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Cuando SoonKyu y YoonOh llegaron al aeropuerto, buscaron con la mirada a su hermano y cuando lo encontraron, rieron al notar como cargaba una tableta electrónica con sus nombres escritos en ella, como si fuera un chófer. 

—¿Y tu novia? —fue lo primero que preguntó YoungHo incluso antes de saludarlos—. Pensé que la conoceríamos al fin —dijo acomodando la tableta debajo de su brazo.

—Es mi prometida —corrigió—. Su abuela la visitaría y tuvo que quedarse.

SoonKyu soltó un pequeño bufido.

—¿Seguro que es real? —preguntó SoonKyu—. Siempre que voy a visitarte algo se le presenta y no la puedo conocer.

—Es modelo y embajadora de una marca muy importante, es normal que siempre esté ocupada.

—¿Incluso para ti? —preguntó YoungHo con genuina preocupación—. Te vas a casar con ella... Debería encontrar tiempo para ti y para tu familia, al menos para conocernos.

YoonOh rodó los ojos y comenzó a caminar hacia afuera del aeropuerto, en busca de un taxi, pero su hermana le dijo que no fuera infantil y subiera al auto de YoungHo. A regañadientes, él accedió y subió a la parte trasera luego de arrojar su valija a la cajuela.

Mientras YoungHo conducía hasta casa de sus padres, SoonKyu trató de aliviar un poco la tensión del ambiente contando un poco de su estadía en Nueva York y sobre las cosas que hizo junto a YoonOh, quien solo asentía con un simple "mhm".

Cuando al fin llegaron a la gran casa de sus padres y el portón se abrió, YoonOh comenzó a sentir su estómago revolverse de la buena manera, ya que ansiaba ver a sus padres luego de cinco largos meses. Tanta era su emoción que pudo haber bajado con el auto aún en movimiento, pero esperó a que su hermano aparcara para bajar corriendo.

—Mi niño —su madre lo recibió en sus brazos y sollozó bajito—. ¿Cómo has estado? —se alejó un poco de él solo para acunar su rostro entre sus manos—. ¿Tienes hambre? Te preparé tu comida favorita.

YoonOh asintió mientras abrazaba a su padre, sintiéndose muy conmovido, ya que el hecho de que su madre cocinara en lugar de pedirle a las empleadas que lo hicieran, era un gesto muy lindo.

—¿Y a mí no me preparaste nada, mami? —preguntó SoonKyu con un puchero y su madre negó sin mirarla, ya que estaba muy ocupada viendo al de hoyuelos—. ¡Papá! —se quejó.

—A tí te vemos cada semana —rió y siguió a su esposa y a su hijo a la cocina.

SoonKyu rio asintiendo y siguiéndolos hasta la cocina, ya que sabía que sus padres los amaban por igual, pero como no lo veían tan seguido, solían consentirlo demasiado, incluso ella misma lo hacía.

Tuvieron una comida amena en donde YoonOh se encargó de ponerlos al día sobre su vida y viceversa. La poca tensión que se sentía entre los hermanos se había esfumado por la calidez del momento, de hecho, YoungHo también le había preguntado animadamente acerca de su vida durante esos cinco meses que no se vieron, a pesar de que hablaban casi a diario.

—¿Y qué haremos ésta noche? —preguntó YoonOh con una sonrisa y sirviéndose un poco más de lo que su madre le había preparado.

—Vendrán los Moon y los Kim. Cenaremos y supongo que DoYoung y Taeil les dirán que se vayan de fiesta —respondió su padre con tranquilidad.

—Genial. Podríamos ir al penthouse, ¿no? —preguntó dirigiéndose hacia su hermano.

—Eeeh... Sobre hoy... —tragó saliva—. Mi novio y sus hermanos organizaron una cena y me invitaron —dijo bajito esperando los regaños de sus padres, pero en cambio, los recibió de sus hermanos.

Little White Lies [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora