𝟬𝟮

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¡Chishan! tres tragos más a esta mesa por favor. ─ fue la petición del rubio de rubíes, mientras tiraba los dados en aquella mesa amplia de la taberna, la cual compartía con el líder de la Matra y el guarda forestal.

No creo poder pasar una gota más. ─ protestó Tighnari, al ver otro trago en frente suyo. Sus orejas estaban gachas, aunque fuera el menos ebrio de esa mesa, prefería ahorrarle problemas a Collei.

Perfecto, más para mí. ─ fueron las palabras de Cyno, antes de agarrar el trago de Tighnari y pasarlo de un sorbo. Justo con el ardor en su garganta, tiró sus últimas cartas, consiguiendo la victoria en aquel juego. El trago de la suerte al parecer. ─ en su rostro se vió una leve sonrisa célebre, tomando el mora que tanto Tighnari como Kaveh apostaron. Kaveh se quedó sin moras, mientras Tighnari se arrepientía de caer en trivialidades tan absurdas como lo era apostar.

─ ¡En esto se fue el pago de mi renta! ─ esa fue la primera queja del arquitecto, comenzando a imaginar cientos de escenarios imposibles de como el escriba lo echaba a patadas por no pagar la renta. Con ello también se había ido la oportunidad de comprar un atuendo para el espectáculo del Gran Bazar de la noche siguiente.

Tranquilo Kaveh, si a este punto Al Haitham no te ha echado de su casa, dudo que lo haga ahora. ─ las palabras de Tighnari hicieron que el arquitecto refunfuñara.

El Matra y el guarda forestal se miraron entre sí, sabiendo que posiblemente venía una bomba de quejas por parte de Kaveh, siempre era así cada vez que se mencionaba el nombre del escriba, o bueno, la mayoría del tiempo.

A ver, sabemos que te hizo enojar de nuevo, suelta la sopa. ─ cuando se trataba de Al Haitham, el chisme era siempre bienvenido para Cyno, quien estaba listo para escuchar atentamente al arquitecto.

Me dijo que nos acompañaría en nuestro fin de semana libre, y mira, siquiera se ha presentado a la taberna. ─  esa era la principal queja de Kaveh, siempre que quería pasar tiempo con el escriba, el mismo cancelaba a último momento o simplemente no se aparecía hasta uno o dos días más tarde.

El hombre de ojos rubí agarró el trago que estaba en frente suyo, llevándolo todo para adentro. Se veía molesto, aunque era algo bastante natural cuando se trataba de Kaveh y Haitham. Sus dos acompañantes pudieron notar que quería decir algo más por el constante "tap" que hacía su dedo en la mesa, junto a sus características expresiones y lenguaje corporal al hablar.

Toda la sopa, con pollo, vegetales
y especias. ─ las palabras de Cyno y la atención de Tighnari lo motivaron a compartir sus experiencias con el escriba, explicando su más reciente situación, que lo había dejado pensando.

Bien.. ayer, estaba dando mi humilde opinión sobre un nuevo cuadro en la pared. Cuando derrepente me acaricia la espalda con un dedo y se va a la mierda. Te puedo jurar por la sagrada Arconte Dendro que lo ví rojo, con mis propios ojos. ─ se explicó Kaveh, tratando de sonar lo más verídico posible, sus manos se movían de forma constante y se explicaba usando los dedos, como parte de su característico lenguaje corporal. Sus rubíes nuevamente vagaban por ahí y no se mantenían en un lugar fijo al hablar, lo hacía ver caricaturesco.

Cyno y Tighnari hicieron un ligero contacto visual, antes de volver a mirar a Kaveh y risas escaparan de ambos, dejando confundido al arquitecto. Con los segundos, las risas de ambos comenzaron a ser más prominentes y notorias.

Creo que te pasaste de tragos o te comiste un hongo. ─ Tighnari cubría su cara al reírse, ahora Kaveh lo captó, ninguno de los dos le creía ni palabra.

El arquitecto simplemente rodó los ojos antes de mantenerse en silencio, ligeramente apenado.

...

Por otro lado, Al Haitham se mantenía en su habitación, leyendo unos escritos sobre unos asuntos de la Akademiya, incluso en su día libre. Trataba de mantener su mente concentrada en el papeleo, pero siquiera eso podía alejar los nuevos pensamientos que llegaban a esta sin previo aviso, la imagen del rostro algo sorprendido de Kaveh y su reacción corporal ante un simple roce se repetían una y otra vez, haciéndolo sentir ligeramente angustiado, con maripositas en su estómago que quería ahogar en agua. Se sentía muy fuera de sí, no le agradaban las cosas fuera de rutina y tampoco las sensaciones desconocidas.

Bᥲᥴk h᥆ᥣᥱ ᥲᥒd h᥆r꧑᥆ᥒᥱ᥉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora