𝟬𝟭𝟲

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─ No sé que está sucediendo aquí, pero me opongo totalmente. ─ el escriba se mantenía en la puerta, observando cuatro individuos que amenazaban con invadir su casa para quien sabe que.

─ Se llama pijamada, Al Haitham. Solo es una noche. ─ hacía intentos de convencerlo, pero el hombre se mantenía firme ante su decisión. Al ver que la bailarina estaba entre ellos, cerró la puerta, casi tirándola.

Los cuatro se miraron entre sí, era predecible la situación.

─ Creo que dormiremos en la calle. ─ espetó el general Mahamatra, rascándose el cuello. No podía haberse puesto una pijama a juego con la de Tighnari por nada.

─ Ahem, dejenmelo a mí. Sé cómo lidiar con ese Gargamel. ─ Kaveh hizo un pequeño ademán con su mano, mostrando despreocupación.

Levantó a Mehrak, ese portafolio que llevaba todas partes. El mismo comenzó a levitar por su cuenta, dando un par de vueltitas en el aire, antes de comenzar golpearse contra la puerta una y otra vez, generando un ruido más allá de lo escandaloso.

─ ¿Estás seguro de que va a funcionar? ─ preguntó la pelirroja, tanto Cyno como Tighnari miraban, con mucha duda.

─ Sus auriculares se hicieron mierda, no va a soportar más de cinco minutos. ─ una sonrisa victoriosa se dibujó en el rostro del arquitecto, esperando pacientemente a que el escriba perdiese la paciencia.

Exactamente al minuto cinco, la puerta se abrió, dejando ver al hombre de cabellos grises con un ligero tic en el ojo. Por su mirada se podía deducir que definitivamente, no aguantaba un segundo más.

─ ... Entren.

...

Los cuatro individuos se divertían, intercambiando anécdotas y quejas de sus vidas diarias, mientras Haitham se mantenía alejado del grupo, haciendo papeleo en su escritorio. Su vista de vez en cuando se clavaba en la fémina, ella no le molestaba precisamente, pero por alguna razón, experimentaba una sensación de 'inseguridad' alrededor de ella, no sabía como sobrellevar eso.

Ella se veía realmente divertida para las conversaciones, y la charla nunca acababa, pero cuando él estaba solo con Kaveh, el intercambio de palabras siquiera daba comienzo la mayoría de veces, le generaba un poco de.. 'celos' y no cualquier tipo, este era una mezcla de lo personal y lo territorial, dividido en partes equitativas, pero por supuesto, él no identificaba que todo era celos, celos y envidia.

─ Entonces, ese cliente me dijo que no tenía ningún talento para la arquitectura y que debería de buscar otro trabajo. Luego me sugirió un burdel.. porque supuestamente
soy bonito para ello. ─ el rubio contaba una anécdota que en su momento le enojó muchísimo, pero que ahora le parecía más
que gracioso.

─ Me recuerda a cuando un erudito me preguntó si hacía bailes.. exóticos. ─ Nilou contaba su experiencia. Muchos eruditos la confundían con una prostituta por el mero hecho de ser pelirroja y bailar, la gente que se deja llevar por los estereotipos eran su némesis.

─ Debe de ser horrible tener que trabajar con gente tan rara.. ─ la opinión de Tighnari sobre sus experiencias era un tanto basada en sí mismo, pues como alguien que de vez en cuando ejercía cargo de "médico" en Gandharva, a veces se topaba con la gente más extraña. ─ Un tipo me preguntó si tenía interés en recibir su ayuda en mi época de celo. ─ aquello definitivamente era algo incómodo de contar.

Bᥲᥴk h᥆ᥣᥱ ᥲᥒd h᥆r꧑᥆ᥒᥱ᥉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora