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Ya había pasado un mes y el tiempo pasó muy rápido para TaeYong, ya que había vuelto al trabajo, en donde lo recibieron de muy buena manera diciéndole que lo habían extrañado y que lucía muy lindo ya con su sobresaliente barriguita, que aunque no era muy grande, sus playeras que antes le quedaban justas, ahora se subían un poco, dejando ver apenas su vientre, pero sus hermanos bromeaban con que pronto se parecería a Winnie Pooh.

Su hijo o hija ya había comenzado a moverse, especialmente en las noches y aunque no era molesto y los movimientos eran casi inexistentes, y podía dormir perfectamente, le preocupaban las supersticiones que había oído, acerca de que su bebé no lo dejaría dormir cuando naciera. Y aunque el doctor le advirtió de cambios bruscos de ánimo, afortunadamente no los tuvo, a excepción de una vez que lloró porque no encontró patatas dulces en la tienda de conveniencia.

También había podido convivir con sus cuñados un par de veces y él se sentía tan cómodo con ellos, que decidió organizar una cena y un pequeño intercambio de regalos para navidad. A él le había tocado MinHo y aunque al principio no tenía ni la más mínima idea de que obsequiarle, al fin se decidió por un bonito bolígrafo, ya que leyó que era importante para doctores y enfermeros.

—El otro día pasé por una tienda de utensilios de cocina y todas esas cosas y ví una hermosa vajilla blanca con dorado. Pensé que podíamos comprarla para la cena —dijo una vez que bajaron del autobús y caminaban hacia la clínica.

—TaeYong, tenemos platos.

—Sí, pero son ordinarios —se quejó con un puchero—. Es la primera vez que festejaremos navidad en casa y quiero que sea especial... Yo la compraré, solo necesito que me ayuden a cargarla —sus hermanos asintieron—. También deberíamos comprar un árbol, ¿no? Es fundamental para la navidad.

—Ya lo tengo cubierto —dijo TaeMin con seguridad.

Una vez dentro, tomaron una pequeña taza de chocolate caliente que les ofreció la recepcionista y esperaron un par de minutos para ser llamados. Al entrar con el doctor Park, intercambiaron saludos alegres y tomaron asiento frente al escritorio.

—¿Y bien? ¿Cómo te has sentido? —TaeYong comenzó a contarle con alegría prácticamente todo lo que hizo y le pasó en ese mes y el doctor no hizo más que escucharlo con una sonrisa—. ¿Por qué no vas a la camilla para que pueda revisarte? 

TaeYong asintió, se quitó su chaqueta y conn un poco de vergüenza, bajó un el sueter que había descubierto su vientre. 

—¿Es normal que tenga este tamaño? —preguntó una vez que se recostó—. El otro día fue una chica a la cafetería y tenía el mismo tiempo que yo, pero su panza era muy grande.

—Desde un inicio tu embarazo fue pequeño, así que sí, es normal para tí —TaeYong asintió y tembló un poco cuando el frío gel fue vaciado en su vientre. ChanYeol comenzó a esparcirlo sin quitar la vista de la pantalla—. ¿Puedes notar como sus orejas ya están en su lugar? —señaló—. El feto ya puede escuchar, así que no temas hablar con el —dijo y el castaño asintió con una sonrisa pensando en que tal vez podría cantarle algo, aunque no fuera buen cantante—. ¡Oh!

—¿Oh? ¿Qué pasa? —preguntó preocupado, olvidando sus pensamientos y sus hermanos no pudieron evitar ponerse de pie.

—¿Qué sucede? —preguntó TaeMin preocupado, mientras Ten tomaba la mano de TaeYong.

—Puedo ver sus genitales... —sonrió—. ¿Quieren saber que es o quieren sorprenderse?

Los tres sonrieron ampliamente e intercambiaron miradas llenas de emoción.

—¿Qué es? —preguntó TaeYong mirando fijamente a la pantalla.

—Es un niño.

—¡JÁ! —Ten golpeó el brazo de TaeMin—. ¡Me debes mil wones!

Little White Lies [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora