Doble Filo [PERAYA]

Capítulo 18

KRIST POV

Toc, toc, toc.

—¿Art? —Murmuro a través de la puerta—. ¿Vas a conducir a la escuela, o debo patinar?

Hay silencio al otro lado.

Estoy a punto de darme la vuelta y marcharme, pero entonces oigo: — Pasa.

Abriendo la puerta de la habitación de mi hermano, entro y lo ubico inmediatamente. Está sentado en su cama, mirando a la nada. Mi ceja se levanta con curiosidad. Quizá esté cansado...

—¿Vas a la escuela? —Vuelvo a preguntar, impacientándome un poco—. Tenemos que irnos ya si queremos llegar a tiempo.

Arthit se queda mirando al espacio, hasta que finalmente consigue asentir.

Mi frente se arruga mientras lo observo.

—¿Estás bien?

Eso parece sacarlo de sus casillas. Parpadea con fuerza y luego levanta la cara para mirarme. Vuelve a parpadear lentamente, mirándome fijamente durante tres segundos antes de ponerse de pie y murmurar:

—Vamos.

Ojalá pudiera decir que está actuando de forma extraña, pero siempre es bastante raro. A pesar de lo conectados que estamos, a veces no tengo ni idea de lo que pasa por su cabeza. Lo cual es inquietante, ya que él siempre sabe lo que pasa en la mía.

Toma su mochila del suelo y pasa junto a mí, saliendo de su habitación. Giro para seguirle y mis ojos se posan en algo que hay junto a su cómoda.

—¿Por qué tienes mis Vans? —Grito, corriendo tras él—. ¡Los he estado buscando!

Por supuesto, no me responde. Bajamos las escaleras y recojo mi Tablet cuando salimos por la puerta, siguiéndole hasta el garaje donde nos subimos al auto. Arthit arranca el motor y ambos nos abrochamos los cinturones.

—¿Por qué aparcas últimamente en el garaje? —le pregunto.

—Esta mañana estás lleno de preguntas, ¿Eh? —refunfuña mientras sale del garaje. Sus ojos se dirigen a los míos y me muevo en el asiento del copiloto.

—Sólo me preguntaba... —Mi mirada se dirige a la ventanilla mientras nos conduce por el camino de entrada y hacia la escuela.

Deja escapar una respiración audible y luego dice: —Yo tengo una. ¿De qué hablabas con Cherry el otro día?

Mi cara salta en su dirección. Incluso con sus ojos en la carretera, me parece que me está mirando. Me tomo un momento para admirar la vista de sus largos dedos alrededor del volante, y me trago mis incertidumbres.

—Él... me preguntaba si quería salir esta noche —le digo.

—¿A solas? —Arthit jadea, el tono se aleja de lo casual mientras me mira en su periferia.

—No. En grupo —Me muevo nerviosamente, con los dedos retorciéndose en mi regazo—. Sus amigos creen que debería... salir de mi caparazón. Divertirme un poco...

Me encantaría no mirarlo en este momento, pero no puedo evitarlo. Mis ojos se deslizan hasta su cara y veo cómo se le tensa la mandíbula. Siento que se enfurece.

—¿Vas a ir? —Su voz es tranquilamente peligrosa, alarmante en su suavidad. Apoyo la cabeza en el asiento.

—Yo... no lo sé. Tienen razón. Quiero decir, ¿no debería divertirme un poco? Es el último año... tú sales todo el tiempo.

Veo que se mueve en su asiento y eso estimula mi confusión. Está incómodo y no sé por qué.

—Eres mejor que el resto de nosotros, Kit —murmura—. Ciertamente mejor que Cherry y su banda de hombres alegres.