Capítulo 6

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Cuando llegamos a casa de Marcy, no sabíamos realmente qué hacer. Es decir, no teníamos un ni idea.
—¿Jugamos a algo?
—Marcy, ya no somos niñas pequeñas, somos adultas, no podría... ¡Por supuesto que sí, hagámoslo!
Marcy puso un juego que no supe reconocer, nos pusimos a jugar. Claramente, ella tenía mucho más experiencia, pasaba los niveles como si lo hubiera vivido en tercera dimensión. Dios mío, se veía tan atractiva concentrada. Intentaba, pero no podía sacarle la mirada de encima.
—Anne, vuelve a la vida. —me propuso Sasha sacudiendo mi hombro.
—¿Ah? —dije, sin dejar de observar a Marbles.
—Que te acaban de matar. —dijo ella, devolviendo la mirada, de una forma muy diferente.
—Yo, ahhh... —no sabía qué responderle, porque lo único a lo que estaba prestando atención era a sus hermosos ojos.
—¿Anne? —me decía Marcy, colorada, mirándome mientras reía.
—¡Lo siento, Marcy! —exclamé tapándome la cara de vergüenza, me había regalado completamente.
—Ah, ¿bueno?
Tomé el control y me dispuse a jugar como correspondía. Sólo había un pequeño problema.
—¿Cómo se juega esto?
—¡Anne! ¡Ya lo había explicado!
Ella pasó su brazo derecho por mi cintura, tomó mis manos junto al control y se acercó a mí. Sentí un escalofrío subiendo por mi cuerpo.
—¿Lo haces adrede?
—¿Qué cosa?
Oh, mierda.
—¡Anne! Pareces un tomate, ¿estás bien o quieres que te llevemos de nuevo al médico?
—Estoy... ¡bien! ¡estoy perfecta! —no, me estaba por dar algo. Marcy me estaba abrazando, pero no como un abrazo amistoso, era a otro nivel.
—Y con este, saltas, ¿entendiste bien? —me comentaba ella, fingiendo que no sabía lo que me estaba haciendo.
—Ajá, claro... —la miraba a los entrecerrados ojos. Si ella intentaba coquetear conmigo, le estaba funcionando muy bien. Maldita sea.
—¿Segura? Puedo explicarte de nuevo si quieres.
—Yo... voy al baño. —dije, saliendo apurada de el abrazo, más roja que un semáforo detenido.

[Marcy]

Anne se fue muy rápido del "abrazo", mantuve mi postura hasta que la perdí de vista.
—Demonios.
—Heyy, te funcionó muy bien. —me intentó alagar Sasha.
—¿Muy bien?
—¡Muy bien! Marcy, estás coloradísima.
—Sash, soy la persona más sumisa que existe, no soy buena coqueteando. Me sentí como si fuera una manzana enseñando de videojuegos a una supermodelo de televisión.
—Wow, con razón.
—Bueno, ya basta.
—Ahora no voy a parar.
—Sasha...
—Mar-Mar, no voy a parar hasta que le digas a Anne lo que sientes.
—¿Y si mejor esperas?
—Es que acabo de teminar la novela que estaba leyendo.
—¿En serio? ¿de qué se trataba?
—Pues, en la historia, dos chicos... no busques desviar la conversación, Marbles.
—¿Al menos podrías contarme luego?
—Bueno.
   Suspiré.
—Sash...
—¿Mhm?
—¿Crees que si le digo, ella no va a odiarme?
—Por favor, es tu mejor amiga desde el jardín de niños.
—Justo por eso es que me preocupa...
—Mira, yo creo que Anne es una persona comprensiva, si decides que quieres decirle, ella sabrá entenderte, ¿quién sabe? tal vez hasta te enteres de cosas que no sabes...
—¿Tú crees?
—Te lo puedo asegurar.
   Me quedé un poco pensando. Probablemente ella tenía razón, y solo necesitaba hablar con mi amiga para que se me fuese el miedo.
En eso, Anne salió del baño.
—Bueno, ya se hizo de noche, ¿tienen hambre? —pregunté aspirando a hospitalidad.
Las dos se miraron, y levantaron los hombros.
—Bueno, yo no tengo, realmente, ¿y tú, Sash?
—Yo tampoco.
—¿Preferirían ir a dormir?
—En mi caso, si. —dijo Anne.
—Si... yo creo que también. Fue un día raro.
—Vamos, entonces.
Instalamos un colchón improvisado en mi habitación y acomodamos unas sábanas en la sala, ya que mi casa era pequeña como para que todas durmiéramos en un mismo cuarto.
—Yo duermo en la sala, ustedes duerman en tu habitación, Mar-Mar. —declaró Sasha.
— Por mí está bien.
Nos habíamos acostado. Yo en mi cama, Anne en el colchón de al lado. Cuando estábamos por dormir, me dió un ataque de impulsividad.
—Annabanana, ¿estás despierta?
—Por poco, Marbles, ¿qué ocurre?
—¿Quisieras ir mañana a la plaza conmigo? Necesito decirte algo muy importante, en privado...
—Ahh, supongo, ¿a qué hora?
—Pues, sales a las cinco, ¿te parece bien al atardecer? ¿alrededor de las seis?
—¡Claro!
—Aghh, ¿podrían callarse? hay personas tratando de dormir aquí. —dijo Sasha, entre sueños.
—Lo siento. —respondí.— Buenas noches, Anne.
—Buenas noches, Mar-Mar.
Cerramos los ojos, y nos dormimos. Un rato después, desperté y me di cuenta de lo que había hecho.
"¿Invité a Anne a salir?"

Flores rojas - Marcanne ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora