v e i n t i d ó s

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Luego de la insistencia por parte de YoonOh y de sus padres, TaeYong decidió quedarse a cenar, ya que no quería ser grosero con los Gong al declinar la invitación, además de que Jeno estaba muy cómodo con su padre.

Mientras YoonAh y Gong Yoo preparaban la cena, enviaron a TaeYong y YoonOh a la sala para que su hijo conociera mejor a su nieto, y ellos les hicieron caso sin pensarlo dos veces, así que ahí estaban, jugando con Jeno en el suelo de la habitación y haciéndolo reír como si su vida dependiera de ello.

—¿Ves lo mismo que yo? —la voz de YoungHo preguntándole a su novio los hizo salir de su burbuja en donde solo se escuchaban las risitas de Jeno.

—Hola —saludó YoonOh con una sonrisa, pero de inmediato devolvió la vista a su hijo, quien había gateado gasta llegar a su regazo—. ¡¿Ya puedes gatear?! —preguntó con emoción y miró a TaeYong en busca de una respuesta.

—Desde hace como un mes —rió—. Te mostraré el vídeo.

—¿Es enserio, TaeYong? —Ten señaló la escena.

—¿Qué? —preguntó con genuina confusión.

—No entiendo como puedes estar tan tranquilo y encima permitirle tener a Jeno tan cerca luego de las cosas tan horribles que te dijo en casa hace unos días, que, por si no recuerdas, te dejaron llorando —su hermano llevó su mirada hacia abajo.

—¿Eso es cierto? —usó un tono de preocupación, pero ninguno lo notó por el tailandés.

—Sí, es cierto —dijo Ten—. Además llamaste "esto" a Jeno.

—Ustedes lo llaman cosa —el de hoyuelos se defendió.

—Sí, idiota —intervino su hermano—, pero es de cariño. Tú se lo dijiste en tono despectivo y no tienes derecho a llamarlo cosa porque no estuviste aquí cuando lo nombraron así —rodó los ojos—. TaeYong, Ten tiene razón al decir que debiste mandarlo al diablo.

—No usé esas palabras, pero sí, ahora que lo dices... Debiste mandarlo al diablo.

—Lo sé —suspiró con pesadez—. Creánme que lo iba a hacer, pero desde aquel día que YoonOh fue a casa, Jeno quiso ser cargado por él y ustedes saben que no es así con cualquier extraño. Yo solo hice las cosas pensando en Jeno.

—Entiendo eso —dijo YoungHo—, pero deberías de odiarlo aunque sea tantito.

TaeYong rió y negó.

—Yo también enloquecí cuando supe que sería padre y no me puedo imaginar como se sintió él al saber que tenía un hijo de diez meses con un chico con quien no tiene ninguna relación porque él ya tiene su vida al otro lado del mundo.

Tanto Ten como YoungHo asintieron, aunque ellos sí podían y querían seguir odiando al castaño de hoyuelos. No frente a Jeno, claro.

—Amor, muéstrale a TaeYong lo que compramos para la cosa —dijo haciendo enfásis para molestar a YoonOh.

Su novio asintió y sacó un lindo traje de Cupido, provocando que TaeYong se derritiera de ternura.

—Esto es perfecto —acarició las alitas con cuidado—. Mira, mi amor —puso la ropita frente a Jeno, quien la tomó entre sus manos y la apretó con fuerza, mientras babeaba sobre la mano de YoonOh.

—¿Qué es eso? —preguntó el castaño sin darle importancia al fluido sobre su mano.

—Ropa —respondió su hermano con obviedad.

—Ya lo sé, tonto. ¿Para qué es?

—¡La cena está lista! —gritó dulcemente YoonAh desde el comedor y Ten y YoungHo casi corrieron solo para no responderle al de hoyuelos.

Little White Lies [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora