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Misel miró hacia la puerta cuando los toques lo desconcentraron de su miseria, no importa que estuviese en la cama, no importa cuánto tiempo pasó, no pudo dormir ni siquiera un segundo.

Estaba muriendo de preocupación y nadie lo había llamado.

Se puso de pie y abrió la puerta, Yulián estaba ahí esperando por él.

—Ya sabemos dónde están, ¿irás con nosotros?

—Sí —dijo agarrando su chaqueta y bajando con él—. ¿Cómo supieron?

—Al parecer tu cachorro estuvo haciendo mucho ruido —mencionó, Misel gruñó, esperaba que su cachorro estuviese bien si ese era el caso.

—Maldición.

Luego de una media hora de camino llegaron a algún lugar en medio de la nada, los hombres de Yulián se desplegaron y él entró sosteniendo una pistola, Misel caminó a su lado.

Dos Alfas fueron reducidos y luego los otros dos que corrieron hacia ellos, Misel abrió los ojos viendo a su cachorro, Mikel alzó los brazos y lloró en su dirección, era un completo desastre.

Tenía sangre en la boca, raspones y su ropa estaba manchada de sangre, Misel lo revisó rápidamente sin encontrar nada más que los raspones, la sangre no era suya.

—¿Dónde está Damon? —preguntó Yulián apuntándole a uno de los secuestradores, el negó efusivamente.

Misel se quitó la chaqueta y envolvió a su cachorro con ella antes de cargarlo.

—Mikel, esconde la cabeza en mi cuello, cierra los ojos hasta que papá te diga, ¿entendido?

—Sí —murmuró Mikel haciendo exactamente eso, Misel lo cubrió lo mejor que pudo con la chaqueta.

Se paralizó al escuchar un disparo, Yulián corrió hacia donde lo escuchó, no a tiempo, se escucharon otros dos disparos seguidos del primero.

Yulián abrió la trampilla que fue descubierta gracias a los disparos y bajó las escaleras, Misel pudo ver desde arriba un poco de la escena sangrienta. 

—Misel, saca a Damon de aquí —ordenó Yulián.

Misel le dijo a uno de los guardias que cargara a Mikel, él no hizo berrinche alguno y se abrazó al hombre sin abrir los ojos luego de sus indicaciones.

Bajó rápidamente viendo a Damon en el suelo, parecía tener lo peor mientras Itzel sólo tenía una herida en el abdomen, aún seguía consciente, pero en el suelo tratando de recuperarse.

Yulián tenía un pie sobre la herida haciendo presión sólo para que le doliera más, estaba apuntándole mientras veía a Damon con preocupación.

Misel se agachó, Damon tenía sangre en la cabeza, y dos heridas de bala, una en el abdomen y la otra en el hombro.

—Dime que no está muerto —Misel se quitó la camisa y presionó la herida más grave.

—Sigue vivo —murmuró colocando la mano de Damon a presionar la herida, moverlo no era lo adecuado, pero no había tiempo, Misel deslizó un brazo por debajo de sus rodillas y otro por su espalda, miró a Yulián antes de levantarlo—. Me adelantaré.

—Te veo en el hospital —gruñó presionando la herida de Itzel haciéndolo gritar.

Misel subió las escaleras y miró al Alfa que sostenía a su cachorro, esperaba que Mikel se hubiese dormido una vez vio que estaba a salvo porque no quería que viese a Damon de esta forma.

Misel suspiró cuando los paramédicos que habían acabado de llegar alcanzaban una camilla, él lo colocó y enseguida comenzaron a hacer lo suyo.

Tomó a su cachorro que efectivamente parecía estar dormido y corrió tras los paramédicos, subió a la ambulancia y mordió su labio inferior.

II (Sin) Un cachorro para amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora