Flores rojas - Marcanne ♡

Capítulo 5 (‼️)

☆ « CAPÍTULO LARGO / REFERENCIAS A TEMAS SUBIDOS DE TONOS (qué tan subidos están depende de tu forma de ver), REPITIENDO LO DICHO EN LA DESCRIPCIÓN, ESTE CAP ES OPCIONAL, MAÑANA SUBO OTRO 😽❤️ » ☆

[Anne]

Bueno, no fue la mejor de las mañanas.
Me desperté con mucho dolor de cabeza y estómago, no podía faltar al trabajo, pero no me sentía bien. Tenía nauseas y sentía ganas de vomitar. "¿Qué me pasó?" pensaba, no tenía idea de por qué estaba así, pero no podía levantarme. Pensé en llamar a mis padres, ellos estaba muy ocupados, ni enterados de mis llamadas. "Está bien, llamaré a Sash".

«¿Anne? ¿Qué pasó?»
«Hola, Sasha.»
«¿Qué carajo le pasó a tu voz? Parece que te apuñalaron.»
«Bueno, no me apuñalaron, pero me siento como si lo hubieran hecho.»
«Dios mío, Anne. ¿Qué hiciste ahora?»
«¡Es que no lo sé!»
«Lo lamento mucho, Annabanana, en serio no puedo irme ahora, estoy ocupadísima en este momento, prometo ir a verte apenas pueda, ¿quieres que le avise a Marcy mientras tanto?»
«Normalmente, diría que no. Pero hoy no es normal, por lo tanto haz lo que quieras.»
«Está bien, la voy a llamar. Cuando pueda, iremos al médico, ¿me oíste?»
«Agh, ok, nos vemos, Sasha.»
«Nos vemos, Anne, no dudes en llamar si te sientes peor. Trata de mantenerte hidratada.»
Dicho esto, intenté levantarme, literalmente reuniendo todas mis fuerzas. Me sentía debil, como si mis huesos fueran de tela, apenas podía respirar. Esto no era nuevo, ya me había pasado antes, pero siempre había un motivo. Actualmente, no había hecho nada durante días, prácticamente. "Tal vez solo sea una gripe fuerte" pensé en ese momento, prefería pensar en eso que temer porque fuera algo peor. Luego de un rato, Marcy me mandó un mensaje, diciéndome lo que Sasha había mencionado: "Anne, ¿cómo te sientes?, Sasha me dijo que estabas enferma y necesitabas que vaya". Solo le envié un "si", tampoco estaba con muchas ganas de enviarle mensajes largos. Sólo sentía ganas de asfixiarme con la almohada, o dejar que el dolor de cabeza me matase lentamente. Un rato después, tocaron la puerta, fui, despacio como si no tuviera prisa, a abrila. Era Marcy.
—¡Oh por favor, Anne! ¡Sasha me dijo que estabas enferma, pero no me imaginé esto! —dijo preocupada, mientras observaba mi figura despeinada, en pijama y con cara de idiota.
—Hola, Marcy, pasa. —la invité de la forma más natural que pude.
—No hables, te vas a lastimar la garganta. —me interrumpió mientras se acercaba a mí e intentaba callarme colocando su índice en mis labios, los cuales retiró inmediatamente.— Ve a recostarte.
Me tiré de cara en la cama, Marcy se sentó a mi lado.
—¿Cómo te sientes?
—No mejor. Gracias por venir, Marcy, en serio.
—No es nada, es lo menos que podía hacer, sabiendo que te dejé plantada en medio de una plaza.
—Eso no es un prob...
—¡Te vas a lastimar! —ella comenzó a reir ligeramente.
—Cierto, cierto... —reaccioné con una sonrisa. Marcy era la mejor persona que conocía.
Cuando dejó de reirse, hubo un pequeño silencio.
—Oye, Anne.
—¿No me dijiste que me callara?
—Bueno, si, pero necesito preguntarte algo.
Otra vez, me puse nerviosa, como pude porque no me sentía bien, pero me puse nerviosa.
—¿Alguna vez te pasó el enamorarte profundamente de alguien muy especial, pero no poder decírselo porque tienes miedo de que esa persona te abandone?
Mi respuesta fue un poco predecible, considerando que era exactamente lo que me estaba ocurriendo.
—Pues, si... ¿Por qué me lo preguntas?
—Por nada.
No le dije nada, solo la miré por un segundo. Marcy, si tan solo hubieras sabida lo que me pasaba. Si tan solo yo hubiese tenido el valor de decirte todo lo que sentía por ti a la cara. Si tan solo tú sintieras lo mismo que yo...
Me dió algo de sueño, mis párpados caían sobre mis ojos.
—Voy a otra parte, así duermes tranquila.
—No, Mar-Mar.
—¿Eh?
—No quiero que te vayas, quédate aquí, por favor. —dije tratando de no caer rendida en el sueño profundo.
—¿Segura?
—Si, ven aquí. —le hice un espacio al lado mío. Ella se recostó y me miró, pero apartó los ojos rápidamente, con expresión de tristeza.
—¿Qué pasa?
—¿Me hablas a mí?
—Marcy, solo estamos tú y yo aquí, ¿a quién más le hablaría?
—Oh, claro. No es nada, solo... ¿segura de que está todo bien entre nosotras?
—¿Oye, de qué hablas?
—Es decir, sigo sintiendo culpa por lo que te hice el otro día...
—Olvida eso, no hiciste nada mal...o... —me estaba ganando el sueño.
—Gracias, Annabanana. Duerme.