Capítulo 1

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Aclaración antes de empezar

Soy una persona muy inactiva en cuanto a esto de escribir, además de que tengo una especie de bloqueo. No se sorprendan si no actualizo en mucho tiempo, es que me trabo JAJAJA.
En fin, los dejo con la historia, byee <3




"¡Mierda! ¡Me quedé dormida!"
   Otra vez, me había olvidado por completo de lo que tenía pendiente. Se me había pasado la siesta, y dormí un poco bastante más de lo que me hubiese gustado...
Me levanté de un salto, me até el pelo como pude y me vestí con lo que encontré. Tenía una llamada perdida de Sash, decidí devolvérsela.

«Anne, ¿eres tú?»

¡Ey, Sasha! ¡Perdóname! me quedé dormida...

«Lo imaginé, ¿vas a venir? ¿o debo decirle a Marcy que cancelé todo?»

Voy para allá, llego enseguida.

   Me subí a mi bicicleta y pedaleé hacia la cafetería lo más rápido que pude hacerlo.
Llegué unos pocos minutos después, donde me recibió Sasha con una sonrisa un tanto sarcástica.
—¡Miren quién decidió despertarse! —gritó ella, como alentando a todo el lugar a burlarse de mí.
—Bueno, bueno, ya es suficiente —respondí aún cansada. Nos saludamos con un abrazo y nos sentamos.
   Nos pusimos a charlar, hace mucho no nos veíamos y teníamos mucho de qué hablar.
—¿Marcy todavía no llega?
—¿Tú qué crees, Annabanana?
En eso, llegó una mesera.
—Buenos días, señoritas, ¿ya puedo tomar su pedido? -nos preguntó, mientras sonreía amablemente.
—Oh, disculpe, estamos esperando a...
—¡Me esperan a mí!
   Me volteé a ver, y allí estaba Marcy, venía corriendo, tropezando con sus cordones, que nunca entendió cómo atar.
—¡Marbles! —gritamos Sasha y yo a coro.
—¡Chicas!
   Me paré y fui corriendo a abrazarla. Creo que ese fue el abrazo más largo que le di en toda mi vida.
—¡Annabanana, me estás asfixiando! -se río mi amiga mientras intentaba zafarse de mi abrazo.
—Lo siento, jaja.
   Se fue a sentar con nosotras. Estábamos tan contentas que no nos dimos cuenta de que la pobre mesera seguía esperando nuestra respuesta. Ella tosió.
—Oh, disculpe, no queríamos hacerla esperar, yo pediré un café... —dijo Sasha.
—Nosotras también. —dijimos yo y Marcy a coro, casi sin darnos cuenta. Luego ella me miró y se empezó a reir ligeramente. Tenía una linda risa. Sash nos miraba fijamente.
La mesera se fue.
—Pasó mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿verdad? —preguntó entusiasmada la pelinegra del grupo.
—¡Sii! ya las extrañaba, chicas. Nos hacía falta. —dije, tratando de disimular mi emoción.
   Marcy hablaba, hablaba mucho, y muy rápido. Nos contaba detalles de su vida después de la mudanza. No pude evitar quedarme viéndola. Sus ojos iluminados brillaban con cada palabra que salía de sus delicados labios, no sabía muy bien por qué pero no podía dejar de mirarlos. Ella se veía tan linda como siempre, tan alegre, tan...
—¡Anne! ¿Sigues ahí? —mi rubia amiga me despertó de mi trance.
—¿Huh? ¿Qué paso?
—Te quedaste mirándome —dijo Marbles.— , ¿todo bien?
—Si, si... todo bien, ¿me perdí de algo importante? —no pude evitar avergonzarme levemente.
—Bueno, no lo sé... ¿Que vuelva a mudarme aquí te parece importante? —me respondió ella.
  Mis ojos se abrieron desorbitados. ¿Marcy? ¿de vuelta aquí? ¿Podrían imaginarse por un momento las posibilidades?
—¡¿Cómo dices?! —exclamé
—Pues sí, Annabanana, nuestra querida Mar-Mar va a volver. —Sasha me hablaba como si supiese cosas que yo no.
—¡Es más! Mi nueva casa está cerca de la tuya, Anne. —siguió Marcy.
—¡Wow! ¡Eso es increíble! —no sabía que decir. Estaba muy felíz de tener cerca a mi mejor amiga de nuevo.
   Luego de un rato, salimos de la cafetería. Sasha se fue un poco antes, tenía que preparar algunas cosas para el día siguiente. Marcy y yo nos fuimos a caminar por una plaza cercana.
—Y bueno, ¿cómo les fue sin mí durante todo este tiempo?
—Jaja, no fue lo mismo sin tí, nos haces falta, o bueno, a mí me haces falta.
   Marcy se rió, un poco roja.
—Yo también te extrañé, Anne. -me respondió en un tono coqueto.
Charlamos un rato, y luego atardeció.
—Bueno, Mar-Mar, ya es tarde, deberíamos irnos.
—Pienso lo mismo.
   Nos abrazamos, y cuando empezamos a alejarnos, Marcy me gritó.
—¡Ey, Annabanana! ¡Espera!
   Me giré, un poco confundida. Ella se acercó corriendo a mí, y empezó a buscar algo en su mochila.
—¿Qué pasa, Mar?
—¡Aquí está! —anunció, sacando un pequeño paquetito colorido de su mochila. Ella tomó mi mano y me lo dio.— No es nada raro, lo prometo... —se rió.
   Lo abrí. Era un collar que tenía una pequeña flor roja colgando de él.
—De donde vengo, esto se considera un regalo a una persona especial. Yo también tengo uno así. —me dijo, mostrándome un collar exactamente igual en su cuello.— La flor se mantendrá con vida mientras nuestro vínculo se mantenga fuerte. Cuanto más fuerte el vínculo, más viva y roja es la flor.
—Algo así como un collar compartido... —
—Algo así...
   Hubo un silencio incómodo. Luego ella depositó en mi mejilla un pequeño beso, que hizo que me sonrojara ligeramente.
—Hasta pronto, Annabanana... —susurró ella con una sonrisa, mientras se alejaba despacio.
   Yo no me moví, me quedé mirándola mientras se alejaba. Ese beso fue un poco inesperado.
Volví a mi casa, pero no pude evitar sentirme molesta.
—¡Mierda, Anne! ¿qué pasa contigo? ¿por qué no puedes olvidarla? —me gritaba a mí misma...—¡Ya han pasado 10 malditos años, y tú sigues pensando en esa chica! ¿qué te costaba enfocarte en alguien más? no lo sé, Sasha, o alguien con quien si tenga posibilidades, pero ¿Marcy? ¡Dios!...
   Para ese punto, estaba muy enfurecida conmigo misma, habían pasado los años, y yo todavía estaba igual de enamorada de Marbles que la primera vez que la vi, y me sentía terriblemente culpable de ello. Solo quería olvidarla, pero al mismo tiempo, no podía dejarla ir así de facil. Después de todo, seguramente ya tendría a gente nueva en su vida, dios mío, Marcy Wu, ¿qué te cuesta prestarme atención?

Flores rojas - Marcanne ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora