Capítulo 7: Juntos

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A los pies de las montañas, por caminos que se habrían paso a través de los campos silvestres, donde el silencio del paisaje era roto por el canto de pájaros, se podía distinguir unas voces varoniles que mantenían una conversación amena. "Entonces tu comida favorita son las batatas dulces, ¿qué tipo de comida es esa, Kyojuro?", mantenían diferentes tipos de temas de conversación, algunos triviales y otros no tanto. En ocasiones sus miradas se encontraban, provocando algún sonrojo en los aludidos, en otras sus manos rosaban sintiendo la calidez y la suavidad el cuerpo de su acompañante, el kitsune estaba encantado, él y Kyojuro solos, sin interrupciones, todo lo que había estado pidiendo con tanto ímpetu, que los ojos del rubio se posaran en su persona y en nadie más. Escucharlo reír a carcajadas por una que otra anécdota recordada por el cazador era música celestial a para sus oídos. Ambos se hacían preguntas sobre gustos, preferencias y tareas rutinarias, estaban memorizando toda la información entregada que les fuera útil para conocer más de su compañero. Por su parte, el peli -rosa regalaba traviesas miradas, conocía sus atributos y sacaba el mejor provecho de ellos, tales como, al tener la mirada del rubio en su rostro entrecerraba sus ojos y pestañaba más lento, causar que las mejillas del rubio se tornaran rosas era una victoria. Cuando partieron su viaje Akaza se limitaba sus acciones para no espantar al cazador, sin embargo, terminando la tarde, las miradas hambrientas que posaba descaradamente en los labios de Kyojuro terminaban por poner los pelos de punta al cazador. Kyojuro, siendo muy inexperto en relaciones románticas se sentía más nervioso, no sabía muy bien cómo responder o acercarse al peli -rosa, sin ser grosero o atrevido, no quería arruinar la burbuja de felicidad en la que se encontraban.

El cazador giro su mirada en dirección al kitsune "Además de buen peleador en artes marciales también posees una buena calidad en tu magia, realmente eres asombroso"

El alago de su sol hizo que su pecho se sintiera cálido y dichoso, una sonrisa suave y amable se posó en Akaza. A los ojos del cazador este gesto tan simple provocó casi que tropezara en su andar debido a la debilidad que sintió en sus piernas o quizás porque se había perdido en la mirada del contrario.

"Kyojuro, ¿alguna vez intentaste usar magia?"

El nombrado sonrió algo avergonzado "no sé si cuente, sólo se hacer un hechizo"

"Kyojuro, eso es increíble, a tu edad aún no sabía ninguno"

En ese momento ambos quisieron hablar, pero el kitsune le hizo un gesto a Kyojuro para que prosiguiera, se arrepintió al segundo siguiente.

"¿Qué edad tienes?"

Sólo con esa pregunta el cazador dejó a un kitsune pensativo, como le diría que tiene unos 200 años más que él sin provocar que el cazador no se espante o lo catalogue como un longevo. Estaba concentrado en formar una respuesta cuando escuchó al rubio.

"Esto debe ser una broma" mientras apresuraba el paso acercándose a una casa en lamentables condiciones.

Tengen les indicó que al seguir por ese camino encontrarían una casa perteneciente a los cazadores, sin embargo, lo que quedaba de casa estaba en estado deplorable. Una rama bastante grande de un árbol había caído en el tejado, dejando que el pequeño inmueble que servía de resguardo a los cazadores quedara prácticamente inservible, nieve, agua, tierra y animales habían entrado en el albergue.

Kyojuro se acerca a la construcción dañada y comienza a examinar "Está anocheciendo, no podemos llegar al próximo pueblo, debemos arreglar algo para evitar el frío de la montaña por la noche".

Akaza ayuda con la inspección y abre una vieja puerta "Kyojuro, hay un pequeño cobertizo que no está dañado, solo algo desgastado".

Al llegar y examinar el lugar el cazador observa que es una pequeña bodega, con algunos instrumentos metálicos y herramientas, leña acumulada en una de sus paredes, con un diminuto espacio libre en el centro, pero suficiente para que ambos descansaran "Prepararé una pequeña fogata, comeremos lo que queda de la comida que envió Senjuro, nos ayudará". A lo que el kitsune asiente. "Revisaré que puedo sacar de la casa, no te preocupes, tendré cuidado, puedo ver en la oscuridad".

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