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Antes de que pudiera decir algo solo vió cómo Jiwoong acomodaba unmechón de cabello rebelde de su frente y subía sus manos hasta sus mejillas acercando a Matthew lo más que podía

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Antes de que pudiera decir algo solo vió cómo Jiwoong acomodaba un
mechón de cabello rebelde de su frente y subía sus manos hasta sus mejillas acercando a Matthew lo más que podía.

Y entonces lo besó.

Tan delicadamente, como si afuera no se estuviera cayendo el cielo, como si su departamento no fuera un asco, como si él no odiara el contacto físico, como si Matthew no estuviera enamorado de Sung.

No había movimiento, simplemente eran roces que lograban hacer recorrer en sus cuerpos una corriente muchísimo más poderosa que los rayos que iluminaban el cielo. No había necesidad de apresurar su movimiento, solo se encargaban de sentir la respiración del contrario y la calidez emanada por sus labios.

La parte consiente de Matthew decía que eso estaba muy, pero muy mal, en cambio, la parte suya que amaba que lo mimaran le decía que no se alejara; porque tal vez su primer beso no estaba siendo con la persona que él quería, pero no odiaba para nada la sensación de esos brumosos labios sobre los suyos.

Y mandó sus pensamientos a la mierda cuando sintió que Jiwoong empezó a moverlos creando un ligero vaivén, estaba tratando a sus labios como el más fino cristal, como si no quisiera herirlo. Ese beso le estaba transmitiendo tantas cosas que en el momento no era capaz de identificar.

De manera inexperta trataba de seguir el movimiento de esos labios y pudo sentir cuando Jiwoong sonrió sin apartar sus labios y afianzó más su agarre ahora tomando con una de sus manos su mejilla y con la otra su cintura.

Matthew dejó caer su cuerpo sobre él y por fin cerró sus ojos disfrutando de ese beso, su primer beso. Ambos par de labios se habían acoplado tan bien que no había prisas ni retrocesos, por el ruido exterior era casi imposible escuchar los chasquidos cada que se separaban pero el espacio tan íntimo les permitía notarlo.

─ No, esto no está bien ─ Matthew se separó rápidamente pero ahora incluso del cuerpo ajeno.

─ Lo siento ─ dijo Jiwoong al sentarse y ver como el contrario seguía de pie.

El menor después de unos minutos se sentó a su lado, verdaderamente era incómodo y él odiaba esa sensación por lo que se vio obligado a hablar con lo primero que se le vino a la mente.

─ ¿Dónde aprendiste a besar así?

─ ¿Qué? ─ seguido de eso empezó a reírse.

─ Besas muy bien, sinceramente no creo que no hayas tenido novios o novias antes.

─ Fue mi primer beso también Matthew.

─ No lo parecía ─ habló sin verlo aún aunque por la oscuridad era casi imposible.

─ Quizá eres tú quien hace que sea buen besador.

─ Cállate Kim ─ estaba poniéndose rojo.

─ Me calmo ─ respondió entre risas.

ni amigos, ni enemigos ∼ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora