Lamento

1.9K 197 16
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Lamento.



Había que atacar todos los puntos estratégicos de Daemon en un solo golpe, para ello se dividieron. Jacacerys iría al frente con Vermax, cerca de Rocadragón para provocarlo y que tuviera la atención con él al casi ofrecerse como carnada. Aegon volaría cerca del bosque que rodaba Desembarco, junto con una avanzada de lobos que pretenderían ser la prueba de que el ejército Stark llegaba, cuando en realidad iban a atacar por la parte suroeste de la ciudad, colándose cual sombras para emboscar a las Capas Doradas que mantenían sitiado el lugar fieles al Príncipe Usurpador, liberando la Fortaleza Roja desde donde Tyland Lannister defendía el trono del joven Alfa esperando su retorno.

Si Lucerys atacaba como lo había prometido, Daemon no tendría más remedio que huir a un punto lejano donde ya no dominaría la bahía, liberando a la gente de aquel asedio y casi ganando la guerra al hacerlo huir con la poca gente que ya le quedaría. Cregan no estaba muy de acuerdo pues el rey era quien iba a exponerse más con la persecución enemiga, pero Jacaerys se lo ordenó, no queriendo arriesgarlo.

—Es mi deber como rey, además, demasiada sangre se ha derramado ya por mi culpa.

Aegon quiso corregirlo, pero era perder tiempo que no tenían, las horas corrían y entre más esperaran, Daemon ganaría terreno perdido. Con un beso a su Alfa, se despidió de él, arreglando su capa, limpiando ese lobo en su collar.

—Te veré en la fortaleza.

—Cuenta con eso, mi Omega.

El nuevo día los encontró marchando a toda prisa o volando sobre un bosque conocido. Vermax no estaba lejos de Sunfyre, tomando el mismo camino antes de separarse. Aegon cruzó una mirada con Jacaerys, quien asintió con una sonrisa, alzando una mano a forma de despedida, girando para perderse en el horizonte mientras él se dirigía a un lugar que creyó jamás volver a ver. Habían pasado años desde que saliera con Aemond entre sus brazos, repudiados y olvidados. Fue una sensación curiosa que dejó para luego, pues debía llamar la atención de la gente cuidando el bosque y de las Capas Doradas quienes seguro lo verían desde lejos como los banderines de cebo que la pequeña avanzada desplegaría.

Flechas largas lanzadas por ballestas contra dragones lo recibieron, evadiéndolas al alzar el vuelo lo más alto posible. El fuego sería la señal para Cregan de que podía colarse hacia Desembarco, distrayendo a la gente de Daemon quienes al verse rodeados enviarían un cuervo a Rocadragón, lo que haría que el príncipe saliera y se topara con Jacaerys, quien era el único que sabía que Lucerys haría su entrada triunfal una vez que Daemon se alejara. Aegon tocó los muros exteriores de Desembarco, quemando algunas capas doradas antes de que lanzaran sus flechas, haciendo descender a su dragón sobre el muro y techos adheridos con un rugido largo para despertar a la gente.

El caos vino como esperó, para cuando esas Capas Doradas notaron que el ejército de su esposo entraba desde otro punto ya fue demasiado tarde. Para el mediodía Desembarco del Rey le pertenecía al auténtico Señor de los Siete Reinos. Tyland Lannister los recibió entre sorprendido y agradecido, sobre todo al ver a Aegon siendo el Omega de Cregan Stark, uno que se negó a entrar a la fortaleza luego de saber que la pelea en la bahía no terminaba.

Sweet child o'mineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora