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Misel frunció los labios cuando Yulián entró y se sentó frente a él, tres hombres se quedaron cerca mientras él intentaba averiguar que pasaba, no tuvo otra alternativa que llamarlo, Yulián podría encontrarlo.

—¿Qué pasó?

—Damon desapareció, vino a ayudarme y terminó en la misma situación que Mikel.

—Dejaron esto atrás —dijo uno de los hombres colocando la pistola y el teléfono sobre la mesilla, Yulián lo encendió dejando ver el fondo de pantalla, era una foto suya y de Mikel, el día que terminaron durmiendo abrazados.

—¿Ves eso? No es sólo tu hijo en el fondo de pantalla.

—¿Es eso importante ahora? —preguntó sin entender sus palabras, Yulián suspiró.

—Secuestraron al cachorro y también a Damon, teniendo eso en cuenta digamos que el objetivo es Damon.

—¿Y quién quiere hacerle daño a Damon? —Yulián arqueó una ceja.

—En nuestro sector de trabajo serían muchos, sin embargo, no creo que sean ellos, nadie me ha llamado pidiendo nada a cambio, aunque podrían pedir dinero por ambos.

Yulián miró a uno de sus guardaespaldas.

—¿Quién estuvo más cerca de Damon últimamente? —uno de los hombres se acercó.

—Yo, Damon estuvo peleando mucho con un Alfa pelirrojo, pero no sé si tiene algo que ver con este problema.

Misel arqueó una ceja.

—Hace un mes no veo a Damon.

—No creo que seas el único pelirrojo en la ciudad —dijo Yulián mirándolo, Misel se cubrió el rostro con las manos, no podía creerlo, sabía que ese imbécil le traería problemas.

—Maldición.

—¿Ya sabes quién es?

—Sí, le hizo daño a Damon al enterarse de que iba a dejarlo, no sé qué hizo Damon, pero tenía sangre en la ropa cuando vino de verlo.

—¿Es ese tal Itzel? —Misel lo miró.

—Sí, eso creo.

—¿Qué le hizo?

—No creo que deba contarte eso, Damon no quería que lo supieras —Yulián encajó los dedos en el brazo de su asiento, sus ojos estaban completamente dorados.

—Carajo, le dije que lo matara si era lo que quería —replicó, él miró hacia el otro hombre—. Averigüen donde podría estar ese imbécil y tú dime todo lo que sepas sobre el incidente —gruñó fulminándolo con la mirada.

—Yulián…

—¿En serio es importante ahora mantener a salvo su secreto? —Misel tragó, era cierto, pero decir algo que Damon le había rogado no dijera se sentía como una traición.

—Le hizo daño, sólo te diré eso.

Yulián se frotó la frente como si doliese, la información era demasiada para él.

—Así que no estuve equivocado, algo había pasado —Misel abrió los ojos cuando Yulián de pronto cambió su actitud, se veía muy enojado con la situación—. Bueno, espero que ese imbécil sepa donde se metió porque no va a salir esta vez, Damon le dio la última oportunidad. 

—Yulián, al parecer no han visto al Alfa en su casa hace días —dijo uno de los guardias, Yulián lo miró.

—¿Algún otro lugar donde podría estar?

—No que figure en algún documento.

—¿Por qué se llevaría al cachorro si el problema es con Damon? —Yulián se encogió de hombros.

II (Sin) Un cachorro para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora