10. Oliver

106 11 3
                                    

Esta vez ella no despertó en esa habitación de hospital, esta vez estaba en la habitación que la esperaba dentro del enorme castillo negro.

-¡GERARD!

-Estoy aquí contigo _____

-¿Qué pasó esta vez?

-Te suicidaste... no puedo hacer nada contra ello... ya no puedo devolverte allá, tomaste tu decisión...

-¿Y Ray...?

-...

-¿Gerard?

-Ya no tiene porqué importarte, ya no perteneces a ese plano...

Ella sentía un gran hoyo en su corazón, sabía que no obtendría más respuestas, o al menos eso creía.

-Aunque...

-...

-¿Sabes lo que le pasa a las personas que se suicidan?

-Tengo miedo de responder...

De repente, los ojos de Gerard se pusieron en color rojo y se quedó mirando el espacio vacío que tenía el piso de la habitación, de ahí comenzaron a brotar un montón de ramas con espinas, ella sabía de sobra que esa cosa lastimaba de sobremanera, y cuando creyó que él la metería ahí, las ramas se convirtieron en una delicada cuna de bebé. Se escucharon débiles quejidos.

-Acércate...

-Pero...

-Hazlo - Ordenó tajante el ángel

Cuando ella se asomó, sus ojos captaron una pequeña bebé.

-¿Queen? - Era el nombre que Ray había escogido para su hija, de ser niño se habría llamado Axel.

Al escuchar la voz de _____ la bebé sonrió y pidió ser cargada, después de todo, ella era su madre. La tomó entre sus brazos.

-Te presento a tu hija...

-¿Qué hace aquí? - Dijo ella en un sollozo y la abrazó con fuerza - Lo siento tanto, pequeña bebé, pero ahora podemos estar juntas...

-No, no es así - Gerard chasqueó los dedos y la bebé desapareció junto con la cuna.

-¿A dónde se fue?

-Al paraíso... donde corresponde.

-¿Por qué me haces esto?

-Debes ser castigada...

-¿Pero por qué con ella?

_____ echó a llorar amargamente, cayó al piso y abrazó sus rodillas, sus sollozos cada vez se hacían más fuertes, gritaba de dolor. El ángel no pudo más con la escena, y se fue directo al piso con ella, abrazándola, acunándola con ayuda de sus enormes alas.

-Dijiste que aquí no había dolor...

-Lo sé... pero el simple hecho de no tenerte a mi me duele como un millón de apuñaladas por segundo, y también el saber que no puedo encontrar una vida para ti en la que puedas ser feliz...

-¿Gerard?

-Aguanta ¿Sí? - una lágrima negra cayó de los ojos de Gerard que se depositó en la mejilla de _____ - Solo faltan dos...

-¿Dos qué...?

Entonces la besó, tan fuerte y tan profundo que su destrozada alma se reparó, estaba como nueva, pero a su costado se encendió un enorme aro de luz que la absorbió.

-Por favor no... ¡GERARD!

-Te esperaré aquí...

Ella entró en una especie de vórtice, que mas bien parecía un tubo de arcoíris, poco a poco sus memorias se perdían a medida que avanzaba.

My Black Parade (Gerard Way y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora