[Anne]
Llegó el sábado. Yo estaba terminando un pequeño papeleo que tenía que completar, cuando sonó mi teléfono. Era Marcy.
"Hey, Annabanana, vas a venir hoy, ¿verdad?". Le sonreí a la pantalla. "Claro que sí, Marbles, no podría olvidarlo".
Habíamos dicho de ir a la misma plaza del otro día, casi siempre estaba vacía y podíamos conversar en privado. O al menos, eso me había dicho Marcy.
Cuando salí a la calle, me di cuenta de que mi bicicleta tenía una goma pinchada. Qué hermosa suerte. Tuve que irme a pie, aunque afortunadamente, vivía cerca del lugar, a unas seis cuadras aproximadamente. Igualmente no tenía muchas ganas de caminar, hace una semana me estaba sintiendo un tanto debilitada, sin saber exactamente por qué. Sólo lo ignoraba, y seguía con mi vida.
—¡Anne! —me gritó Marcy a lo lejos.
—¡Mar-Mar! —le devolví el grito, animada.
Nos abrazamos, estaba muy felíz de verla.
—Te ves muy bien, Annabanana. —me dijo ella en un tono coqueto, mientras me estaba guiñando un ojo, cosa que me tomé muy en serio.
—Bueno, tu tampoco te ves mal, Marcy. —definitivamente, no sabía coquetear como ella.
Nos reímos.
—Hace mucho no salíamos así.
—¿Así cómo?
—Digo, nosotras, tú y yo, Marcy y Anne.
—Si, entendí.
Nos sentamos en un banco, y charlamos, charlamos mucho, no nos dábamos cuenta de todo lo que estábamos diciendo. Con ella, el tiempo pasaba como si estuviera pausado, éramos solo Marcy y yo, contra todo un mundo de personas ajenas a nosotras.
—Oye, Anne...
—¿Ah? Dime.
—¿Sigues en el tenis?
—Pues, dejé hace un tiempo, no tenía momentos libres para practicar, y bueno, no volví a jugar. ¿Por qué la pregunta?
—Bueno, hace poco estaba dando vueltas por el lugar, y me crucé con una vieja escuela. Y pensé que podría interesarte, pero si no tienes tiempo...
—¿Es en serio? —en realidad, yo extrañaba mucho el tenis, era mi deporte favorito cuando era una niña.
—Uh, si, mira... -sacó de su bolsillo un pequeño folleto publicitario, que tenía la información del lugar.— Bueno, esta es la dirección, y estaba pensando en que, tal vez, podría acompañarte, si es que quisieras ir...
Se me iluminaron los ojos por un segundo. Una excusa para ver a Marcy era todo lo que quería.
—¿Harías eso por mí? ¿Desde cuándo sabes jugar tenis?
—Desde... ¡Nunca!, pero muchos dicen que "nunca" es el mejor momento para aprender.
—Marcy, nadie dice eso.
—Entonces yo lo digo. Bueno, ¿qué dices?
—¡Por supuesto que si! —grité mientras la abrazaba.— ¡Gracias!
—De nada, Annabanana.
Cuando salimos del abrazo, nos miramos a los ojos. Ella me sonrió, tenía la sonrisa más bonita que había visto jamás, yo también le sonreí, aunque no me sentía igual de linda. Luego, apartó la vista rápidamente, como si nada hubiera ocurrido.
—Creo que ya estuvimos mucho tiempo aquí, ¿quieres ir a caminar?
—Está bien. —accedí un poco insatisfecha, ya que no me sentía con ánimos de caminar. Pero con Mars a mi lado, todo podía suceder.
Caminamos, y caminamos, y caminamos. El tiempo seguía detenido, ella y yo seguíamos caminando, y cuando me quería dar cuenta, me había tomado de la mano, y entrelazado sus dedos con los míos. Creo que ella no se percató nunca de eso, o si lo hizo, definitivamente era mejor actríz que yo. Mientras caminábamos, hablábamos como si todavía tuviéramos trece años, o como cuando éramos unas pequeñas niñitas que jugaban en los toboganes de la antigua plaza que estábamos atravezando. Otra vez, me sentía en casa con ella.
—Deberíamos hacer esto más seguido, creo que lo necesitamos. —dijo mi amiga.
—¿Tú crees?
—Pues, ¡si!
—Entonces, si. Deberíamos hacer esto más seguido.
Ella me sonrió.
—¡Oh! eso me recuerda a algo. Una amiga mía de la escuela a la que me cambiaron mis padres se mudará conmigo en unos días, ya que viene de visita a Los Angeles. ¡Pensé que tal vez tú, ella y Sasha deberían conocerse!
—Bueno, si es amiga tuya, ¡puede ser amiga nuestra!
—¡Genial! Aunque debo decir primero que es un tanto celosa, es decir, no le agrada mucho la gente nueva cuando me conocen desde antes. Creo que es por eso que no tiene pareja.
—Marbles, tranquila, sé manejarme con gente así, recuerda que Sasha es exactamente igual.
—Jaja, es cierto, es cierto...
Nos quedamos quietas, en el medio de el camino de tierra que tenía la pequeña plaza. Estábamos una frente a otra, mirándonos fijamente. Sentía el corazón en la garganta, Marcy seguía tomando mi mano, y ahora la estaba tomando con fuerza. Estaba muy sonrojada, podía sentirlo en mi frente, pero no me importaba. Marcy también estaba roja, muy roja, aunque tampoco parecía importarle. En ese momento, realmente éramos nosotras, solo nosotras dos contra todo el mundo.Hasta que recobramos la conciencia. Marcy abrió sus ojazos oscuros de par en par. Se sonrojó aún más, y soltó lentamente mi mano.
—¡Oh, Anne! ¡Cuánto lo siento! No quería...
—Está bien, Mar-Mar. -parecía avergonzada en serio. Su hermosa sonrisa se había transformado en una cara de arrepentimiento instantáneo.- ¿Marcy?
—Creo que tengo que irme.
—¿Todo está bien, Marcy?
—Adiós, Anne.
Marcy se alejó, no sabía qué le había ocurrido, pero pude escucharla llorar mientras corría. No me atreví a seguirla, me daba miedo que estuviera molesta conmigo por no haberla detenido cuando tomó mi mano, o cuando me miró a los ojos...
Le mandé miles de mensajes al llegar a mi casa, me preocupaba mucho. Marcy era alguien muy especial para mí, no me permitiría jamás haberla incomodado. Esperé un rato, hasta que por fin me llegó una respuesta.
"Hola, Anne. Lamento muchísimo lo que hice hoy, perdón por irme sin decirte nada, es que estuve un poco mal estas últimas semanas y pues, tampoco estaba en el mejor de mis días. Antes de que te culpes, tú no hiciste nada malo. Pasé la tarde más maravillosa contigo, gracias por aceptar la invitación..."
Cuanto más leía el mensaje, más me dolía. No me iba a permitir que Marcy se sintiera mal, y mucho menos en ese momento en el que se acababa de mudar.[Marcy]
Me fui corriendo de la plaza, estaba avergonzada. ¿Y si Anne descubría que yo la amaba? ¿íbamos a quedar arruinadas o a perder de nuevo el contacto?... cuanto más lo pensaba, más cristalizados tenía los ojos.
Esperé hasta alejarme lo suficiente para llamar a Sasha. Quería hablar con ella, y lo necesitaba.
«Marcy, ¿qué ocurre?»
«¿Por qué el amor da tanto miedo?»
«Oye, ¿estás llorando?»
«Sasha, arruiné todo, dejé a Anne en el medio de la plaza porque soy una estúpida que le tiene miedo a sus sentimientos.»
«Marbles... »
«Lo peor de todo es que tal vez ella se haya dado cuenta de lo que me pasa...»
«¿Quieres escucharme?»
«Soy una mierda.»
«¡Marcy Regina Wu! ¿No puedes solo escucharme.»
«Está bien...»
«Ven a mi casa, no puedo seguir charlando de esta forma. Por favor tranquilízate.»
«Ok, Sash, nos vemos.»Corté la llamada y fui con Sasha. Cuando llegué a su casa, la abracé apenas abrió la puerta.
—Wow, Mar-Mar, tranquila, ¿estás segura de que solo es eso? —yo solo asentí con la cabeza.— Ya veo, pasa.
Me senté al lado de ella, apoyando mi cabeza en su hombro. Me secó una lágrima y con un tono de dulzura, me dijo:
—Marcy, cálmate, necesitas calmarte. No hiciste nada malo.
—Lo sé, pero estoy asustada...
—¿Y por qué no aprovechaste para decírselo? Probablemente ese era el momento indicado.
—¿Acaso enloquesiste? Por supuesto que no.
—Bueno, perdón, sólo preguntaba...
Hice silencio, no tenía nada que decir.
—¿Puedo preguntar cómo les fue? ¿o no estás de humor?
—Bueno, si, no todo estuvo mal...
—¡Cuéntame!
—Está bien.
Empecé a contarle todo, le conté lo de la escuela de tenis, lo de mi amiga y las otras miles de cosas de las que habíamos hablado por horas.
—... Y pues, entonces me di cuenta de que había tomado su mano. Cometí el error de seguir sosteniéndola y nos miramos a los ojos, dios mío, me perdí en su mirada. Bueno, luego recobré la conciencia y pasó lo que te dije al principio.
—Aww, Marcy, ¿en serio crees que no le gustas?
—¿Y por qué habría de creer lo contrario?
—Amm, no lo sé, tal vez por todo lo que me contaste anteriormente.
—Eso no significa nada, Sash, el error fue mío, nada hubiera pasado si no la hubiese invitado. Solamente soy una torpe.
—No vuelvas a tratarte de esa forma, ¿oíste? —parecía una amenaza, y si Sasha amezanaba, era en serio.
—Entendido.
Volví a sonreírle, ya no me sentía tan mal después de haber hablado.
—Ya que hablamos de amistades, ¿cómo se llamaba tu amiga? era... ¿Mayra?
—Maya.
—Ahh, eso. Dime, ¿podremos conocerla?
—Justo en eso pensaba. Anne me preguntó lo mismo en la tarde.
—¿Eso es un sí?
—Jaja, no le he preguntado, pero cuando lo haga, prometo informarlas.
—Está bien, ja ja.
Decidí que era hora de irme, era tarde y Sasha estaba cansada. Cuando llegué a casa, le mandé un mensaje a Anne, todavía me sentía culpable por haberla abandonado sin explicación.
"Hola, Anne. Lamento muchísimo lo que hice hoy, perdón por irme sin decirte nada, es que estuve un poco mal estas últimas semanas y pues, tampoco estaba en el mejor de mis días. Antes de que te culpes, tú no hiciste nada malo. Pasé la tarde más maravillosa contigo, gracias por aceptar la invitación..." eran las palabras que había elegido, no sabía si estaban bien pero las envié de todas formas, por lo menos, Anne sabría que estaba conciente de lo que había hecho.
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Flores rojas - Marcanne ♡
Fanfiction10 años después de separarse, Anne Boonchuy y sus mejores amigas Marcy Wu y Sasha Waybright se reencuentran en una linda cafetería. Su vínculo parecía ser el mismo, nada había cambiado entre ellas, sobre todo con Marcy, ¿o sí?. Anne está confu...