c i n c o

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TaeYong se encontraba bastante estresado, ya que solo faltaban dos semanas para el gran recital de ballet y él aún no podía terminar de enseñarles la coreografía a las chicas porque seguía cambiando los pasos y las formaciones, ya que no sentía que fuese digno de presentarse. Además de eso, su rostro había comenzado a llenarse de imperfecciones y considerando que a él rara vez le salía acné, le parecía extraño y molesto. Y por último, pero no menos importante, no había tenido sexo en dos semanas y considerando su activa vida sexual, se sentía como todo un virgen de nuevo.

La última vez que tuvo sexo fue con un chico japones pelirojo, realmente atractivo, de buen cuerpo llamado Yuta. El sexo había sido bueno y TaeYong hubiera dicho que fue el mejor sexo de su vida si no hubiera conocido a YoonOh antes.

La siguiente semana, no tuvo ganas de salir porque prefirió quedarse en casa perfeccionando su coreografía. Aunque amara el sexo, también amaba su trabajo y su sueldo más que nada.

—Voy a repetirlo solo una vez más, ¿de acuerdo? —bufó y con la manga de su suéter retiró el sudor de su frente. Dio un par de vueltas a lo largo del estudio y terminó con una pequeña reverencia llena de elegancia—. Ahora ustedes —pidió con seriedad y las chicas lo imitaron a la perfección.

—¿Profesor? —preguntó Irene con un tono cuidadoso, ya que aunque fuera la más ruda de las cinco, seguía teniéndole miedo a su enojado profesor—. ¿Ese es el final de la canción? —TaeYong asintió—. Aún hay varias partes que no tienen coreografía...

—Lo sé —respondió cansado—. Les prometo que esta semana terminaré de enseñarles todo y la próxima semana solo nos dedicaremos a ensayar —sus alumnas asintieron sin dudarlo y él mientras las veía ponerse en posición de nuevo, sintió como el calor subía desde sus pies hasta sue cuello. Sintió su cuerpo sudar más de lo normal y se inclinó para tomar su toalla y secarse, pero al levantarse una arcada se hizo presente. Respiró hondo tratando de tranquilizarse, pero al sentir que no podía más, corrió hasta el cesto de basura para devolver su desayuno.

Las chicas actuaron de inmediato y se acercaron a él con pañuelos y agua. Wendy tomó las hojas con las formaciones y comenzó a moverlas de arriba a abajo para hacerle un poco de aire al mayor. Le preguntaron si se encontraba bien y él asintió, justificando su vómito con las vueltas que había dado por todo el estudio.

—¿Por qué no va a la enfermería? —Joy le pregunto ayudándolo a levantarse.

—Estoy bien —esbozó una sonrisa para tranquilizarlas y las envío de nuevo a ensayar.

La clase terminó y sin avanzar por las estúpidas náuseas que continuaron, se despidió de las chicas, prometiendoles trabajar duro el fin de semana para llevarles la coreografía terminada el lunes. Tomó su bolso y salió del estudio, encontrándose con un colega del trabajo, el cual odiaba por robarse a sus alumnos privados.

—Oye, iba pasando frente a tu estudio y te ví vomitando. ¿Te sientes bien?

—Perfectamente.

—Deberías tomarte un descanso.

—No será necesario, pero gracias —sonrió hipócritamente y luego de ser correspondido de la misma manera, siguió su camino.



Al llegar a casa, se encontró con Ten en la sala viendo uno de sus doramas favoritos. Lo saludó agitando su mano y luego de dejar su bolso en el comedor, se sentó a su lado.

—Te ves horrible —rio y TaeYong se recostó en su regazo—. ¿Cómo te fue? 

—Tan mal como me veo —suspiró con cansancio—. No se que me pasa, Ten. Nunca se me ha hecho difícil crear una coreografía y ahora no puedo ni terminarla.

Little White Lies [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora