina cuando él es quien me abraza o me da besos en la frente o toma mi cara o-

─ Sí, suficiente ─ lo interrumpió de nuevo ─ ya está, vamos.

Sirvieron en sus platos y vasos, que cabe mencionar ya tenía a juego, y se dirigieron hasta la sala para empezar con su maratón.

Cerca de dos horas pasaron viendo el televisor sin hablar ni nada, solo riendo y poniendo atención a cada capítulo, las palabras no hacían falta cuando había un ambiente cómodo como ese y fue algo que Matthew aprendió porque antes odiaba los silencios así y ahora se estaba acostumbrado.

Todo iba bien hasta que el celular de Matthew empezó a sonar recibiendo una llamada. Jiwoong supo de quién se trataba al ver esa sonrisa tan radiante en su pequeño rostro.

Sí, era Hanbin hablándole para preguntarle qué hacía y si ya había visto la noticia que lanzó la universidad diciendo que los dos siguientes días se suspenderían clases debido al huracán que se esperaba.

¿Huracán?

Quién sabe, la cosa es que esos días no tendría clases y por fin podría dormir muy bien, con un "cuídate, te quiero" Matthew se despidió de su amigo ante la mirada de Jiwoong.

─ ¿Sabías que mañana y el viernes no tenemos clases? ─ habló emocionado el menor.

─ Sí.

─ ¿Y por qué no me dijiste?

─ Asumí que ya sabías.

─ Maldito, no sabía, pero qué bueno que no tendremos clases, en estos días le pediré a Hanbin tener una cita.

ni amigos, ni enemigos ∼ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora