Capítulo 18: Familia

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Atónito, anonadado, sorprendido y cualquier otro calificativo para describir las emociones del kitsune en ese momento quedaban cortas, aquello que se encontraba estático frente a él con semblante feroz, un imponente cuerpo que salía del magma como si fuese la más dulce de las cobijas, habló como cualquier ser viviente con raciocinio y no como lo que aparentaba, una bestia brutal que causaba e infundía terror, además lo inverosímil fue el mensaje, es decir, una bestia estaba hablando de respeto y la ¿cortesía?, esto no era lo que había imaginado. "¡¿Qué mierda dijiste?!" bramó el kitsune.

El dragón abrió los ojos en señal de total sorpresa "¡¡Por Ígneo!!, no puedo negar que es su hijo, su mal gusto es idéntico".

Los murmullos entre los sujetos con máscara no se hicieron esperar.

Akaza estaba aún más confundido, no sabía de qué demonios estaba hablando ese dragón, pero no por eso quitaba su cara de disgusto, aquellas insinuaciones tal vez habían sido una ofensa en su contra. El kitsune estaba en una batalla de miradas con aquella gigantesca bestia hasta que sintió que se aproximaban en su dirección, cuando buscó a los responsables ellos ya estaban prácticamente a su lado agachándose para estar a la altura de los que se encontraban sentados en el piso de roca.

Akaza inmediatamente tensó sus músculos, no le arrebatarían al rubio sin dar pelea, sin embargo, observó que uno de ellos tomó entre sus manos el rostro del cazador que aún continuaba inconsciente, aquellas manos eran de una mujer, eso era inconfundible, y aunque por un segundo el zorro sintió que lo inundaron los celos, cambio de parecer cuando la enmascarada dejó una de las manos en la frente del rubio y con la otra sujeto su mano, eso era algo demasiado familiar, es como si quisiera cuidar al cazador que yacía encerrado en sus brazos, pero, la tensión aumento súbitamente cuando el otro sujeto, que se notaba que era alguien masculino, quiso quitarle las manos al kitsune del cuerpo del rubio. El forcejeo siguió hasta que la mujer levanto la mirada "cariño, por favor, no importunes al muchacho" habló con tranquilidad la fémina, su voz era suave, pero demandante y provocó el cese inmediato del forcejeo por parte de ambos, era como si su voz transmitiera demasiada autoridad a pesar de su suavidad.

Akaza sabía que debajo de esa máscara había un hombre que lo odiaba, podía sentir su mirada clavando cuchillos imaginarios en todo su ser, más ahora con el regaño de la que debería tratarse de alguna diosa según la imaginación del kitsune. "Señora, ¿cómo se encuentra Kyojuro?" preguntó suavemente el peli-rosa.

La mujer acarició el pelo del rubio "Sus heridas se encuentran tratadas, está sanando sin problemas. La maldición se extendió por todo su cuerpo y está marcado con un enlace de sangre, supongo que lo último está elaborado por ti".

"¡¿Esta cosa se atrevió a marcar a Kyojuro?!" Habló con tono claramente iracundo el enmascarado.

"Al menos ya sabes lo que siento al verte, el karma está de mi parte... Creo que el chico kitsune me agrada" habló con ironía el dragón.

En ese momento un silencio invadió la sala, la mujer claramente se volteó para mirar al dragón y luego al enmascarado, era una reprimenda en silencio para ambos.

"Está bien, no voy a dejar que mi descendiente camine por ahí como un mortal llevando marcas de maldición, eso es vergonzoso" y sin más el dragón soltó su aliento de fuego sobre los que se encontraban sentados y alrededor del cazador. Akaza primeramente pensó lo peor, que el maldito dragón los rostizaría vivos sin importar que, pero pudo ver con sus ojos que al igual que el conjuro usado por el cazador con las cadenas, las llamas no estaban quemando el cuerpo de ninguno de los que se encontraban ahí, del cazador sí se desprendían flamas, pero estas estaban despareciendo las marcas de la maldición de su cuerpo.

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