Capítulo 9

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[Anne]

   Tenía un mensaje de Marcy.

"Hola, Annabanana ♡, ¿recuerdas a mi amiga de la secundaria? ¿la que te mencioné hace unos días? ya llegó a mi casa, y me parecía apropiado invitarte a tí y a Sash a que la conocieran... ¿estás disponible? si no puedes solo dime, lo pasaré para otro día..."

   Claro que quería conocerla. Mar-Mar me hablaba mucho de ella, y supongo que era una gran persona, o eso parecía. Fuera como fuera, no tenía nada mejor que hacer, así que respondí.

"¡Hola Marbles! Por supuesto que iré, ¡Nos vemos en un rato!"
  
   Empezó a llover unos minutos antes de salir. Amo la lluvia, y los días nublados, simplemente es hermoso. Se escuchaba el armónico romper de las gotas en el vidrio de las ventanas, cuando Sash intentó romper el silencio que invadía al ambiente.
—Bueno, ¿Marcy te dijo algo al respecto de ella?
—Ajá. Dijo varias cosas.
—Ya veo...
   Lastimosamente, su pregunta no fue bastó para deshacer la incomodidad, pero por suerte del destino, llegamos al lugar, donde la anfitriona nos apuró a pasar para que no nos mojásemos.
   Cuando entramos, vimos a una chica sentada. Tenía el cabello rojizo y lacio, y los ojos oscuros. Supuse que ella era la tal chica. Marcy nos presentó alegremente.
—Maya, ella es mi querida amiga Sasha. Sash, ella es Maya.
—Un gusto. —se dijeron mutuamente.
   Marbles me tomó de la mano, y con entusiasmo le habló a la recién llegada.
—Y ella es Anne, ¡mi novia!
—Ahh, con que tú eres la tan mencionada Anne, ¿verdad? Marceline me habla mucho de tí... —me dijo la antes mencionada chica.
—Marcy, soy Marcy.
—Ya, lo siento.
   Ella no se veía muy contenta con su visitante, parecía incómoda, no sé si conmigo o con quién, pero se veía como si alguien le hubiese dicho cosas, cosas que no le agradaban. Conocía a Marcy como a Nadie, y sabía cuando algo la molestaba, tenía esa mirada predecible que mostraba varias emociones al mismo tiempo pero de una forma muy clara, que automáticamente me permitió darme cuenta de que algo andaba mal.
—¿Todo está bien? —pregunté, en vano, porque siempre me respondería que sí, sin importar qué tan mal estuviera.
—Ah, claro, si...
   Maya me miró con ojos entrecerrados y seriedad. No sabía por qué, nunca la había visto en mi vida así que no tenía ningún rencor guardado, yo no, tal vez ella sí. No sé cuál podría ser porque jamás le había hablado, pero preferí ignorarla.
   Estuvimos un rato, presentándonos y conversando sobre diversos temas, ninguno muy importante.
—¿Ustedes dos tienen planeado mudarse juntas?
—Oh, no por el momento, pero tal vez en un futuro...
—Ah, claro.
   Con el paso de las horas me di cuenta de que Maya parecía alguien un tanto arrogante, pero no arrogante tolerable, sinó que arrogante molesta. A medida que hablábamos pude darme cuenta de que Sasha y yo estábamos de acuerdo en que nos incomodaba el solo hecho de compartir una habitación con ella. Hablaba puras estupideces, y a cada comentario, ella aquello, ella esto, su familia aquello...
   No quería opinar, pero mi novia tampoco se veía felíz, me extrañaba mucho ya que al inicio estaba muy emocionada de que conociéramos a su amiga. Su mirada estaba muy... ¿seria es la expresión? No lo sé, me daba hasta pena verla así, estaba decaída. De vez en cuando me miraba de reojo, pero bajaba más la mirada y se enfocaba en cualquier otro punto, se perdía en sus pensamientos, ni siquiera prestando atención al narcisismo de su amiga. Opté por quedarme observándola, porque le molestaba que le preguntaran muy seguido sobre sus sentimientos. A veces me detenía a examinarla porque sí me preocupaba. Pareceré una paranoica pero yo conocía a Mar-Mar más de lo que me conocía a mí, sabía que algo no andaba bien, ella era alguien muy alegre, y esa no era una expresión de felicidad.
   Luego de un buen rato, tuve que irme. Además de que ya había aguantado a esa... chica, todo lo que necesitaba, tenía que levantarme temprano al día siguiente y no quería acostarme muy tarde.
—Lamento esto chicas, pero tengo que irme, tengo algunas ocupaciones...
—Te llevo, yo también debo irme, —me dijo Sasha como intentando escaparse a toda costa del lugar.— espérame en el auto.
—Ok.
   Me despedí simplemente de la chica y Marcy me acompañó hasta afuera, ya había parado de llover.
—Ya sé que Maya puede ser un poco... arrogante a veces, pero juro que con el tiempo se vuelve encantadora. —me decía ella, mientras sonreía forzosamente.
—Mar-Mar, ¿estás bien? te noté un poco... —intenté desviar el tema y hablarle más directamente.
—Sii, ¿por qué lo preguntas? estoy bien, sólo cansada.
—Está bien, no dudes en llamarme si necesitas algo, ¿de acuerdo?...
—De acuerdo.
   Le dí un beso en la mejilla para despedirme y me fui con Sasha. En el camino, ella me habló, de la nada, como si fuera un agente encubierto de alguna institución secreta.
—Sé que algo te preocupa, cuéntame.
—Marcy no parecía estar bien.
—¿No?
—Obviamente no, ¿viste la cara que tenía? esa no es una cara que te diga "¡Estoy bien! me estoy divirtiendo con mi amiga la narcisista... y soy muy feliz." ¿No lo notaste?...
—¿No puede ser que estés algo... celosa, Anne?...
—¿Yo? ¿Celosa? Por supuesto que no, sé cuando algo no está bien, y está vez en serio ella no estaba bien. Además de que no soy celosa...
—No necesariamente tienes que ser celosa para estar celosa, Anne, es natural. Amas a Marcy, no debes preocuparte, pero...
—Sé lo que son los celos, Sasha, sé que los he sentido alguna vez, pero en esta ocasión no, ¿podrías escucharme?...
—Bien, como quieras.

[Marcy]

   Anne y Sasha se fueron, las observé hasta que se perdieron. Maya me habló desde adentro.
—¿Vas a quedarte ahí afuera? Hace frío, "Marcy".
—Oh, claro, ya voy.
   Entré lentamente a mi casa, me senté en una silla que tenía cerca.
—¿Con que esa era tu novia? No lo sé... no parecía amigable.
—No digas esas cosas, Maya. No la conoces y no puedes juzgarla así con sólo verla.
—Cálmate. Sólo decía...
—Entonces, no digas.
—¿Qué pasa contigo?
—Nada que te importe.
—Escucha, lamento decirte esto, pero no ayudas con sólo quedarte callada, ¿qué te ocurre?...
   Tomé aliento, un poco dudosa, y le respondí.
—No es nada...
—Bah...
—Sólo... estuve pensando en lo que dijiste, sé que Anne es diferente, pero, ¿y si tienes razón?.
—No lo sé, eres tú la que la conoce, ¿verdad?
—Claro que sí, pero, ¿qué tanto? Ni siquiera estoy segura de conocerme a mí misma... me siento... culpable.
—¿Y eso por qué?
—Porque me doy vergüenza a mí misma al dudar de mi novia. Ella es increíble y yo... sólo soy una idiota.
—Por supuesto que no, Marcy, eres muy buena persona, pase lo que pase con Anne, yo siempre voy a estar para tí.
—Gracias, Maya.
   Al acostarme, se me hizo un tanto extraño que de la nada hubiera sacado comentarios acerca de Anne, parecía celosa o molesta de que yo estuviera en algo con ella. Sólo digo, ellas no se conocían, ¿cómo se supone que supiera sobre su personalidad?...
   Decidí no darle importancia, al día siguiente podría preguntar.

Flores rojas - Marcanne ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora