Capítulo 13: Vínculo

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Se encontraba sentado en la cama de aquel dormitorio alquilado en el navío, su ceño estaba fruncido mientras bebía el brebaje que lo mantenía sin mareos durante el viaje, la amarga medicina se desplazaba por su garganta moviendo la manzana de Adán, su malestar se debía a la falta de su compañero, el cual se encontraba en una reunión particular de cazadores. La reunión sin la presencia de los ayudantes de la misión, es decir, Keizo, Tanjiro y él quedaron fuera, mientras que su amado rubio se encontraba con el capitán del barco y un par de cazadores que llegaron a la hora del almuerzo. Los cazadores que se presentaron fueron una hermosa chica curvilínea, de cabello rosa y ojos verdes con un apetito que competía con su rubio, la cazadora se presentó como Kanroji Mitsuri y mantenía una conversación de mucha confianza e íntima con su amado, y el segundo individuo era un hombre de test pálida, ojos de un color azul profundo y cabello negro amarrado en una cola, su nombre es Tomioka Giyu el cual no habló mucho mientras duraba el encuentro en el restaurant del Wisteria.

Mientras Akaza farfullaba por su mala suerte llamaron a la puerta de su habitación. Sintió la presencia no humana que estaba al otro lado, la misma que los había acomodado en la mesa del almuerzo, al abrir la puerta efectivamente se encontraba el yokai comerciante que se presentó como Hairo, sus ojos oscuros mostraron sorpresa al ver al kitsune en su forma masculina, sin embargo, mantuvo la compostura seria en todo momento "Eres el compañero de Rengoku... sólo serán cinco minutos". Akaza abrió la puerta y le permitió el paso al dormitorio que compartía con el rubio, cerró la puerta y se apoyó en ella, mientras seguía con la mirada al yokai de ojos negros como la noche.

Hairo entró en la habitación matrimonial, solo dio un par de pasos antes de voltear y mirar al kitsune a los ojos "Solo he venido a advertirte".

El ceño del peli-rosa se frunció con agravio "¿Es una amenaza?"

Hairo levantó las manos para tranquilizar al explosivo kitsune "No lo es, de hecho, es información que deberías considerar si realmente sientes aprecio por Rengoku".

Con el rostro confundido el peli-rosa se incorporó de su posición y miró fijamente al yokai "habla claro yokai".

El comerciante dio un profundo suspiro levantó la mirada directo a los ojos ambar del kitsune "Rengoku no puede ingresar al Volcán del Dragón Rojo".

El kitsune se mostró enojado, sabe que la misión es prácticamente dirigirse a ese lugar y buscar a los desaparecidos en ese territorio, porque existen muchas probabilidades de que sea la base central de del mayor yokai oscuro conocido "Nosotros podemos enfrentar y derrotar a Muzan, somos los suficientemente fuertes".

El mayor levantó una de sus cejas y luego negó con la cabeza "Estás equivocado, yo no vengo a advertirte de esa alimaña, conozco de cerca las habilidades de un Rengoku y de los cazadores de los yokais oscuros". Avanzó con pasos lentos para dirigirse a la salida de la habitación, se detuvo cuando estuvo casi hombro con hombro con el kitsune "Solo recuerda mis palabras, no debes llevar a Rengoku, si él ingresa en ese volcán no regresará", Hairo miró de reojo al kitzune "No hiciste nada frente a tres ineptos y tienes la osadía de pensar en que puedes regresar con él a salvo sin saber con lo que te encontrarás". Hairo siguió y llegó a la puerta, al tomar la perilla se detuvo nuevamente "Conocí a sus padres, sé que él no se detendrá, pero si tienes dudas pueden beber el vino del templo a los pies del volcán."

Akaza empuñó sus manos, ¿qué dijo ese estúpido viejo? Cuando se giró violentamente con dirección a la puerta, el yokai ya se había esfumado a través de ella. Enojado tomo la perilla para seguir al viejo comerciante, sin embargo, algunas de las palabras resonaban en su cabeza "No hiciste nada frente a los tres ineptos", aquellas palabras tenían razón y la duda con la inseguridad se apoderaron de él. Había fallado, no protegió a Kyojuro, el maldito viejo le advirtió de algo más allá, no debía brindar otra oportunidad como esa, debía pensar en algo para asegurar la supervivencia y el regreso de su sol. Regresó a sentarse en el borde de la cama tenía mucho en que pensar mientras su rubio se encontraba en aquella reunión con sus colegas.

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