Capítulo 19

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Caminé lo que me pareció demasiado hasta llegar al lago, que esta vez sí había aparecido.
Al llegar, noté algo extraño. No era el lago de siempre, tenía algo distinto. Me decepcioné bastante, era mi lugar favorito en este infierno. Ahí me sentía agusto, segura y relajada. Esta vez el agua había oscurecido, dejando un tono grisáceo en el fondo del agua. Sus alrededores no estaban repletos de plantas e insectos como siempre, sino que había restos de algo.
Me acerqué con cautelo, temiendo a lo que sea diferente. Los dedos de mis pies tocaron delicadamente la superficie del agua, como hago de costumbre. Después, mis rodillas y la cadera. Finalmente decidí meter la cabeza en el agua, sintiendo la frescura del ambiente. No tenía frío, tampoco calor. Simplemente, no sentía nada. Abrí los ojos una vez debajo del agua, algo de lo que me arrepiento bastante. La nube negra en el fondo del lago se apoderó de mis ojos haciendo la vista muy difícil. Mientras tanto, noté como algo se movía debajo que no era yo. Giré la cabeza bruscamente pero no vi nada. De nuevo volví a sentir que algo se movía en el fondo. El lago no era muy profundo, pero si llegaba hasta el centro de él no lograba tocar el suelo con los pies. Yo me encontraba en esa parte, tratando de nadar lo mejor posible e intentado averiguar qué era lo que se estaba moviendo. Decidí indagar hasta el fondo, sumergiendo mi cabeza en el agua y abriendo los ojos de nuevo. Esta vez sí tuve una respuesta. Dos, no. Tres. Tres cadáveres de personas conocidas, tendidos en las profundidades del agua como si de basura se trataran. Los reconocí al instante, mi madre, mi padre y Laura. Esa chica, si.
Estoy asustada, tengo miedo. Salgo casi volando del lago nadando lo más rápido de lo que mis piernas me permiten. Antes de salir, me agarran el pie. Miro hacia atrás, una mano pálida saliente del agua agarrando mi tobillo derecho con fuerza y tirando hacia el agua. Intento resistirme, apoyando las manos en la orilla del lago con intención de salir. Me doy cuenta de que mis latidos van a cien y empiezo a sudar. Por primera vez en mucho tiempo, siento algo. Llego a la conclusión de que lo único que me queda hacer es tratar de apartar su mano de mi tobillo. Tras pensar varios segundos si debería tocar esa mano o no, la agarro con más fuerza de la que tengo y empujó en dirección contraria. Esta no se detiene, haciendo más fuerza aún.
Me desespero, grito, lloro. Quiero rendirme, dejar de luchar. Lo que parecen ser sus uñas empiezan a arañar mi tobillo haciendo que varios trozos de piel se desprendan dejando grandes rastros de sangre. Ante esto, me paro. Me paro y quiero matar, quiero dejar de existir y vengarme de esa mano. Agacho mi cabeza mostrando la flexibilidad que tengo en ella, y muerdo con todas mis fuerzas la mano. Esta da un respingo y me soy cuenta de que he mordido un dedo, y además se lo he arrancado. Este cae al agua como si fuera una piedra y  consigo escapar. Con bastante dificultad me incorporo y salgo del lago. Se me ocurre mirar hacia atrás para comprobar si no hay peligro, a lo que una nueva mano sale agarrándome de la cabeza y me lanza al lago.

Mierda, no veo nada.

Deja vu [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora